INFORMACIÓN EXCLUSIVA
CAOS EN LA MAÑANA...
La guionista Aline Brosh McKenna se ha sentido atraída desde hace mucho por las tribulaciones, y los éxitos, de mujeres jóvenes que buscan su camino (y a sí mismas) en el trabajo, lo cual se plasmó por primera vez cuando escribió la aclamada comedia “El diablo viste de Prada”.
Cuando Mckenna le pasó la historia de “Morning Glory” a J. J. Abrams, a éste inmediatamente le entusiasmó la tensión del tira y afloja entre una decidida novata que no está dispuesta a rendirse y el mayor tocapelotas del mundo laboral, que no está dispuesto a colaborar ni aunque le vaya la vida en ello.
McKenna es famosa por su dinámico uso de los diálogos, pero también se basa en la documentación. De inmediato, programó su despertador por la madrugada y empezó a pasar días y días entre bastidores de todos los programas matinales de Nueva York, haciéndose una idea de lo dura que es la vida que tiene que llevar una joven productora.
Cuanto más aprendía, más pensaba McKenna que tenía que haber algo más que la batalla, actualmente en declive, entre noticias y entretenimiento. En lugar de eso, hizo que su protagonista se enfrentara a la realidad actual: que ambas se han entretejido y ya no se pueden separar”.
Desde el momento en que el guión estuvo en su primera fase de desarrollo, Aline Brosh McKenna y J.J. Abrams soñaron con tener a Harrison Ford en la película. “Me parecía que era muy de su estilo porque tiene un asombroso sentido del humor”, dice Abrams, quien trabajó por primera vez con Ford hace muchos años, cuando escribió el drama “A propósito de Henry”. “Tendemos a pensar en Harrison como en un héroe de acción, como Han Solo e Indiana Jones, pero siempre ha sido también sumamente gracioso. Lo que pasa es que hacía mucho tiempo que no le daban un gran papel cómico”.
Poco después de conseguir fichar a Ford para el proyecto, comenzó la búsqueda de un director, y un nombre saltó rápidamente a la palestra: Roger Michell, cuyo talento irresistible para la comedia se había puesto de manifiesto en “Notting Hill”, protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant en una insólita historia de amor entre la estrella cinematográfica más famosa del mundo y una simple dependienta de una librería londinense.
SI PUEDES CONSEGUIRLO ALLÍ: EL RODAJE DE MORNING GLORY EN MANHATTAN...
“Morning Glory” no podía haberse rodado en otro sitio que en la ciudad de Nueva York, el centro de la ambición norteamericana, la sede de los noticiarios nacionales estadounidenses y la ciudad en la que Becky Fuller siempre soñó que algún día tendría una oportunidad para destacar. Roger Michell no sólo introduce el espíritu de la ciudad en la película, sino que además utilizó un estudio de televisión de Manhattan auténtico y en funcionamiento que contribuye a la autenticidad del lugar de trabajo que pone de manifiesto la comedia de la película.
“Siempre me encanta trabajar en Nueva York”, dice el director. “Tiene tantas personalidades que uno no se puede quedar sin maneras de expresar una historia a través de la ciudad. Me gusta especialmente la forma en la que Morning Glory alterna los interiores muy apretados, claustrofóbicos e intensos
“Mi mayor ambición en cuanto a la estética de la película”, dice Michell, “era que todo pareciese absolutamente real. No quería ninguna parodia, quería un estudio normal y funcionando, y eso es lo que hicimos. Teníamos una sala de control auténtica y la gente manejaba de verdad todas las palancas y las teclas, y eso era muy emocionante”.
Para el director de fotografía Alwin Küchler, la tarea que le tocaba era doble. No sólo tenía que rodar una película, sino que también tenía que filmar simultáneamente un programa de televisión en directo, lo que a menudo implicaba que en un momento dado pudiera haber tres cámaras de cine y otras tres de televisión operando a la vez.
Michell incluso envió a Harrison Ford y Diane Keaton a un “campo de entrenamiento de presentadores”. “Tenían que aprender todos los pequeños trucos para trabajar en un entorno con muchas cámaras, lo que no es tan fácil como parece”, observa. “Era muy importante que pareciera que sabían lo que estaban haciendo como presentadores, y realmente lo hicieron”.
A pesar de toda su preparación y atención en cuanto a los detalles de diseño, Michell conservó también esa pizca de caos que hace que la comedia cobre mucha vida en el plató. “Mi enfoque consiste en prepararlo todo lo más posible, pero luego, cuando se está rodando, uno aguarda ese momento que no se esperaba”, explica. “Estos actores eran muy vivaces entre ellos y muy graciosos, así que esos momentos MORNING GLORYsucedían a menudo”.
Esta película no es una comedia romántica convencional”, resume Michell. “Hay romance y mucha ficción, pero en realidad trata de una gente que crea una familia. Para cuando llega el final de la película, todas esas personas que trabajan juntas en ese pequeño y alocado mundo descubren que tienen en los otros a una familia. Es algo que Mike Pomeroy, el personaje de Harrison, nunca ha tenido. Es algo que Becky Fuller siempre ha estado buscando. Y, pese a la insólita mezcla de toda esa gente, y de todos los insultos que se lanzan mutuamente, por supuesto que todos se unen y Becky lo consigue”.