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SINOPSIS
A través de este documental, conoceremos de primera mano el frágil mundo de las abejas y porque debemos preocuparnos ante la progresiva desaparición de las mismas, ya que sin ellas, el ser humano no podría habitar el planeta...
INTÉRPRETES
Documentel con RANDOLPH MENZEL, FRED JAGGI, JOHN MILLER, LIANE SINGER, HEIDRUN SINGER
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ENTREVISTA AL DIRECTOR...
Markus Imhoof, eres conocido por tus películas de ficción, especialmente por 'La barca está llena' (1981), 'The Journey' (1986) y 'The Mountain' (1992). Has ganado premios dirigiendo a actores y ahora, a los 70 años, tu debut en el documental te pone frente a frente con las abejas... .- Siempre quise hacer filmes de ficción, pero esto tenía sus complicaciones financieras cuando empecé a rodar películas en los sesenta. Es por eso que mi primer trabajo tras finalizar mis estudios en cine fue un documental sobre la caballería. Quizás, en cierta forma, era una película similar a Mucho más que miel; en ella me pregunto si los caballos están tan encariñados con los militares como orgullosos se sienten estos de sentarse sobre ellos. Pese a que tuvo múltiples limitaciones, hasta el límite de ser censurada, ganó unos cuantos premios. Antes de ello, mientras asistía a la escuela de cine, había rodado un documental sobre una prisión —las proyecciones públicas aún no estaban permitidas. Mi primera producción estrenada en cines fue 'Escape Risk' (1974). Estaba basada en el diario que yo escribía mientras trabajaba como guardia de prisión para preparar la película. El componente documental ha sido siempre una base importante para mis obras de ficción. Siempre he estado buscando maneras de ilustrar aquello que está oculto tras la vida real del mundo.
¿Cómo surge la idea de hacer una película sobre abejas?...
.- Las abejas han mantenido a mi familia por más de cien años. Jugaron un papel esencial en la fábrica de conservas de mi abuelo. Sin las abejas, él nunca hubiese tenido cerezas, albaricoques o frambuesas en sus vastos huertos y jardines de bayas, ni tampoco encurtidos. Es algo que yo ya había aprendido de niño. Y mi hija y mi yerno investigan las abejas. Eso sí, mi historia familiar por sí sola difícilmente hubiese sido una razón para realizar la película. Mi inquietud despertó realmente cuando las abejas de todo el mundo comenzaron a morir a un ritmo alarmante, lo cual se convirtió de repente en un asunto de suma importancia. Así que mi conexión personal estableció el sendero narrativo, que va de mi abuelo hasta mis nietos, quienes también aparecen en el filme usando vestimentas de apicultor que eran demasiado grandes para ellos. Esto me permitió representar el aspecto del futuro de manera tangible y significativa, porque el futuro está íntimamente ligado a las abejas.
¿Cuánto tiempo tuvo que trabajar en 'Mucho más que miel'?...
.- ¡Cinco años! Al viajar alrededor del mundo realizando mi investigación inicial, iba imaginando cómo sería la película, que finalmente comenzaría con mi familia en Australia. Gracias a Ciber, renombrado centro de investigación sobre las abejas en la Universidad de Australia Occidental, pude establecer contacto con investigadores y apicultores de distintos continentes. Esto me condujo a una especie de sistema de relevos, ya que una persona me llevaba a la siguiente. La preparación fue también muy importante para planear el rodaje del filme en cuatro continentes, ya que teníamos que ceñirnos a períodos muy concretos determinados por la naturaleza. Si no estabas donde tenías que estar en el momento correcto, debías esperar hasta mayo del año siguiente, por ejemplo. Afortunadamente, la primavera no tiene lugar al mismo tiempo en todo el planeta.
¿Así que escribiste un guión a partir del sustancioso material de investigación que habías reunido?...
.- Quería que los espectadores pudieran identificarse emocionalmente con los distintos protagonistas, explicitando sus circunstancias vitales. Los contrastes tenían que ser fácilmente reconocibles para contar la historia. Y lo que es más, cada escena, relatada desde la perspectiva de los hombres, debía ser igualmente experimentada desde el punto de vista de las abejas. Ellas van convirtiéndose, paulatinamente, en las protagonistas de la película. Es por eso que la planificación es tan importante. La idea es que los espectadores no tengan miedo de las abejas al verlas desde tomas tan próximas; que empiecen a identificarse con ellas, de forma similar al viaje junto a los seres azules del planeta alienígena de Avatar. Excepto que las abejas son mucho más bellas...
En varias ocasiones, la cámara sigue el vuelo de la abeja usando un primerísimo primer plano. Algunos espectadores probablemente pensarán que has utilizado abejas artificiales...
.- Cuando mi productor vio el presupuesto, propuso crear una abeja en 3D que podría hacerlo todo, costaría menos y no picaría a nadie. Pero rechacé la idea al momento. Uno jamás habría podido imaginar cómo vuela una abeja real. Las abejas de la película son de verdad. Hemos trabajado con distintos aromas para poder comunicarnos en el lenguaje de las abejas y ganarnos su confianza. Pero el truco más efectivo fue la paciencia. Y tuvimos a nuestro propio experto en la lengua de las abejas viajando con nosotros; sin él, todo esto no habría sido posible. Teníamos dos equipos, uno para el personal y otro el doble de grande para las abejas. Para filmar a las abejas utilizamos cámaras de alta velocidad y lentes endoscópicas, como las que se usan para operar a seres humanos. Si grabas una colonia de abejas a un ritmo normal, todo lo que obtendrás es una colmena bullendo de actividad nerviosa. Con setenta imágenes por segundo, es decir, reduciendo tres veces el tempo normal, las abejas se mueven a la misma velocidad que nosotros, y así puedes ver exactamente lo que están haciendo, sus fascinantes patas, sus enormes y peludos ojos, su lengua. A veces utilizamos mini helicópteros para los vuelos. Todas las abejas en vuelo fueron filmadas a 300 imágenes por segundo. Un segundo de realidad corresponde a doce segundos de película, pero no olvides que tenía que captar el segundo adecuado. Para el vuelo de bodas de la abeja reina, que duró treinta y seis segundos, trabajamos a lo largo de más de diez días — y realmente solo pudimos contemplarlo una vez y media. Después de dos años rodando, teníamos 205 horas de metraje. Estuvimos hasta un año en la sala de montaje.
Las abejas son las protagonistas de la película, pero tú también elegiste muy bien a los participantes humanos...
.- El más impresionante para mí fue Miller, rey de los apicultores de Estados Unidos, porque él comenta las claves de su trabajo continuamente. Encuentro fascinante la intensidad con la que ama a las abejas pero, al mismo tiempo, su sistema de apicultura industrializada es una de las razones de que las abejas estén desapareciendo. No obstante, es capaz de analizar el asunto y formarse una opinión crítica, incluso pese a que, a continuación recurra al típico optimismo americano.
¿Cómo encontraste a los protagonistas?...
.- El “antagonista” de Miller es originario de mi país natal, Suiza. Podría ser el abuelo de Heidi, aquel personaje del famoso libro para niños. Se tumba entre las rosas alpinas y defiende su isla ignota en la región de los Alpes, aunque con un efecto tremendamente negativo: las abejas están muriendo en su paraíso debido a la endogamia. Fred Terry, el otro americano, el tipo de las abejas asesinas en Arizona, es quien contrasta verdaderamente con John Miller. Él se ha aventurado en el lado desconocido de la naturaleza. Encontré por Internet a aquel equipo que produce abejas reina integrado por una mujer y su hija. Esta pequeña empresa familiar matriarcal vende abejas reinas en 58 países de todo el mundo y ha combinado su nombre con la cepa de las abejas para crear una etiqueta propia: Carnica-Singer®. Pudimos observar la polinización manual en diferentes provincias de China. Me decidí por la mujer de Dalian (al norte de China) porque ella misma es como una abeja que vuela lejos y regresa al hogar con el polen para completar el trabajo de las abejas. A través de ella, percibes cuánto esfuerzo requiere la polinización.
¿Qué es lo más fascinante que has experimentado o aprendido en relación con las abejas?, ¿Tuviste alguna epifanía?...
.- La manera en que la colonia funciona me fascinó hasta el final, la inteligencia de los enjambres, el rol de la abeja reina y el de la colonia, la cooperación no jerárquica. Aunque ella sea la madre de todas las abejas de la colonia, la colonia puede decidir: “Ahora queremos una nueva reina”. Entonces, las obreras “coronan” a una larva, que debería haber sido una trabajadora más, como nueva reina. La antigua reina de las abejas debe salir del enjambre junto a las abejas viejas y legarle todo a las abejas jóvenes, poniéndose en peligro a sí misma y a la mitad de la colonia con el fin de formar una nueva. Son una serie de acontecimientos tan enigmáticos que siempre estoy aprendiendo algo nuevo. Karl v. Frisch, el investigador apícola que ganó el Nobel, dijo que las abejas son como una fuente mágica inagotable.