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SINOPSIS
Lee es toda una personalidad de la televisión que con el paso del tiempo se ha convertido en todo un gurú de Wall Street. Cuando Kyle pierde dinero de familia no se le ocurre otra cosa que secuestrar a Lee y amenazar con asesinarlo si no recibe una recompensa...
INTÉRPRETES
JULIA ROBERTS, GEORGE CLOONEY, JACK O'CONNELL, CAITRIONE BALFE, DOMINIC WEST, GIANCARLO ESPOSITO, OLIVIA LUCCARDI, EMILY MEADE, CHRIS BAUER, WELLINGTON BARRIENTOS
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“Me encanta esta película porque cuenta con dos elementos que la gente ve a veces como opuestos”, comenta Jodie Foster, que se encarga de dirigir el thriller MONEY MONSTER, protagonizado por George Clooney y Julia Roberts. “Uno es que se trata de un thriller para todos los públicos, emocionante, trepidante, inteligente y, pese a todo, verdaderamente accesible. Por otro lado, lo que constituye la razón más importante para ir al cine, es que consigue que te sientas conmovido por una historia real. Es increíblemente relevante”.
“Para mí, lo más interesante de la historia, además de todos esos policías, helicópteros, armas, bombas y emoción vertiginosa”, prosigue Foster, “es cómo este hombre, Lee Gates, interpretado por George Clooney, empieza siendo de una manera (un tipo vano, superficial y engreído, que es un triunfador en su trabajo, pero un fracasado a ojos de todos los demás, incluidos los suyos), pero pasa por un momento terrible que le obliga, con ayuda de Julia, a estar a la altura de las circunstancias, encontrar su humanidad, madurar, evolucionar y cambiar”.
“El mundo de las finanzas está descontrolado. Cuando las cosas marchan mal, no entiendes realmente qué fue lo que salió mal, y el hombre corriente es quien acaba pagando el pato”, opina George Clooney, que interpreta al protagonista de un programa de noticias de economía que deberá hacer frente a uno de esos tipos corrientes, que está decidido a hacer responsable a alguien, sea como sea.
“Jodie no permite que afloje en ningún momento la presión”, opina el productor Daniel Dubiecki, que produce el filme junto a su socia, Lara Alameddine, además de con Clooney y su socio, Grant Heslov. “Toda la película transcurre en tiempo real, mientras todo el suceso se emite en directo por televisión, es muy tenso”.
Clooney interpreta a Lee Gates, un famoso presentador del programa televisivo de economía que da título al filme, conocido por las acciones que recomienda en dicho programa, que corre y baila de un lado a otro de su estudio, dando consejos de inversión a gritos, e intercalando sus comentarios sobre la bolsa con efectos de sonido y accesorios humorísticos. “El programa ‘Money Monster’ es bastante ridículo”, comenta Foster. “Es un programa sobre noticias de economía y bolsa, pero se utilizan muchos elementos de utilería, fragmentos de películas antiguas, campanas, silbatos, cojines de broma y todo lo que se le ocurra a Lee Gates para explicar el mercado financiero. Canta y baila con chicas guapas, lleva distintos sombreros... lo que sea, con tal de dar consejos sobre acciones, pero todo eso lo ha dejado con una profunda sensación de autodesprecio. La película le presenta una oportunidad increíblemente inesperada de redimirse”.
En una nueva colaboración con George Clooney, Julia Roberts interpreta a Patty Fenn, la imperturbable e inquebrantable productora de “Money Monster” desde hace mucho tiempo. “Patty Fenn es una superproductora. Es capaz de ocuparse de varias tareas a la vez como nadie, es asombrosa”, aporta Foster. “Controla los hilos de este programa y le habla al oído a Lee Gates para indicarle lo próximo que tiene que hacer. Lee Gates puede ser algo vago. No se aprende sus líneas de diálogo, dice cualquier cosa que se le ocurra, y ella se encarga de asegurarse de que todo marche como la seda. Sabe exactamente cómo manejar a ese bala perdida”.
Clooney agrega que todo ese teatro que rodea a su personaje lo que hace en realidad es ocultar un profundo desprecio por los espectadores del programa. “Estos programas despiden un cierto tufo a cinismo”, opina Clooney. “Ves a esos tipos sentados tras sus escritorios, diciéndote dónde invertir tu dinero y, si se te ocurre hacerlo y lo pierdes, alegan: ‘Bueno, así son las cosas’”.
Sin embargo, Clooney señala: “La película trata fundamentalmente sobre esos tres personajes y la experiencia que están viviendo, especialmente el tipo al que interpreta Jack O’Connell”.
Cuando una de las acciones recomendadas más promocionadas por Gates, Ibis Clear Capital, se desploma misteriosamente, su evidente despreocupación por el tema queda patente ante todo el mundo cuando Kyle Budwell (O’Connell), un inversor angustiado, secuestra una emisión en directo de “Money Monster” para apretarles las tuercas a Gates y Fenn.
Al tomar el control del programa de Gates, pone en marcha una crisis que se desarrolla en tiempo real, y en directo. “Eso fue divertido para nosotros”, comenta el productor Grant Heslov. “Nos hemos acostumbrado hasta tal punto a lo que vemos en televisión o en Internet, que casi no nos afecta y, al hacer que esta situación se emitiera en vivo, nos parecía una forma divertida de realizar un comentario al respecto”.
Gates empieza a hablar con Kyle; al principio, lo hace con la sencilla intención de seguir con vida, ayudado por Patty, que permanece como una presencia calmante en la sala de control. “Kyle no sabe que Lee se comunica en todo momento con Patty a través de su pinganillo”, explica Heslov. “Desde un punto de vista dramático, es un recurso excelente, y creo que resultó interesante de interpretar a George y Julia como actores”.
Más tarde, a medida que Gates y Patty intentan descubrir qué es lo que ha sucedido, acaban sintiéndose sinceramente conmovidos por el dolor de Kyle; redescubren cierto instinto periodístico y desvelan una conspiración de Wall Street que va mucho más allá de estas tres personas.
“Lo que en realidad nos resultaba interesante era hacer una historia ambientada en Wall Street, pero que no trataba sobre todo ese mundo”, comenta Alameddine. “Era sobre tres personas que vienen de extremos opuestos y se acaban uniendo. Esa personalidad televisiva grandilocuente y superficial, al final, siente un verdadero vínculo con alguien que jamás habría imaginado”.
Para encarnar al personaje de Lee Gates, Clooney creó a una personalidad televisiva irreverente, alocada y fuera de lo común. “Lee Gates es un poco showman”, opina Foster. “Fue idea de George que Lee Gates empezara cada programa de ‘Money Monster’ con un baile. Cuando empezamos con los ensayos, dijo: ‘Voy a necesitar media hora para ver qué se me ocurre para esto del baile’. Y le respondí: ‘Creo que vas a necesitar un poco más’. Así que pusimos a trabajar en ello al coreógrafo y lo consiguió”.
Heslov comenta que a veces ser productor es un trabajo duro. Y otras veces tu socio en la producción se presenta a trabajar para ponerse a bailar. “Tiene gracia verlo, ¿sabes?”, admite. “Fue uno de esos momentos en los que tienes ocasión de sentarte, relajarte y disfrutar viendo una interpretación. Verlo hacer ese baile tan ridículo durante un par de días –sobre todo para mí, que lo conozco desde hace tanto tiempo, y mis hijos también estaban allí–, nos lo pasamos muy bien”.
“George se metió de lleno a hacer el payaso de forma total y absoluta”, prosigue Foster. “Me encanta eso de él. Resulta tan absurdo ver a ese tipo blanco de mediana edad salir y ponerse a hacer esa especie de baile ridículo de hip-hop... No puedes evitar reírte y pensar que su personaje es un bufón”.
La idea de que toda la crisis se emitiera en directo por televisión era otro aspecto que resultaba interesante para Clooney. “Me crie en la televisión en directo, cada día, durante los primeros 16 años de mi vida, era lo que vivía, porque mi padre tenía un programa de variedades en directo y también hacía así las noticias”, recuerda Clooney. “Más tarde, casi obligué a la NBC a hacer un capítulo en directo de ‘Urgencias’, e hice ‘Fail Safe’ como una producción en vivo. Eso fue antes de que otras series empezaran a hacer televisión verdaderamente arriesgada; pensé que lo único que podía hacer la televisión que no podía hacer el cine era el directo. Es como volar sin red de seguridad; resulta emocionante”.
"Ya había trabajado con George en ‘Up in the Air’, y su personaje de esa película posee aspectos similares a este”, opina Dubiecki. “Ambos personajes podrían haber resultado antipáticos, uno porque se dedica a volar de un lado a otro despidiendo a gente, y otro porque se ha vuelto muy cínico sobre las acciones que promociona en su programa. Pero lo increíble de George como actor es esa forma tan estupenda que tiene de encarnar a esos personajes y hacerlos agradables. A medida que el personaje cambia, se lleva a los espectadores con él”.
Roberts vuelve a colaborar con George Clooney en el papel de la productora y directora de Gates, Patty Fenn. Roberts describe la relación de Fenn con Gates como de amor/odio. “Gates es impredecible, Patty intenta mantener el caos bajo control, pero nunca sabe lo que hará él”, explica Roberts. “Hay aspectos de su relación en los que forman un buen equipo de trabajo, y otras partes en las que ella ya está harta y preferiría trabajar en un lugar que tenga perfecto sentido para ella. Al mismo tiempo, disfruta enormemente, porque son polos opuestos y, siempre que encuentras a tu polo opuesto, resulta interesante”.
La amistad en la vida real entre Roberts y Clooney contribuyó en gran medida a la química que puede apreciarse en pantalla entre Fenn y Gates. “George Clooney y Julia Roberts se conocen, se preocupan el uno por el otro, y tienen una química inmediata e interesante que no exigía ningún esfuerzo por mi parte. Simplemente, existe sin más”, explica Foster. “Los dos están increíblemente unidos. Hay una intensidad, un vínculo y una comunicación entre ellos, resultado de la intimidad natural entre amigos”.
“George y yo somos buenos amigos y nos entendemos muy bien”, agrega Roberts. “Hemos encontrado el equilibrio perfecto, de modo que yo estoy aquí para apoyarlo, para crear nuestras escenas juntos y para entender el tono y el ritmo, y cómo queremos crear a esos personajes juntos”.
A Roberts le resultaba interesante la naturaleza de cuenta atrás en tiempo real de la situación. “Desde luego, en cualquier momento en que, como actor, cuentas con un elemento que te marca una cuenta atrás, es una gran ventaja saber que no hay tiempo que perder”, explica. “Se trata de resolver los problemas y ser inteligente, porque nadie vio venir esta situación”.
Jack O’Connell se encarga de interpretar a Kyle Budwell, el hombre corriente que recurre a medidas desesperadas tras un gran fiasco bancario que le cuesta los ahorros de toda una vida. O’Connell, que saltó a la fama gracias a “Invencible (Unbroken)”, encarna a Kyle como un joven bueno, decente y trabajador, que cede bajo la presión de la ruina económica. “Kyle es un tipo de clase trabajadora que creía que, si hacía lo correcto y trabajaba duro, sería capaz de algún modo de tener algo en su vida”, explica Foster. “Hereda algo de dinero, e intenta invertirlo lo más inteligentemente posible, pero acaba perdiéndolo todo a manos de algo que escapa a su control. Lo único que tiene en este mundo se esfuma de repente, y no sabe cómo ha sucedido. Kyle no puede aceptarlo. No puede aceptar que haya hecho siempre lo correcto y, aun así, se supone que debe limitarse a superarlo. Kyle se niega a aceptar el fracaso y seguir adelante; en vez de eso, opta por resistirse y luchar”.
“Simpatizo con él”, asegura O’Connell. “Creo que su desgraciada situación es bastante relevante y algo con lo que la gente se puede identificar. Aun así, nadie simpatizaría con los actos de Kyle”.
Desesperado, decidido a recurrir a la violencia para exigir responsabilidades por la injusticia que está viviendo, Kyle pone la mira en Lee Gates y Walt Camby, consejero delegado de Ibis Clear Capital. “Kyle acude al plató de ‘Money Monster’ pensando que va a ver a los dos principales culpables de su situación: Walt Camby, interpretado por Dominic West, que es consejero delegado del fondo comercial, y Lee Gates, que aconsejó a sus espectadores a bombo y platillo que invirtieran en Ibis Clear Capital”, explica Foster. “Cree que están confabulados y que va a hacerlos responsables”.
“Kyle sigue haciendo las preguntas difíciles que nadie más hace”, prosigue Foster. “Se niega a hacer la vista gorda ante lo sucedido. Sabe que no va a recuperar su dinero, pero obtendrá respuestas, sea como sea”.
O’Connell ve a su personaje como una víctima de un sistema financiero que carece de las salvaguardas apropiadas para proteger al mercado de manipulaciones y errores de funcionamiento. “Sería muy fácil limitarse a ver a Kyle como un villano. Amenazar vidas es algo extremo, pero creo que lo forzaron al límite y acabó explotando”, explica O’Connell. “Lo que ha hecho Kyle ha sido por desesperación, y lo que espero con mi interpretación es que se llegue a entender qué lo empuja más allá del límite, aunque acabe pagando el precio máximo por sus actos”.
A lo largo de la película, Kyle se convierte en el catalizador para el cambio del propio Gates. “Como es típico de él, la primera reacción de Gates a esta situación de peligro es tratar de manipular a Kyle”, explica Foster. “Cuando se da cuenta de que todas sus viejas tretas y ardides para manipular no van a funcionar, se ve obligado a afrontar el duro hecho de que ha estado dormido al volante, con el piloto automático, y ya no puede permitirse seguir confiándose mientras se están contando mentiras”.
Para encarnar plenamente a Budwell, O’Connell necesitaba acceder a sus propias emociones crudas y viscerales. “Kyle es todo corazón. Toma decisiones precipitadas, dejándose llevar por sus emociones”, explica Foster. “Kyle es, por momentos, inestable y difícil de digerir. Pero hay otros momentos en que es como un niño pequeño, y quieres estrecharlo entre tus brazos y decirle que todo va a ir bien. Jack tuvo que crear a Kyle a partir de una serie de sentimientos fluctuantes”.
“Jack te atrapa y no te suelta”, prosigue Alameddine. “Es a la vez duro y blando. Pese a estar haciendo algo muy desagradable, lo hace porque quería que le prestaran atención. Jack hace que quieras sentir algo por él y conectar de algún modo con su mensaje”.
Foster encontró verdaderamente admirable la dedicación de O’Connell. “Jack es un actor verdaderamente maravilloso”, afirma Foster. “Ojalá yo hubiera abordado así la interpretación cuando era joven, con semejante pasión y compromiso. Me encanta eso de él. Es capaz de entregarse muchísimo. Y no deja nunca de entregarse”.
Como directora de comunicaciones de Ibis Clear Capital, Diane Lester, interpretada por Caitriona Balfe (“Outlander”), es la portavoz de la compañía implicada en una crisis financiera sin precedentes. “Diane es muy interesante. Es una persona sumamente ambiciosa y su trabajo es muy importante para ella, pero tiene mucha integridad”, opina Balfe. “Tiene un cierto aire de ingenuidad, que me gustaba mucho. Cree en la compañía para la que trabaja y considera que están haciendo mucho bien. No tiene razón alguna para cuestionar lo que le dicen. Pero, cuando empieza a darse cuenta de las verdaderas consecuencias de su trabajo y cómo afecta a otras personas, rápidamente se interesa por descubrir la verdad”.
El reparto se completa con Giancarlo Esposito (“Breaking Bad”), que interpreta a Marcus Powell, el capitán de policía que trata de calmar la situación, y Dominic West (“The Wire (Bajo escucha)”), como Walt Camby, consejero delegado de Ibis Clear Capital, la compañía cuyo repentino desplome en bolsa impulsa a Kyle a actuar.
En la mayor parte de las grandes producciones, el director filma con una cámara (o un número reducido de ellas), siempre en el mismo formato. Al dirigir MONEY MONSTER, Foster tuvo que afrontar un nuevo reto. “El propio programa de ‘Money Monster’ se graba con cuatro cámaras distintas de televisión y, además, nosotros, como cineastas, también teníamos que grabar nuestro propio metraje”.
No parece tan complicado, salvo que las cámaras de cine y las cámaras de televisión son incompatibles. Mientras se grababa la “emisión”, no se podían ver las cámaras de cine. La solución estuvo en una planificación muy cuidadosa.
“La emisión tiene lugar en tiempo real y desde varios lugares. Si hay alguien hablando en el monitor, la persona con la que habla tiene que responderle a la misma velocidad”, prosigue Foster. “Así que Matt Libatique, el director de fotografía, y yo nos sentamos con nuestros esquemas para calcular cuándo nos tocaría estar en cada sitio. Después de un tiempo, se volvió intuitivo en qué cámara teníamos que estar: este momento debería estar en una pantalla de televisión y ese momento en una cámara de cine, y así sucesivamente. Cuando lo juntamos todo, quedó perfecto”.
Al utilizar diferentes cámaras, Foster pudo crear dos estéticas emocionales diferenciadas. “La cámara de cine transmite una atmósfera oscura y lóbrega que no se puede conseguir de ninguna otra forma, mientras que la cámara de televisión ofrece una perspectiva alegre y brillante”, explica Foster. “Cuando cambiamos de una cámara a otra, hay una tensión y una energía que se producen cuando los espectadores tienen que estar alternando constantemente entre lo real y lo falso”.
“Las cámaras de televisión daban la sensación de estar viendo un programa de televisión en directo, la versión ‘a través del espejo’ de lo que el personaje de Julia ve en sus monitores, pero esas cámaras no captan realmente el drama”, comenta el productor Daniel Dubiecki. “Las cámaras de cine son las que están ahí mismo, junto a los personajes, y las que captan la emoción”.
“Un dato curioso es que un par de los cámaras que salen en la película son cámaras de verdad [y no actores]”, aporta Alameddine. “Jodie quería asegurarse de que quienquiera que estuviera manejando la cámara pudiera hacer que pareciera real”.
Pero, una vez más, estaba el problema de no poder grabar con los dos tipos de cámaras simultáneamente. Clooney comenta que, a efectos prácticos, la solución fue que la mayor parte de la película –todo lo que sucede en el plató del programa de televisión– se filmó dos veces: una desde la perspectiva de las cámaras de televisión, otra con las cámaras de cine. “Nueve páginas completas de monólogos al día”, comenta Clooney. “Lo haces todo una vez y luego toca repetirlo para la otra cámara”.
“Todas las escenas del plató de ‘Money Monster’ se rodaron completamente en orden, y eso supone casi toda la película”, comenta Foster. “Esos dos personajes empiezan el primer día de rodaje, se conocen y, a medida que se van desarrollando las escenas siguientes, cambian, y su relación crece”.
Foster también tenía que tener en cuenta los gráficos 3D del programa de televisión ‘Money Monster’. “Contábamos con cinco personas para hacer todos los gráficos y cada uno tenía su propia especialidad”, recuerda Foster. “Se mantuvieron increíblemente calmados y serenos. Conseguimos que apareciera todo en pantalla exactamente como lo haría en un programa de televisión en directo”.
El otro escenario principal del grueso de la película es la sala de control de “Money Monster”, desde donde Patty dirige el programa e intenta mantener vivo a Lee. “Filmamos en los estudios de la CBS, en el Upper West Side de Manhattan”, explica Foster, que señala que se trata de una sala de control real, desde donde se podría dirigir un programa del estilo de “Money Monster”. “Queríamos mantener ese cierto nivel de realismo que posee la televisión en directo, y mostrar la intensidad y la obsesión que existen en ese momento”.
Naturalmente, hubo dificultades. “Uno de los elementos más difíciles al hacer esta película fue esa sala de control de 4,5x2,4 metros”, continúa Foster. “Nos costó mucho meter allí nuestra cámara”.
“Hicimos que un director técnico profesional enseñara a Julia cómo ser una productora de verdad”, agrega Foster. “Se siente muy orgullosa del hecho de que [el director técnico] pensara que lo hizo bien, la verdad es que parece que sabe lo que hace”.
Para crear una distinción entre MONEY MONSTER, la película, y “Money Monster”, el programa de televisión, Kevin Thompson, diseñador de producción del filme, creó un plató dentro del plató. “Para Jodie, siempre fue importante ver el plató del propio programa de televisión ‘Money Monster’ –el set que ven los telespectadores en sus casas– y también la parte que queda entre bastidores, con las propias cámaras de televisión que graban el programa”, explica Thompson. Naturalmente, las cámaras de cine se situarían detrás de todo eso, filmando la película. “Al diseñar el set, empezamos por el centro, y luego creamos una estructura, dentro de la que se produciría toda la acción. Construimos un plató de televisión dentro de un plató de cine, y luego montamos el set del programa de televisión ‘Money Monster’ dentro de ese plató”.
Al final, comenta Thompson, el departamento artístico logró diseñar un set que ofrecía un amplio contraste visual y acentuaba la tensión. “El diseño completo del set tiene dos facetas diferentes: una para la emisión por televisión, con colores vivos, que ofrece un aspecto más uniforme y agradable, y otra para la película, con una atmósfera más sombría y otros ángulos distintos”, continúa Thompson. “Al juntarlas en el montaje, se puede crear una tensión y una dinámica que no se ven normalmente”.
Al construir el plató de televisión de “Money Monster”, Thompson quería que se pareciera a un programa de gran calibre de un canal importante de noticias de economía. “No quería que el programa pareciera demasiado de poca monta”, explica Thompson. “Gates es un personaje fuera de lo común, con proyección internacional, así que el plató tenía que dar la impresión de ser de una cadena importante de noticias, con un alcance global”.
Para hacer los sets lo más realistas posible, Thompson se documentó e incorporó toda una serie de elementos que pueden verse en programas de actualidad económica. “Jodie y yo hablamos del color y de cómo muchos de estos programas son de un azul muy vivo”, recuerda Thompson. “Queríamos que ‘Money Monster’ fuera una combinación de ese azul con el color del dinero, así que tenemos un fondo de color amarillo verdoso. Tenemos una gran pantalla, para que todo el encuadre pudiera llenarse con nuestro personaje delante de una proyección. Hay teletipos, pantallas táctiles, monitores para entrevistas, gráficos y consejos de inversión. Para los gráficos, creamos una librería de salvapantallas que pudiéramos proyectar según fuera necesario”.
Y, lo que es más importante, el plató de “Money Monster” tenía que ser versátil y lo bastante amplio para dejarle movilidad a Clooney. “Queríamos un set con múltiples puntos de entrada, para que Gates pudiera aparecer por distintos sitios y que el programa no fuera siempre igual”, prosigue Thompson. “Además, tenía que haber espacio más que suficiente para los números de baile coreografiados de Gates”.
A mitad de película, la acción se traslada a la sede central de Ibis Clear Capital, la compañía cuyo súbito desplome bursátil pone en marcha los acontecimientos del filme. “Nos pareció importante que los decorados de Ibis Clear Capital tuvieran una arquitectura moderna, todo cristal, colores claros y muy luminoso”, explica Thompson. Tenía que ser un símbolo de riqueza, poder y tecnología”.
Eso sirve de contraste con el clímax de la película, que tiene lugar en las calles del distrito financiero del bajo Manhattan. “Cuando los personajes abandonan el plató de ‘Money Monster’, recorren el distrito financiero, con su arquitectura neoclásica, construido en una época en la que los mercados financieros se basaban en modelos de negocio estables, no en tecnología”, continúa Thompson. “Y luego culminamos en Federal Hall, donde se celebró la toma de posesión de George Washington como primer presidente de los Estados Unidos. Ese entorno histórico, con sus columnas neoclásicas, su piedra de color beis y su escala monumental, transmite la sensación de que los personajes estén retrocediendo en el tiempo, a una época en la que los modelos de inversión era diferentes”.
El montador Matt Chessé se encargó de unir todas las piezas del puzle de MONEY MONSTER en una sola narración coherente. “Es una historia complicada de montar”, opina Chessé, que no solo montó la película, sino también el propio programa de “Money Monster”. “Había muchísimo metraje con el que trabajar”, recuerda. “Había tres cámaras grabando el programa de ‘Money Monster’, que luego tuve que montar para que se vieran de varias formas distintas: como el público que ve desarrollarse la situación con rehenes, desde el punto de vista del personaje de Julia desde la sala de control, que está recibiendo las imágenes en directo, y seleccionando el material para crear el programa de televisión”.
“También tuve que montar la película de MONEY MONSTER”, prosigue Chessé. “Tenía muchísimas opciones. Es como una corona de cinco puntas, y podía moverme en cualquier momento entre tres de esas cinco. Había muchas posibilidades”.
Para crear las secuencias de televisión en directo, Chessé empleó una técnica de montaje reaccionaria y vertiginosa. “Creo que en la televisión en directo la edición funciona de forma muy distinta”, explica Chessé. “Es muy inmediato. Tienes que estar preparado para el momento. Tienes que pensar con rapidez y reaccionar a lo que está sucediendo ante ti. Es una reacción muy visceral a las imágenes. Cuando estoy montando el metraje para reconstruir un programa de televisión en directo, no puedo realizar un corte que parezca demasiado premeditado. Tengo que aparentar que Lee me ha sorprendido al pasar de la cámara A a la cámara B. No puedo predecir sus movimientos. Tengo que reaccionar a esos movimientos y cambiar a la cámara B. Tengo que tener en cuenta un cierto tiempo de retraso. Básicamente, cuando estoy tratando con el montaje de televisión en directo, tengo que fingir que no dispongo del tiempo para pensar con el que normalmente cuento en la sala de montaje”.
Para Chessé, el elemento más importante del proceso de montaje es la interpretación. “En esta película, hay numerosas oportunidades de hacer montajes alucinantes pero, para mí, en el montaje lo más importante son los actores, la interpretación, el diálogo, así como las miradas y las reacciones de la gente”, explica Chessé. “Además de acertar con la energía, el ritmo y la tensión de la historia, quería sacarle el máximo partido a las interpretaciones y exprimirlas cuanto me fuera posible”.
Foster recurrió a Susan Lyall, su diseñadora de vestuario desde hace muchos años, para crear el estilo de los personajes de MONEY MONSTER.
Para la imagen general de Lee Gates, Lyall quería que su aspecto reflejara su personalidad ante las cámaras y su éxito financiero, y que se complementara con la estética del plató de televisión de “Money Monster”. “Me gusta resumir el aspecto de Lee Gates calificándolo de elegancia ostentosa”, explica Lyall. “Lleva un traje de diseño en espiga de tono plateado, con una raya marcada, y su camisa y corbata también tienen rayas. No es casualidad, Gates es alguien que puede forzarlo un poco. Es sutil, pero tiene un poco de showman, y encaja con el mundo de las finanzas”.
“El entorno de Lee en su plató era de primordial importancia para decidir cómo debía vestir”, agrega Lyall. “Estuve con Kevin Thompson, el diseñador de producción, mientras su equipo diseñaba los fondos. El color en el plató está muy controlado y, si te fijas en lo que lleva Lee, los colores pertenecen todos a la misma familia, quedan muy bien juntos”.
En el lado completamente opuesto del espectro se encuentra Patty Fenn, que luce un aspecto sencillo, pero profesional. “Veía al personaje de Julia Roberts, Patty Fenn, como una neoyorkina que se viste para sí misma”, explica Lyall. “No intenta impresionar a nadie. Sabe quién es, es muy querida entre su plantilla y su ropa transmite eso. Posee cierta elegancia cosmopolita, que queda genial y resulta cómoda”.