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NOTAS DEL DIRECTOR...
El protagonista de este relato se ve abocado a realizar una acción inusual, cuando a él le parece la cosa más lógica. Su proceso mental interior se convierte en parte esencial de la trama, llegando a ser casi tan importante como la peripecia de su aventura.
La historia, además de tener elementos inquietantes cercanos al misterio o al thriller (una desaparición, una suplantación, un posible crimen…), en el fondo es una mirada a los sueños y obsesiones anclados en lo más profundo de nuestra condición humana: las ganas de desaparecer, querer ser otra persona, amar lo prohibido, desear a alguien precisamente porque está fuera de nuestro alcance… …Y en ese viaje a nuestro interior hay también, como casi siempre en Juan José Millás, mucho humor surrealista y un cierto candor hacia nuestra naturaleza.
La historia de Millás es original e interesante como para dar lugar a una película muy atípica, sensorial y en muchos momentos perturbadora, que presente en la pantalla inolvidables imágenes cinematográficas. Además, aparte de su peculiaridad, es una historia con la que pueden empatizar todos los espectadores porque, en la situación actual del mundo, ¿no nos hemos visto todos encerrados en una casa? Y salvando las distancias, todos somos a veces un poco Damián, atrapados entre la realidad y el sueño, entre la cordura de nuestra vida cotidiana y una locura interior que nos llena de deseos: desear desaparecer del mundo por una temporada, desear tener otra vida totalmente diferente, desear secretamente a una persona… ¿Y por qué no llegamos a sucumbir ante esa locura interior? Quizás es sólo porque el azar está de nuestra parte. El mismo azar que le lleva a Damián a acabar encerrado dentro de un armario…
En No mires a los ojos, presenciamos cómo situaciones extrañas, a veces cómicas, otras veces surrealistas, también pueden evolucionar hacia tonos más emotivos. También vemos cómo una frescura estructural con saltos en el tiempo y un montaje ágil, capaz de pasar de la realidad cotidiana de un chalet familiar, a las fantasías mentales y también puede derivar hacia el mundo de los sentimientos más íntimos y contradictorios nunca confesados. Así, percibimos cómo la historia va profundizando, adentrándose en el origen de nuestros deseos y nuestros sueños.
En ese sentido, nuestro protagonista se enfrentará al final a una prueba definitiva que encarará por primera vez como si hubiera renacido, como si fuera una persona diferente. Me gusta llevar las historias hacia un lado misterioso o mágico, como lo es el sentimiento de que, a pesar de lo fugaz que es todo, merece la pena descubrir los enigmas que esconde esta vida. O al menos merece la pena intentarlo.