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NOTAS DEL DIRECTOR...
Me gusta pensar que, en un mundo en el que ya no quedan tierras vírgenes, hacer una película que nadie sabe cómo va a ser es una forma más o menos aproximada de alcanzar el ideal de aventura.
Hace ya un puñado de años mis productores me pidieron hacer una película en la que el lenguaje de Internet y las Redes Sociales tuviesen una presencia especial. Cuando yo les propuse a cambio llevar ese planteamiento al límite y escribir una película que transcurriese en su totalidad en la pantalla de un ordenador, forcé las condiciones de esta producción hasta convertirla en una aventura en toda regla. Ha sido una aventura escribirla, dirigirla y postproducirla. Un proceso que, en no pocos tramos, hemos tenido que inventar sobre la marcha.
Soy plenamente consciente de que la película, cuando no era más que un guión impreso sobre papel, resultaba un completo misterio. A partir de ahí, no puedo dejar de agradecer la confianza de Elijah, Sasha y Neil a la hora de componer el triángulo protagonista. Más allá de la locura formal, de la multiplicidad de ventanas, del tiempo real y de los múltiples giros en la trama, era necesario que tres actores y personas extraordinarias como ellos se entregasen de lleno a la hora de componer algo que desde la distancia sería muy reconocible (el héroe, la víctima, la amenaza enmascarada) de cerca se descubriese como algo nuevo, incluso subversivo. Son tres estrellas heterodoxas, y no puedo estar más orgulloso de que su condición fuera de lo común hayan redondeado la personalidad de esta aventura.
Esta es una película sobre la posibilidad de observar sin ser vigilados, sobre el miedo a estar expuestos cada segundo de nuestras vidas, sobre el derecho a no estar delante de una cámara. Seguimos la acción a través de cientos de diferentes puntos de vista, pero lo fundamental sucederá cuando apaguemos el ordenador para siempre.
Espero que ver la película sea la aventura que supuso para nosotros hacerla.