INFORMACIÓN EXCLUSIVA
NOTAS DE LA DIRECTORA...
Como actriz había experimentado las limitaciones que tu físico puede poner a tu carrera. El embarazo es el ejemplo más extremo. Cuando me enfrenté al hecho de rodar una película embarazada, me pregunté si eso no sería solo cuestión de perspectiva. Quizás el embarazo se podía retratar como un superpoder. Un símbolo de la habilidad femenina para transformarse radicalmente. El embarazo tradicionalmente es un mundo de color pastel. Suave, ligero, lleno de luz y de bondad inherente. Pero yo experimentaba una inesperada intensidad. Una tristeza inexplicable. Repulsión a la comida. ¡Un olfato poderoso! Transformaciones físicas milagrosas. Miedo incontenible
(y miedo a la incontinencia). A veces incluso indignación santurrona. Enfado. ¡Ira! No era nada parecido a los embarazos que había visto en pantalla. Por lo que creé una anti heroína, Ruth. Una mujer cuya furia la ha tomado por completo. Que ha tomado venganza contra el mundo con su pequeño asistente, su hijo no-nato.
En la mitología, las diosas de la venganza son Las Furias, fuerzas que brotan de las sangre de su padre, el castrado Urano. Es una realidad gore, pero también es un nacimiento. Quería contar la historia de peligro y violencia que en ese momento representaba para mí mi embarazo. Todo este mundo interior tomó la forma de un bebé no-nato dictador. El muñeco ventrílocuo que susurra en el oído de su madre diciéndole lo que tiene que hacer. Ruth como mujer embarazada era el conducto para explorar esta noción. Los modales te dictan que una mujer embarazada y su hijo no-nato son responsabilidad de la sociedad. Todo el mundo tiene que ser amable con una mujer embarazada. Pero Ruth es una vengadora, jurado y juez de los fallos de la sociedad. Utiliza su embarazo como refugio, un caballo de Troya que se va ganando la entrada en el corazón de cada una de sus víctimas. Ella lleva a juicio y condena a cada personaje.
Y entonces entra la comedia (tenía que llegar en algún momento). Olvidé hablar sobre comedia porque es algo en lo que he trabajado toda mi vida. Es todo lo que no es nuevo o aterrador. Con una estructura de drama y unas actuaciones naturales de comedia, quería crear un extraño híbrido. ¡Un niño peculiar! Como un proyecto muy personal, quería hacer una película inusual que realmente representara el tono de rareza de esta historia. Es mi objetivo generar personajes femeninos e historias que sean completamente nuevas. Terreno no familiar. Quería que la película fuera divertida, pero también terrorífica, triste, incómoda, tensa y bella. ¡Todo lo que significa el embarazo!
Mis elecciones en la paleta de color de la película fueron evitar los tonos pastel y tirar hacia el negro, oscuro con trazos de colores vívidos y brillantes. También quería reflejar la implacablemente brutal forma de ver el mundo de Ruth. Siempre me ha encantado el terror. Mis favoritas son las que tratan con la paranoia en diferentes estados como Carrie, La semilla del diablo, El resplandor. PREVENGE es mi homenaje a estos maestros del terror. Una amenaza transgresora y sobrenatural que podría tomarse como metáfora de la desintegración de la mente de alguien. En el caso de Ruth: su bebé.
También me han influido Argento, De Palma y Kubrick en cuanto a la música y a la paleta de color. Hacía bromas con los compositores de que estaba haciendo “ciencia ficción secreta”, en el sentido de que aunque la película está en el mundo moderno, quería sentir como si estuviera entrando en un nuevo territorio. Una exploración: para mí de la misma forma que para el público.
Nuestra Nuestra aproximación al rodaje de guerrilla y a la improvisación le da a la película una estética setentera que llevamos hasta sus últimas consecuencias usando una banda sonora inspirada en ELO y Demos Roussos. En cuanto al maquillaje, el bombo era real.
Los extras eran los propios actores. Normalmente filmábamos cada muerte al principio y cuando íbamos a diálogo los actores sentían un gran alivio al saber que lo más difícil ya estaba rodado.
Y aquí estoy ahora con una película y un bebé. Ambos son una alegría para mí por separado. Me siento con ese orgullo de madre de “No me importa lo que piense nadie, para mí es preciosa”. Pero por supuesto, quiero que todo el mundo quiera a mi bebé tanto como yo lo hago. Y eso no puede estar garantizado. Es lo que más miedo da tanto de ser madre como de ser directora de cine.