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Existen ciertos encuentros intimidantes a los que toda persona teme –conocer a los suegros, al jefe, a una cita a ciegas y quizá el que más nudos en el estómago causa: conocer al ex de tu pareja, especialmente cuando es el padre de los niños por los que te esfuerzas al máximo para ganártelos. Todo esto se lleva a proporciones insospechadas en “Padres por desigual”. Brad, el padrastro decidido a conquistar a los hijos de su pareja, conoce por primera vez al padre biológico de los niños y descubre que este es el padre más enrollado del mundo y parece hacerlo todo mejor que él: vencer a cualquier rival, arreglar cualquier desperfecto en casa y cautivar a cualquier ser humano, incluida la familia que Brad intentará mantener a toda costa.
El director y coguionista Sean Anders habla del argumento: “Padres por desigual” cuenta la vida de un padrastro cariñoso y familiar que lo que más desea en el mundo es ser un buen padre para sus hijastros. Cuando el padre biológico reaparece, resulta ser la clase de persona que sería la peor pesadilla de cualquier padre. El personaje de Will Ferrell, Brad, es un tío genial y el personaje de Mark Wahlberg, Dusty, es un tío enrollado, macarra, guapo y atractivo. Es tan asquerosamente increíble que Brad cae al instante en una espiral de inseguridad. Al mismo tiempo, Dusty se da cuenta de su ansiedad y la utiliza en su propio beneficio. En realidad, ambos quieren lo mismo: ganar el amor de su familia”.
La idea de “Padres por desigual” comenzó, como lo hacen la mayoría de ideas divertidas, con una diabólica situación real: el primer encuentro como padrastro del productor y coguionista Brian Burns y el peligrosamente atractivo ex marido de su mujer. La idea de un padrastro corriente y cariñoso contra un intimidante súper-padre librando una batalla sin reglas para ganarse el afecto de su familia despertó al instante la vena cómica de Anders y su colaborador guionista de toda la vida John Morris.
Conocidos por grandes comedias de éxito internacional como “Jacuzzi al pasado”, “Dos tontos todavía más tontos”, “Somos los Miller” y “Cómo acabar con tu jefe 2”, Anders y Morris, junto a Burns, se vieron creando escenas que consiguieron llevar la apuesta cómica a proporciones gigantescas con la lucha sin reglas entre dos hombres por convertirse en el padre más célebre y perfecto que haya existido jamás.
Sin embargo, el proyecto ciertamente despegó con entusiasmo cuando los realizadores empezaron a imaginar a la pareja más rara posible para ser los dos padres que se enfrentan en la película.
Cuando Gary Sanchez Productions –la productora dirigida por Will Ferrell y Adam McKay– llegó a bordo, quedó claro que Ferrell interpretaría uno… u otro… de los desternillantes y cautivadores papeles. No obstante, ¿quién sería su rival? Tras barajar varias opciones llegó la respuesta que a priori logró hacer sonreír a todos: el dos veces nominado al Oscar® Mark Wahlberg, más conocido por una lista de personajes profundamente conmovedores en dramas de renombre. Ferrell y Wahlberg ya habían actuado juntos encarnando a dos policías de Nueva York en “Los otros dos”; sin embargo, esta película haría lo contrario: enfrentar por primera vez, mano a mano, al patoso y adorable Ferrell contra el atlético y carismático Wahlberg.
Ferrell recuerda: “Al principio se debatió mucho si yo haría el papel de Dusty o de Brad. Sin embargo, todo quedó muy claro cuando surgió el nombre de Mark; supimos al instante que él iba a ser Dusty. Él es una de esas personas que tan siquiera tienen que preocuparse por verse bien o parecer molonas. Simplemente nació así, mientras que los demás tenemos que pasarnos lo que nos queda de vida intentando hacer lo que para él es algo natural. Mark aportó todo esto a Dusty. Él es el hombre que de por sí ya tiene una chaqueta de cuero perfectamente envejecida en su armario. No es algo que se compró en una tienda de moda para intentar parecer más guay. Y todas las mañanas, mientras yo aún estoy soñando, Mark ha hecho ya 2 horas de ejercicio”.
Wahlberg añade: “Aproveché la oportunidad porque no hay demasiada gente en el mundo como Will, con un talento y humor únicos. Nos lo pasamos en grande la última vez que trabajamos juntos. Además, pensé que en esta historia podríamos interactuar de forma muy divertida y diferente, nunca antes vista. A Will y a mí nos gusta mucho gastarnos bromas así que eso les vino de perlas a estos tíos que llevan su pelea a otro nivel”.
El ying y el yang de la química entre Ferrel y Wahlberg no solo se notaron a la perfección en la épica rivalidad de “Padres por desigual”, sino que también pudieron verse en la búsqueda de aquello que hace de alguien un buen padre, sin importar qué destrezas posea. “Will es como un gato doméstico y Mark es un león”, bromea Anders. “Sin embargo, los hombres varoniles que llevan moto no son necesariamente los mejores padres del mundo. Pueden serlo, pero en este caso te das cuenta de que, aunque a Dusty parece dársele bien todo y es guay por naturaleza… en realidad, en su interior está aterrorizado por la responsabilidad de ser padre –y es ahí donde Brad lo supera. Lo cierto es que a los dos personajes les motiva el deseo de ser queridos por sus hijos y pienso que es algo con lo que cualquiera puede sentirse identificado”.
Esa enorme y cercana química humorística quedó patente desde la primera vez que el dúo actuó junto. “El primer día que hicimos pruebas de cámara, Mark y Will llegaron, se colocaron de pie juntos y ya estaba todo el mundo riéndose”, recuerda Anders. “Se pusieron tan bien en la piel de estos dos rivales que tuvimos un gran comienzo incluso antes de empezar a rodar”.
Para Ferrell y Wahlberg, parte del encanto radica en que ninguno de los dos padres era un villano consumado –simplemente eran dos contrincantes que llegan a extremos descontrolados haciendo todas las tareas del hogar imaginables con tal de lograr conquistar a la familia que tienen en común.
“Lo que me encanta es que al final ‘Padres por desigual’ no se trata de que uno de los dos gana”, concluye Wahlberg. “Aunque parte de ese planteamiento, creo que en cierto modo terminas esperando que ambos personajes puedan encontrar la manera de estar presentes en la vida de sus hijos. En cierta manera, aprenden a sacar lo mejor del otro”.