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INFORMACIÓN
Titulo original: Goosebump
Año Producción: 2015
Nacionalidad: EE.UU
Duración: 103 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 7 años
Género: Comedia, Fantástico, Aventuras, Terror
Director: Rob Letterman
Guión: Scott Alexander, Larry Karaszewski, Darren Lemke. Basados en la novela de R.L Stine
Fotografía: Javier Aguirresarobe
Música: Danny Elfman
FECHAS DE ESTRENO
España: 29 Enero 2016
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Sony Pictures


SINOPSIS

Un chico recien llegados al vecindario se une a la sobrina de un escritor de novelas de terror para intentar detener a las criaturas de sus narraciones que han sido puestos en libertad...

INTÉRPRETES

JACK BLACK, HALSTON SAGE, DYLAN MINNETTE, ODEYA RUSH, AMY RYAN, KEN MARINO, KUMAIL NANJIANI, JARED SANDLER, JILLIAN BELL, ELLA WAHLESTEDT, RYAN LEE, TIMOTHY SIMONS

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  Con más de 400 millones de ejemplares impresos en todo el mundo, 'Pesadillas' es una de las mayores franquicias de libros de todos los tiempos. La serie superventas ha atrapado la imaginación de varias generaciones de lectores. Ahora, 'Pesadillas', la nueva película de Columbia Pictures y Sony Pictures Animation, traslada la serie por primera vez a la gran pantalla, combinando docenas de las famosas creaciones del autor R. L. Stine en un filme desternillantemente espeluznante, protagonizado por Jack Black en el papel del famoso escritor.
  Para la productora Deborah Forte, es fácil ver porqué la serie supo conectar con lectores de todo el mundo. “En ‘Pesadillas’, asustarse resulta divertido”, opina. “La serie estaba llena de personajes infantiles con los que era fácil identificarse, que se veían metidos en situaciones extraordinarias, rematadas por fantásticos giros finales que les encantan a los niños. ‘Pesadillas’ se convirtió en un fenómeno que alcanzó incluso a los lectores más reticentes”. Forte fue presidenta de Scholastic Media y vicepresidenta ejecutiva de Scholastic, Inc, editora de los libros de 'Pesadillas'.
  En un primer momento, el equipo de producción –que incluía al director Rob Letterman, Forte y al productor Neal H. Moritz– tuvo que afrontar un dilema: con casi 200 libros distintos de 'Pesadillas' entre los que escoger, ¿qué libro adaptaban? La respuesta llegó cuando el equipo dio con una solución: meterían docenas de las creaciones más famosas de Stine en una sola película, con el propio Stine como figura central. “Queríamos crear una experiencia más grandiosa que los libros o la serie de televisión”, explica Forte. “El guion tenía que captar la auténtica esencia de los libros de ‘Pesadillas’ y al mismo tiempo ofrecer un gran espectáculo cinematográfico para los espectadores”.
  La auténtica esencia exigía calcar el tono con el que habían conectado los lectores una y otra vez en cientos de títulos. “Los libros dan miedo, pero no mucho miedo; son divertidos, pero sin exagerar”, explica Moritz. “Queríamos una historia con la que los niños pudieran sentirse identificados y divertirse con Jack Black encarnando a R. L. Stine. Jack posee una cierta cualidad que consigue que todo el mundo se sienta cómodo”.
  “Esa combinación de divertido y escalofriante funciona muy bien, como las patatas fritas y el ketchup”, opina Black. Teniendo eso presente, el equipo responsable del proyecto se propuso emular la mezcla perfecta de los libros con la cantidad adecuada de aventuras divertidas y la cantidad adecuada de sustos. Y Black comenta que nada menos que el propio R. L. Stine se lo explicó así. “Cuando conocimos a R. L. Stine, ese fue su único consejo: que nos ciñéramos al tono. Le encantó el guion, le encantó que yo fuera a interpretarlo y nos dio su aprobación”.
 
“Eso era lo más importante para mí: ¿hay la misma mezcla de sustos y humor que tenemos en los libros? ¿Se ajusta a eso? Tiene que tener risas y tiene que tener giros y sorpresas”, explica R. L. Stine. “Siempre he llamado a los libros de ‘Pesadillas’ ‘sustos seguros’, porque los niños saben qué esperar. Van a sentirse seguros en todo momento, mientras disfrutan de esas espeluznantes aventuras. Así que me quedé encantado al leer el guion y comprobar que era como los libros”.
 
“El tono de la película era uno de los aspectos más importantes de la misma y el hueso más duro de roer”, asegura Letterman. “Me encantan las viejas películas de Amblin, y la razón es que tienen una base muy sólida en el mundo real; todos los niños tienen problemas del mundo real con los que los niños del mundo real se pueden identificar. Y entonces algo sobrenatural, mágico o del espacio exterior entraba en ese mundo, y así se conseguía una historia interesante, porque el mundo tenía esa base real. Eso era una parte fundamental del tono de ‘Pesadillas’ que resultaba muy importante para mí”.
 
“La otra parte era encontrar el equilibrio adecuado entre el humor y los sustos, asegurarnos de que no fuera a dar demasiado miedo a los niños, pero siguiera teniendo los sustos divertidos por los que es famosa la serie”, prosigue Letterman.
 
Frente a Black, el equipo responsable de la película decidió contar con un buen número de las famosas creaciones de Stine. Siempre que fuera posible, el equipo creó criaturas físicas, a base de maquillaje y efectos especiales prácticos. “Cualquier monstruo que pudiéramos hacer de manera práctica, lo hicimos”, afirma Rob Letterman. “Hay unos cuantos hechos mediante infografía y otros que son un híbrido de efectos prácticos con infografía, pero teníamos claro que queríamos tener lo máximo posible ante la cámara. No quería que los monstruos parecieran dibujos animados, ni demasiado simplones. Sabía que sería estupendo para la interpretación de los actores tener algo real allí presente y la verdad es que consigue que la película cause así una mejor impresión, como si la magia de los libros cobrara vida”.
 
Así, como villano principal de la historia encontramos a la creación más perdurable de Stine: el muñeco Slappy. En la película, Slappy es el alter ego de Stine y el cerebro del malvado plan. El equipo de producción se puso en contacto con Ironhead Studio para que diseñara y creara un muñeco de ventrílocuo real que funcionara –y que se pareciera a Jack Black en muchos aspectos–. El muñeco era enteramente manual, sin nada electrónico, y se encargó de manejarlo Avery Lee Jones, trabajo que le fue ofrecido tras una búsqueda del mejor candidato por todo el país. Jones podía mover a Slappy con sus controles manuales de muchas formas distintas: haciendo girar la cabeza de lado a lado o dando una vuelta completa, controlando la boca, moviendo los ojos de lado a lado, pestañeando, abriéndolos de par en par o moviendo las cejas. Jake McKinnon, de Ironhead Studio, se ocupó de supervisar el funcionamiento del muñeco, para comprobar que todo funcionara bien.

   El reparto principal de 'Pesadillas' no solo está compuesto por los habitantes ficticios de Madison, Delaware, sino también por las criaturas surgidas de la imaginación de R. L. Stine.
 
A la hora de plantearse el director Rob Letterman cómo dar vida a todas esas criaturas, le resultaba importante combinar la acción real con la animación por ordenador. Algunas estarían presentes y las captarían las cámaras, otras habría que crearlas más tarde, mediante infografía, mientras que otras serían una combinación de ambas facetas.
 
“Sabíamos que sería estupendo hacer cuanto pudiéramos ante la cámara”, opina Letterman. “No quería que los monstruos parecieran dibujos animados. Los niños son demasiado listos para eso y no quería simplificarlo para ellos. Al crear las criaturas de manera práctica, no solo quedaría genial, sino que sería ideal para la interpretación de los actores tener algo real allí presente a lo que reaccionar, en el momento”.
 
Letterman empezó a colaborar pronto con el diseñador de criaturas Carlos Huante, un veterano ilustrador y diseñador de criaturas que ha trabajado en filmes como “Men in Black (Hombres de negro)”, “Mi gran amigo Joe”, “Hellboy”, “La guerra de los mundos”, “Las crónicas de Spiderwick” y “Alicia en el País de las Maravillas”, así como la serie de animación de “Cazafantasmas”. Más adelante, durante el rodaje, las criaturas cobraron vida gracias a la jefa del departamento de maquillaje Fionagh Cush, el diseñador de efectos de maquillaje de criaturas Stephen Prouty, la jefa del departamento de peluquería Adruitha Lee y la diseñadora de vestuario Judianna Makovsky.
 
“Era un trabajo de ensueño”, asegura Prouty. “No hay muchos trabajos donde te pidan que crees todo un ejército de monstruos. El guion era tan inteligente y divertido, que me enganchó de inmediato”.
 
“Tomamos los diseños conceptuales y los interpretamos en un mundo tridimensional de moldes de esculturas y prostéticos”, prosigue Cush. “En nuestra serie de pruebas de maquillaje, algunos daban demasiado miedo y otros no daban el suficiente. Tuvimos que encontrar un término medio”.
 
Por ejemplo, el equipo creó ocho usurpadores de cuerpos para que aparecieran en la secuencia del cementerio y en el ataque final de los monstruos. Se aplicaron pieza a pieza prostéticos de látex color carne hechos a medida a los rostros de ocho actores para darles aspecto de zombis. Cada juego de prostéticos faciales se hizo con silicona de calidad médica y se necesitaba un día entero para crearlo. Cada día se aplicaba un juego nuevo de prostéticos faciales a cada actor. Los prostéticos de los dedos largos y espeluznantes de los monstruos se hacían a mano en el taller de efectos especiales de maquillaje. Hubo que moldear desde cero 1500 dedos distintos, cada uno de los cuales se pintaba a mano y se le daba esmalte de uñas transparente. Cada dedo podía usarse hasta tres veces.
 
Los usurpadores de cuerpos estaban muy versados en movimientos estilo zombi, ya que muchos de ellos ya habían trabajado anteriormente como zombis en la popular serie de televisión “The Walking Dead”. Cada uno de ellos necesitaba tres horas y media para estar listo, entre que el departamento de maquillaje les aplicaba sus prostéticos y se los pintaba, el departamento de peluquería hacía que su pelo pareciera sin vida a propósito, y luego los vestían con ropa retro y envejecida, hecha a medida para ajustarse al aspecto y personalidad de cada criatura.
 
Odeya Rush recuerda: “Cuando estábamos rodando en el cementerio y los usurpadores de cuerpos cobraron vida, resultó sumamente real y espeluznante. No me podía creer lo que estaba viendo”.
 
Otra criatura que se creó de manera práctica fue la mujer serpiente, identificable por su rostro escamoso, su largo pelo rubio trenzado y su seductor vestido ajustado con un brillo metálico. La mujer serpiente necesitaba tres horas para sufrir su transformación completa. Algunos de los detalles de dicha transformación eran bastante sofisticados, mientras que otros eran sorprendentemente simples, como sus ojos, hechos de lentes polarizadas de gafas de sol, que se podían poner y quitar fácilmente del prostético de alrededor. Para terminar su peluca, tres personas tuvieron que invertir 90 horas.
 
La criatura favorita de Prouty era el monstruo del lodo, que solo llegó a ganarse un hueco en la película después de que Letterman viera los increíbles diseños de Prouty. Para crear el disfraz, Prouty empleó una tela tejida con hilo de uniformes de caza de camuflaje; cada hilo se cosía a mano en una fina malla de tela. La cabeza del monstruo estaba hecha de espuma y colgaba de un soporte que le permitía balancearse de atrás adelante para dotarla de cierto movimiento.
 
El actor que había dentro del monstruo de lodo medía 2,03 m y calzaba una talla 49,5 de zapato (dato curioso de 'Pesadillas': el monstruo de lodo y la mujer serpiente eran pareja en la vida real).
 
Como cabía esperar, el equipo de diseño puso suma atención a los pequeños detalles, como los ojos y el pelo. Por ejemplo, la sacerdotisa egipcia llevaba lentes de contacto opacas azul turquesa, bajo cejas en las que podía leerse “Pesadillas” escrito con jeroglíficos; Cronby, el leprechaun malvado de 90 cm de altura, llevaba lentillas rojas, el payaso malvado llevaba lentes de contacto de color amarillo brillante y los pelos de loco electrocutado del profesor Shock se conseguían mantener tiesos mediante detergente de lavadora.
 
Ironhead Studio, de Los Ángeles, diseñó el disfraz de la momia y la máscara de la película. Todo el que se cruzara en su camino tardaría en olvidar sus inquietantes dientes, sus ojos hundidos y el adorno de la barbilla de esmeralda y oro envejecido.
 
También se pudo ver por el set de rodaje a una banda de pálidos vampiros, el brujo, cubierto de barro y con un hueso prostético de adorno en la nariz, Madame Maldita, con su bola brillante de cristal y su puntiaguda barbilla prostética, el verdugo, el pirata, que era un amputado en la vida real, una pareja (un chico y una chica) de bichos raros de cara morada, dos espantapájaros y una calabaza linterna sobre zancos, y la máscara maldita.
 
¿La creación más espeluznante? Si se les pregunta a Dylan Minnette, Odeya Rush y Ryan Lee, todos responderán igual: el payaso. El actor no se salió nunca de su personaje en el set de rodaje y resultaba más que aterrador.

 
En la película, varios personajes acaban congelados. Se crearon una docena de aspectos distintos de gente congelada para el filme, entre ellos Timothy Simons como el agente Stevens, Amanda Lund como la agente Brooks y Jillian Bell como la tía Lorraine. El departamento de peluquería creó pelucas individuales para cada persona congelada, que parecían como si estuvieran rígidas y llenas de carámbanos.
 
Adruitha Lee, la jefa ganadora del Óscar del departamento de peluquería, recuerda: “Fue todo un reto encontrar materiales adecuados para hacer que el pelo pareciera congelado. Llamé a otros compañeros de profesión para pedirles sus recetas secretas, pero nada parecía quedar bien para lo que necesitábamos. Entonces se nos ocurrió la idea que nos salvó, fuimos a Home Depot y compramos veinte tubos de masilla blanca y transparente y empezamos a embadurnar las pelucas con ellas. Fue un experimento... pero, por suerte, ¡funcionó!”.
 
El departamento de peluquería necesitó cuatro semanas para crear catorce pelucas. “Antes del proceso de hacer que las pelucas parecieran congeladas, las cortamos y peinamos para que coincidieran con el corte de pelo de los propios actores”, explica Lee. El departamento de maquillaje especial también se encontró con el reto de crear carámbanos que colgaran de la cara de la gente congelada, para lo cual se valió de acrílicos transparentes y plástico moldeado al vacío.
 
Por divertido que fuera crear y diseñar docenas de monstruos distintos, está claro que hay una estrella principal en ese espectáculo concreto (como él mismo se encargará de recordar): el muñeco Slappy. Diseñar y crear a Slappy, el antagonista principal y alter ego de R. L. Stine en la película, habría sido imposible sin la participación de varios artesanos expertos.
 
Ironhead Studio fue el responsable de la creación física y de la mecánica del muñeco Slappy. Siguiendo las indicaciones de Letterman, el rostro de Slappy se diseñó para que se pareciera a Jack Black en su papel de R. L. Stine. Slappy es un auténtico muñeco de ventrílocuo, sin ningún tipo de circuito electrónico dentro: todos los controles son mecánicos y precisan que los maneje un experto titiritero.
 
Después de una búsqueda por todo el país, el titiritero Avery Lee Jones consiguió el puesto. Jones podía mover a Slappy con sus controles manuales de muchas formas distintas: girando la cabeza de lado a lado o dando la vuelta completa, controlando la boca, moviendo los ojos de lado a lado, pestañeando, abriéndolos de par en par al replegar los párpados y moviendo las cejas.
 
Jake McKinnon, de Ironhead Studio, estuvo presente durante el rodaje para comprobar que todo marchara bien técnicamente con el muñeco físico.
 
Después de la actuación de Jones, hay unas cuantas escenas en las que hubo que retocar a Slappy con animación por ordenador: ni el ventrílocuo más hábil del planeta podría hacer caminar a Slappy, así que en esas escenas hubo que combinar al muñeco físico de Slappy con efectos infográficos.
 
 
Rob Letterman optó por lo retro a la hora de elegir el vehículo que hiciera de coche fantasma y se decidió por un Lincoln Continental Mark III negro clásico de 1969. Este modelo cupé de dos puertas y 2268 kg de peso de Lincoln es muy conocido por su rejilla frontal estilo Rolls Royce.
 
En el rodaje se utilizaron dos coches idénticos, encontrados en Florida y Georgia. En uno de ellos, el departamento de efectos especiales instaló un sistema eléctrico para producir el efecto de una rejilla que brillara.
 
  Desde el primer momento, las instrucciones de Rob Letterman a su equipo fueron que toda criatura que pudiera crearse mediante efectos prácticos y se pudiera filmar utilizando a actores reales, se haría por este método. Sin embargo, algunas de las criaturas previstas –desde un abominable hombre de las nieves de 3,65 m a una mantis religiosa de más de 8 m, o una pandilla de gnomos de jardín con muy malas pulgas– tendrían que crearse mediante efectos visuales. El trabajo recayó en gran medida en el supervisor de efectos visuales Erik Nordby, el coproductor Greg Baxter y el equipo de MPC en Vancouver y Montreal. “Lo que hace única a esta película es el amplio surtido de personajes distintos y excepcionales”, opina Baxter. “Muchos de ellos protagonizan sus propias secuencias de acción, no están simplemente figurando de fondo”.
 
Al final, el equipo de efectos visuales fue responsable del abominable hombre de las nieves, el hombre lobo, los gnomos, las plantas antropófagas, los alienígenas de ojos saltones, la mantis, el monstruo baboso, los robots de juguete y el caniche maligno, además de crear el parque de atracciones abandonado y la noria rodante, y de recrear para planos generales a varias de las criaturas hechas mediante efectos prácticos. “Nuestro mayor reto fue cuántas criaturas distintas y originales había que diseñar y hacer”, confiesa Baxter. “Cada una de esas criaturas se fotografía de forma distinta, se mueve de forma distinta, se comporta de forma distinta, varían de tamaño, desde diminutos gnomos de jardín a una mantis gigantesca y un monstruo baboso aún más grande”.
 
Después de que Carlos Huante creara una versión inicial de las criaturas, el departamento artístico de MPC desarrolló los diseños de las criaturas que se iban a generar enteramente por ordenador, resolviendo detalles y calculando cómo se moverían los personajes.
 
El objetivo con los diseños de las criaturas, según Nordby, era encontrar un término medio entre una criatura que diera suficiente miedo como para poner la carne de gallina a los niños, pero sin dejar por ello de captar el espíritu cómico y divertido de los monstruos, que son el sello distintivo de la serie de libros de Stine. Como ejemplo se podría tomar a los gnomos, que tienen un aspecto corriente y cómico, con voces muy agudas y graciosas, que se contradicen ambos con sus malvadas intenciones.
 
Otro ejemplo, al que Nordby comenta que tuvo que abordar desde otra dirección, es el hombre lobo. El diseño, a primera vista, es el de un hombre lobo como Dios manda, pero entonces entra en juego el carácter de la criatura. “Rob lo vistió con zapatillas deportivas y pantalones cortos de baloncesto”, prosigue Nordby. “Eso permitió a los espectadores más jóvenes contextualizarlo como algo más divertido, más de broma. Fue algo que intentó conseguir en todo momento”.
 
El hombre lobo, señala, es en precisamente una excepción a una de las reglas del equipo de producción: se trata de una criatura bípeda humanoide que se creó mediante infografía, en lugar de con maquillaje. “Mantuvimos una breve conversación sobre hacer el hombre lobo con efectos prácticos, pero nos dimos cuenta rápidamente de que sería imposible conseguir el efecto que quería Rob con una criatura física. Su complexión, con un torso superior muy amplio, como un jugador de baloncesto muy musculoso, su forma de moverse, su fuerza, su velocidad o la capacidad de correr a cuatro patas, la única forma de conseguir todo eso era haciéndolo por ordenador”.
 
Para ayudar en el rodaje, un especialista se encargó de hacer de hombre lobo. “Eso nos permitió tomar los movimientos que el especialista nos daba como punto de partida real, ajustándose a las leyes de la física, para lo que luego queríamos conseguir con la criatura”, explica Nordby. “En ciertas circunstancias, lo utilizamos para afectar el entorno. Así, por ejemplo, cuando el hombre lobo golpea el beicon y se cae todo, o cuando aplasta la fruta y la bolsa de nubes, es el especialista quien se encarga de hacerlo”.
 
Ambientar la escena en un supermercado fue otra forma de darle un mayor toque de humor. “Tuve ocasión de llevar a Jack Black en un carrito de la compra mientras nos perseguía un hombre lobo”, bromea Dylan Minnette. “Ya es algo más que puedo tachar de mi lista de cosas que hacer antes de morir”.
 
Otro enorme reto fue crear al abominable hombre de las nieves de Pasadena, conocido cariñosamente como ‘Abby’ entre el equipo de producción. Abby está cubierto de pelaje, así que diseñar y planificar a la criatura exigió un esfuerzo enorme. “El pelaje de Abby iba a ser una de las cosas más difíciles de conseguir que resultara real”, sostiene Baxter. “Así que, al empezar, tomamos un montón de pieles blancas de distintos animales y se las enseñamos a Rob para que nos diera su opinión. Nos quedamos con la que se aproximaba más a la idea que él tenía –un pelo largo y blanco, similar al de un oso polar– y la envolvimos en torno a una gran esfera que utilizamos como referencia”. Los artistas de efectos visuales suelen obtener información sobre luces y sombras sacando fotos en cada set de rodaje de dos esferas, una gris y una cromada. Sin embargo, en 'Pesadillas', los artistas emplearon otras esferas distintas con texturas y pelaje, que usaron como referencia del aspecto que podría tener cada criatura con la iluminación de esa escena concreta.
 
Pero la piel de Abby no fue nada comparada con otra criatura, una que tanto Baxter como Nordby coinciden en señalar como la más difícil de crear. ¿De cuál se trató? A menos que trabajes en efectos visuales, nunca lo adivinarías. Fue el caniche maligno, que no aparece más que en seis planos de la película, pero exigió meses de trabajo. “El pelo de caniche, que es sumamente compacto y rizado, es algo que siempre intentamos evitar en el mundo de la infografía, porque es muy difícil”, explica Nordby. “Empezamos a trabajar en ello muy pronto, porque sabíamos que iba a resultar muy complejo, y no sé si fue suerte o la enorme cantidad de talento que pusimos a diseñarlo, pero obtuvimos algo que daba una sensación completamente real en unos cuatro o cinco meses”.
 
En busca siempre de la mejor solución, que a la vez fuera lo más práctica posible, para el diseño de las criaturas, los alienígenas de ojos saltones eran intérpretes presentes en el set, a los que el equipo de MPC se encargó de reemplazar las cabezas y manos en posproducción. Durante el rodaje, se utilizó para interpretar a los alienígenas a jóvenes de 1,96 m de altura y unos 77,1 kg de peso (o menos), vestidos con trajes muy ceñidos diseñados por Ironhead Studio.
 
Para crear a la mantis, la principal preocupación era asegurarse de que la cámara estuviera lo suficientemente alejada de la acción para que los artistas tuvieran el espacio necesario para insertar a la criatura de más de 8 m. “Utilizamos una referencia de altura mientras atravesábamos el pueblo”, aporta Baxter. “En cada una de las escenas, tuvimos que encontrar una forma de mostrar a la cámara algo que no estaba allí, y cómo hacer el encuadre para tenerlo en cuenta, cómo seguirlo y cómo iluminarlo”.
 
Todas las criaturas tenían que parecer reales, incluso el monstruo baboso, comenta Nordby. “Empleamos desde el principio todas las típicas técnicas de creación de esqueletos y piel, de modo que todas las criaturas tenían ya esa base y luego nos dedicamos a manipularlas a fondo para asegurarnos de que se movieran correctamente y tuvieran el peso adecuado. Hasta que llegamos al monstruo baboso, el peso y el movimiento de todas las criaturas estaba muy basado en la física. El monstruo baboso es la criatura de la película a la que a la gente le puede costar más entender cómo puede existir en nuestro mundo, simplemente porque nunca hemos visto nada tan grande. Recurrimos a software de simulación de agua, y espesamos el agua hasta un nivel en el que todavía se comportara como agua, pero mucho más lenta y viscosa”. Y entonces empezaron a realizar pruebas, con resultados que iban del chicle, a la gomina, a una solución que era demasiado líquida. Para conseguir el diseño adecuado, Nordby comenta que “Tuvimos que dar un paso atrás y pensar en momentos clave en los que necesitaríamos que el personaje expresara alguna emoción, uno de los cuales es cuando el monstruo se alza delante de Stine y se convierte en una especie de maremoto viscoso de aspecto enormemente amenazador, y acaba formando como una boca y lanzándose encima de Stine”. Al fijarse en estos momentos, el equipo de diseño pudo centrarse en el diseño más adecuado para el personaje en esas escenas clave.

 
A menudo, las localizaciones pueden estar a kilómetros de distancia, pero luego se juntan durante el montaje y se consigue que parezca que están una pegada a la otra. En el caso de 'Pesadillas', sin embargo, las casas de Stine y Cooper están realmente una junto a otra, en el barrio de Candler Park de Atlanta.
 
El rodaje continuó en el cementerio Decatur, para la emboscada de los usurpadores de cuerpos y después pasó a Jonesboro, donde se utilizó el supermercado familiar Wayfield Foods, a altas horas de la noche, para la secuencia de la persecución del hombre lobo. La persecución del abominable hombre de las nieves se filmó en la pista de hielo Ice Forum de Marietta.
 
Muchos de los interiores se grabaron en estudios de cine de Conyers, entre ellos el estudio de Stine (donde se inicia la aventura), la secuencia del ataque de los gnomos en la cocina de Stine y la secuencia del interior de la casa de la risa.
 
Crear el set del estudio de Stine fue uno de los retos creativamente más gratificantes y divertidos que tuvo que afrontar el diseñador de producción Sean Haworth. “En el estudio, intentamos crear el entorno perfecto para que Stine pudiera canalizar su imaginación y su creatividad”, explica. “Tuvimos que encontrar la textura y los objetos que le llenaran el alma y lo inspiraran. Expusimos objetos que el recluso Stine hubiera acumulado a lo largo de sus viajes... cámaras mágicas, cabezas reducidas, cerámica maya, libros de arqueología, libros sobre ocultismo, un pisapapeles con una mantis religiosa... Intentamos dar un toque de humor a los objetos desplegados”.
 
Pero en el estudio también se guardaban los manuscritos de “Pesadillas” que albergaban a las criaturas que alimentan los miedos de Stine. “Los manuscritos de ‘Pesadillas’ son interesantes porque se han convertido básicamente en una prisión para Stine”, aporta Haworth. “Se han convertido en los custodios de su imaginación. Diseñamos los libros como si fueran cámaras en miniatura, mundos guardados bajo llave. Luego pasamos cierto tiempo intentando decidir cómo mostrar y exhibir los libros. Por esa razón, están en pleno centro de la biblioteca, en su propio santuario”.
 
Para crear el exterior del parque de atracciones abandonado, el equipo de producción creó uno de los mayores decorados de la película en el plató posterior de Conyers. El diseñador de producción Sean Haworth creó un mundo que era común y sencillo. “Rob no quería un mundo que estuviera demasiado recargado”, comenta Haworth. “Quería que pareciera cercano y, en cierto modo, familiar”.
 
Para dotar al parque abandonado de un aire siniestro, Haworth tomó los elementos alegres de un parque de atracciones y los atenuó y envejeció. La casa de la risa, la casa de locos, el tiovivo, la noria... en la visión de Haworth están todos deteriorados.
 
Para las secuencias del pueblo, incluidas las secuencias de persecución en coche, el equipo de producción eligió la localidad de Madison, un pueblo histórico con una población de 4000 personas. Este lugar es una de las principales razones por las que Letterman decidió rodar en Georgia: a Letterman le entusiasmó el pintoresco encanto del pueblo y la buena disposición de la comunidad para implicarse en el rodaje y apoyarlo. La torre del reloj del juzgado de doscientos años de antigüedad de la plaza del pueblo de Madison encajaba a la perfección con el tono nostálgico que el director buscaba para 'Pesadillas'. Letterman comenta: “Madison era el estereotípico pueblo de Estados Unidos”.
 
La Escuela de Artes DeKalb, en Avondale, se convirtió en el escenario donde se grabaron las numerosas escenas del instituto de la película, entre ellas la gran secuencia de acción del baile del instituto, cuando los 500 extras que hay en el gimnasio descubren que el pueblo está siendo atacado por las creaciones de Stine. El mural del instituto se transformó para que mostrara a los Diablos de Madison, la mascota ficticia del filme.

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