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Cuando el productor John Giwa-Amu y el guionista/director Caradog James se conocieron por primera vez en 2005 gracias a un amigo, rápidamente se dieron cuenta de que compartían la misma pasión por ‘Blade Runner’, un sentido del humor similar y el mismo entusiasmo por la cinematografía. Todas las piezas encajaban y ese mismo año crearon Red and Black Films. Desde entonces, han desarrollado un enfoque colaborativo extraordinario que abarca todo el proceso cinematográfico, desde los inicios hasta la postproducción.
Inspirado por libros sobre futurismo e inteligencia artificial, y varios ensayos del filósofo y científico francés Descartes, Caradog llevaba mucho tiempo queriendo hacer una película sobre una nueva vida y un robot femenino; no obstante, pese a que habían estado dando vueltas a esta idea, no habían llegado a nada concreto. No fue hasta que Caradog leyó la novela gótica de terror ‘Frankenstein’, de Mary Shelley, a finales de 2010, que finalmente empezó a vislumbrar cómo podría plasmar sus ideas en una narración. Los paralelismos emocionales con ‘Frankenstein’ se hicieron evidentes e infundieron la historia que quería contar: en unas pocas semanas y con asombrosa rapidez escribió un primer borrador. Con cada nueva versión del guión, el ritmo de la historia y los personajes iban evolucionando, y poco a poco ‘The Machine’ fue cobrando vida. Mientras tanto, sin el respaldo de ningún estudio, John se dedicó a recaudar los fondos necesarios para convertir su sueño en realidad. Con una emotiva versión final del guión y el tema financiero resuelto, Caradog y John contaban con las herramientas necesarias para realizar la película que habían estado imaginando durante tanto tiempo y para la que habían trabajado tan duro.
LA VISIÓN DEL DIRECTOR...
Cuando siendo niño Caradog vio ‘E.T., el extraterrestre’ en el cine, encontró una forma de arte que “captó y despertó” su imaginación como nunca nada antes lo había hecho. Devoto admirador y amante del cine, su pasión por la ciencia ficción empezó ese día y continuó a lo largo de los años con películas como ‘Terminator’ y ‘Dune’. A medida que Caradog iba creciendo y mirando clásicos del cine, como ‘La naranja mecánica’ y ‘Alien, el octavo pasajero’, fue comprendiendo qué tenían de especial esas películas: «Me encanta la iluminación, el diseño y la clara visión del futuro que todas ellas tienen en común», explicó entusiasmado. Las decisiones en términos de iluminación resultaron fundamentales para la hermosa cinematografía presente en toda la película de ‘The Machine’. Caradog intentaba evocar «esa cualidad onírica y superior» que la iluminación confiere a esas películas que tanto le cautivan. Esta visión de una película de género se podía apreciar incluso en las primeras versiones del guión de ‘The Machine’, que entusiasmaron a John, el productor, por «la fusión de género y emoción». Aunque repleta de rasgos convencionales propios del cine de ciencia ficción —como la tecnología futurista y robots humanoides—, la lucha interna de la protagonista, en combinación con un trasfondo de conspiración y traición, da lugar a que ‘The Machine’ genere una respuesta emocional.