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SINOPSIS
En el transcurso de una expedición a África John Greystoke y su esposa mueren en un accidente aéreo, sobreviviendo solo su hijo pequeño. Un grupo de gorilas descubre al niño acogiéndolo como si fuera uno más de ellos. Tarzán tendrá que aprender la leyes de la jungla sin tener contacto alguno con ningún humano hasta que una ecologista, Jane, viaja engañada por el presidente de la compañía Greystoke, que solo busca tener más poder intentando hacerse con el meteorito que los padres de tarzán buscaban años atrás. Ahora Tarzán debera utilizar todos sus instintos para proteger su hogar...
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La reinvención de ‘Tarzán’® como una historia de animación 3D generada por ordenador mediante una compleja tecnología de captura de movimientos, más de 100 años después de que Edgar Rice Burroughs concibiera originalmente la historia, empezó con “Animals United”, la película anterior del guionista, productor y director Reinhard Klooss. Durante la etapa final de producción de la que por entonces era la película de animación por ordenador más sofisticada jamás hecha en Alemania, Klooss viajó a África para documentarse. “Estuve observando gorilas en Ruanda, Uganda, el Congo”, recuerda Klooss. “Te encariñas mucho y muy rápido con ellos, ya que son increíblemente emotivos. Se despertó en mí un profundo deseo de trasladar mi experiencia al cine. Podo después, Robert Kulzer me llamó desde Los Ángeles y me preguntó si no deberíamos hacer una película de Tarzán, ya que sería una gran historia de simios”. Kulzer había encontrado una reedición del libro Burroughs. Lo había leído y se había dado cuenta de que la historia original pese a haber tenido innumerables adaptaciones, nunca se había plasmado realmente de manera adecuada en una película. Por entonces expiraron también los derechos cinematográficos de animación, que en ese momento eran propiedad de Disney. Habían producido una película de gran éxito con el personaje, así como dos secuelas. Disney seguramente había hecho cuanto había podido con el personaje. “Mientras trabajaba duramente para conseguir que la historia de Tarzán encajara con mi idea para una historia sobre gorilas, Constantin se ocupó de tratar con los titulares de los derechos, Edgar Rice Burroughs, Inc.”, explica Klooss. Klooss estudió las películas existentes de ‘Tarzán’® mientras pensaba qué clase de historia quería contar y en qué aspectos se centraría la trama. Pero, al final, decidió volver al modelo original de Edgar Rice Burroughs para encontrar un enfoque que encajara con su interpretación moderna de “Tarzán de los monos”. “Me pasé dos meses saliendo a pasear a diario por el bosque y luego escribí el primer borrador en dos semanas”, recuerda Klooss. “Ese acabaría convirtiéndose en la película final, aunque por supuesto aparecieron innumerables borradores más a lo largo de los doce meses siguientes. Entonces nos encontramos ya en la fase de preproducción, trabajando en diseños de personajes y escenarios, nuevas aplicaciones de software y la tremendamente compleja estructura de producción. Durante esta época, no dejamos de trabajar continuamente en la historia. La primera versión apenas contenía ningún diálogo, lo que me permite concentrarme en lo esencial de la estructura dramatúrgica”.
La ventaja principal era que el eje central del proceso de producción se encontraba en la sala de montaje. Se tardó un total de 15 o 16 meses en montar la película. “En las producciones realizadas mediante infografía resulta estupendo poder colocar la cámara prácticamente después de haber filmado la captura de movimientos. Es más, puedes controlar los ángulos de cámara incluso después del rodaje, lo que resulta realmente crucial para la historia”.
Con la idea de explicar la mayor parte de la historia mediante imágenes, Reinhard Klooss se quiso asegurar de que su película fuera única comparada con la mayoría de las cintas de animación más conocidas que cuentan con animales como personajes centrales. El atractivo de esas películas es que los animales están personificados y se pone especial énfasis en los diálogos. “La mayoría de los filmes de animación infográfica de los últimos años están llenos de canciones, bailes y animales parlantes”, explica el realizador. “Ponen énfasis principalmente en los chistes y las payasadas. Teníamos claro que no debíamos intentar vencer a Hollywood en su propio juego. Habría sido sencillamente imposible. En cualquier caso, Disney ya había hecho una película de ‘Tarzán’® difícilmente superable en cuestión de encanto y humor”, prosigue. “Por eso decidimos traer al primer plano otro aspecto diferente: los años de formación de Tarzán, su ‘socialización’ en la selva, en la que el lenguaje humano no existe, donde las emociones, a lo largo de la historia, se muestran en lugar de explicarse”. Después de resolver los problemas iniciales referentes a la dramaturgia y la ejecución técnica, se fue haciendo cada vez más patente que la fuente más importante de la película no podía ser otra que el modelo original de Edgar Rice Burroughs. Desde el principio, Klooss tenía claro que la película debía ambientarse en la actualidad.
El director comenta “Primero preparamos 5000 storyboards a lo largo de un año. Llegados a ese punto, ya habíamos montado y añadido el sonido una vez. Luego llegó el auténtico rodaje de captura de movimientos, que llevó tres meses y medio en el segundo mayor estudio de motion capture del mundo, con la ayuda del equipo de Metricminds, en la Sala 12 de los estudios Bavaria Film. Al mismo tiempo, rodamos el guión con actores, especialistas y artistas de parkour en decorados teatrales abstractos, que se correspondían con los sets en 3D. Entonces grabamos sus movimientos con unas 70 cámaras infrarrojas. En una tercera fase, llamada montaje de movimientos, que duró otros 12 meses más, un equipo de 50 personas trasladó los movimientos grabados de los actores a nuestros personajes 3D, ajustó los movimientos a la escala adecuada y organizó los movimientos virtuales de cámara. Una vez terminada esa fase, fue cuando pudo empezar el proceso de animación por keyframes (fotogramas clave), en el que 120 animadores, texturizadores, técnicos de iluminación y muchas otras personas creativas en Hanóver y Múnich pulieron el aspecto de la película e incorporaron el diseño de sonido, los diálogos y la música”. Incluso en ese aspecto, ‘Tarzán’® supone un salto cuantitativo importante con respecto a sus predecesores, puesto que los procesos estaban tan entremezclados entre sí que la producción duró dos o tres meses más que la de “Animals United”.
“Es ciertamente extraño para una película de animación tener un protagonista principal desnudo (bueno, digamos que casi desnudo, vestido únicamente con un taparrabos), moviéndose por el filme”, opina Klooss. “Eso crea un enorme reto técnico. Bajo la piel de Tarzán hay un sistema esquelético y muscular que debe imitar el de las criaturas vivas. Hace que todo resulte mucho más realista, pero también increíblemente complejo. Cuando un personaje humano como Tarzán lleva poca o ninguna ropa, los bíceps tienen que parecer realmente bíceps y no ladrillos. Pero, naturalmente, no son músculos ‘auténticos’, y las aproximaciones digitales a la realidad siempre producen sorpresas no deseadas y desagradables (y, si el personaje no lleva pantalones o camisa, el trabajo de varios días o incluso semanas puede resultar inservible). Así que un hombre musculoso animado y semidesnudo necesita un trato especial propio”.
La cantidad de datos que hubo que procesar durante la producción fue inmensa. “Naturalmente”, señala Klooss, “eso se debe en parte al concepto fotorrealista, pero también a los escenarios en los que se ambienta la película, en lo más profundo de la selva africana. La propia naturaleza del aspecto de la selva conlleva que no hay dos rincones iguales. Queríamos hacer la selva lo más intrincada posible, con flores, helechos, musgo, lianas, árboles gigantescos, ríos, arroyos, charcas, rápidos, cataratas... a fin de crear un mundo de aventuras mágicamente grandioso”.
El elevado nivel de realismo conseguido mediante la tecnología de motion capture se tuvo que retocar ligeramente a lo largo de los doce meses siguientes para dotar a los movimientos de Tarzán de una cierta cualidad superheroica o para corregir los movimientos de los simios. “También volvimos a meter aquí y allá irregularidades para evitar el efecto ‘uncanny valley’, pero sin que ello detrajera de la elegancia y fuerza física de los personajes”.
Para evitar crear personajes ‘muertos’, Reinhard Klooss y el equipo de ‘Tarzán’ optaron por no realizar la llamada ‘facial-capturing’ (captura de gestos faciales). En su lugar, todos los personajes humanos llevaban cámaras en la cabeza para proporcionar a los animadores una referencia de las expresiones faciales de los actores. “Grabamos más de 20 000 vídeos con nuestras cámaras en el set, que recogían los movimientos de cada actor, sus gestos y sus expresiones faciales, para que los animadores pudieran utilizarlos como referencia”.
“Las películas de animación tienden a ser una sucesión espectacular de chistes”, explica Reinhard Klooss cuando se refiere a la decisión de dotar a ‘Tarzán’® de cierto humor, pero contar la historia fundamentalmente como una emocionante y romántica película de acción y aventuras. “La historia original de Tarzán no es nada graciosa. Nuestra película, a diferencia de la novela original, tiene bastante humor, pero difiere de la mayoría de las cintas de animación en que se centra principalmente en el espectáculo de aventuras”.
ACERCA DE LA HISTORIA DE TARZÁN® Y SU CREADOR...
Muy pocas obras literarias de los últimos 100 años han tenido una influencia tan enorme en la imaginación de los niños de todo el mundo como la creación de Edgar Rice Burroughs, ‘Tarzán’®.
Los primeros relatos sobre el personaje, titulados “Tarzán de los monos” se publicaron en 1912 y 1913, junto con un libro al año siguiente. En 1939, ya se habían publicado 23 secuelas. En enero de 1929, apareció el primer cómic de ‘Tarzán’®, ilustrado por Hal Foster. Desde entonces, un número cada vez mayor de maestros de su género se han sentido inspirados por el rey de la selva, incluidos Burne Hogarth y el legendario Frank Frazetta.
La primera adaptación cinematográfica llegaría en 1918, con Elmo Lincoln en el papel protagonista. Desde entonces, ha habido más de 90 adaptaciones más, incluidas varias series de televisión. Por consiguiente, ‘Tarzán’® es comparable a “Drácula” como uno de los personajes más adaptados de la historia. Ejemplos inolvidables de dichas adaptaciones fueran las protagonizadas por Johnny Weissmuller y Maureen O’Sullivan, que aparecerían en la gran pantalla en 1932 como Tarzán y Jane. Entre ese año y 1948, Weissmuller interpretó el papel de rey de la selva hasta doce veces. En la primera película de Weissmuller debutaría también el legendario grito de Tarzán.
Lex Barker (cinco interpretaciones entre 1949 y 1953), Gordon Scott (seis interpretaciones entre 1955 y 1960, además de ser el primer Tarzán en color) y Ron Ely (serie de televisión en los años 60) son los nombres más conocidos de los que vinieron después de Weissmuller. Las nuevas interpretaciones que han ido surgiendo a lo largo de los años del héroe criado por animales que defiende valientemente su mundo contra todos los intrusos han dado nuevos giros a la historia de Tarzán y le han permitido sobrevivir durante décadas.
En los años 80, llegaría la versión ideológicamente crítica “Greystoke, la leyenda de Tarzán”, con Christopher Lambert como protagonista. Además, la cinta de animación de Disney de 1999 resultaría ser una alegre adaptación musical, cuya banda sonora serviría de inspiración para el primer musical de éxito sobre el personaje, que se estrenaría en Broadway en 2006.
Edgar Rice Burroughs nació en 1875 en Chicago. Cuando se publicó su primera novela de ‘Tarzán’® a principios de 1913, nadie esperaba que llegara a convertirse en uno de los autores de más éxito del siglo XX. Pero el éxito de TARZÁN® convirtió a Burroughs en un hombre rico. Compró terrenos a las afueras de Los Ángeles, una zona conocida en la actualidad como Tarzana. El autor, que sentía fascinación por lo militar hasta su muerte en 1950 en Encino, California, trabajó como corresponsal de guerra entre 1941 y 1944. Con Tarzán, sin embargo, creó un personaje que era inmune a la malevolencia, las maquinaciones, las enfermedades y cualquier otra consecuencia maliciosa de nuestra civilización.
“Tarzán de los monos” también ocupa un lugar destacado en la tradición de novelas de aventuras románticas, que se hizo inmensamente popular a finales del siglo XIX y principios del XX.
El comentario literario de Henry Morton Stanley “Through the Dark Continent (A través del continente negro)” (1878), la novela de Henry Rider Haggard “Las minas del rey Salomón” (1885) y “Ella” (1886) son igualmente notables, como “El libro de la selva” (1894), de Rudyard Kipling, o “El corazón de las tinieblas” (1902), de Joseph Conrad. El estudio psicológico de Burroughs de un héroe dividido entre dos mundos alcanza con frecuencia las altas cotas literarias de los grandes autores románticos franceses. Su talento para la intensidad dramática sirvió como modelo para el cine popular de nuestra generación.