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Titulo original: Us
Año Producción: 2019
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 116 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Terror
Director: Jordan Peele
Guión: Jordan Peele
Fotografía: Mike Gioulakis
Música: Michael Abels
FECHAS DE ESTRENO
España: 22 Marzo 2019
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Universal Pictures


SINOPSIS

Traumatizada por un inexplicable suceso sin resolver de su pasado e instigada por una serie de extrañas coincidencias, Adelaide se ve inducida a un estado de paranoia y alerta total, cada vez más convencida de que algo malo va a ocurrirle a su familia...

INTÉRPRETES

ELIZABETH MOSS, LUPITA NYONG'O, KARA HAYWARD, WINSTON DUKE, ANNA DIOP, DUKE NICHOLSON, YAHYA ABDUL-MATEEN II, CALI SHELDON, NOELLE SHELDON, TIM HEIDECKER, NATHAN HARRINGTON, SHAHADI WRIGHT JOSEPH, EVAN ALEX

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EL TERROR ES COSA DE DOS...
    Antes incluso de terminar de trabajar en Déjame salir, su éxito de taquilla que conquistó un Oscar® en 2017 ahondando en los conflictos de raza y privilegios en Estados Unidos, el guionista/productor/director Jordan Peele ya estaba desarrollando la idea para una nueva película que prometía ser aún más aterradora, aunque igualmente incisiva psicológicamente que la que le ocupaba en aquel momento. «La idea para esta película surgió de un miedo profundamente arraigado al concepto de dobles maléficos», explica Peele. «Me encanta toda la mitología relativa a los dobles maléficos y las películas que han tratado esa temática, y quería hacer mi propia ofrenda a ese panteón de “gemelos malvados”. Me atraía mucho la idea de que, en realidad, nosotros somos nuestro peor enemigo. Es algo que todos sabemos intrínsecamente, pero es una verdad que tendemos a enterrar. Culpamos a elementos exteriores, culpamos “al otro”. En esta película, el monstruo tiene nuestro rostro».
   Los dobles maléficos o “doppelgängers” son un concepto tan antiguo casi como la propia narración de historias. Están presentes en todo folclore y mitología, y, al parecer, se remontan nada menos que al antiguo Egipto en la forma de “ka”, una manifestación física de un doble espiritual que comparte recuerdos, experiencias y sentimientos con su semejante de carne y hueso. Estos antiguos arquetipos narrativos fueron los progenitores de los llamados personajes tipo “gemelo malvado” que aparecen en la literatura, a lo largo de la historia. Con pocas excepciones, cuando los dobles maléficos aparecen en una historia, rara vez es una buena señal. «Los dobles siempre han sido fuente de miedo», explica Peele. «Es algo conectado a tu sentido de la mortalidad, creo. No pueden existir ambos, así que uno tiene que desaparecer. A lo largo de la mitología, los doppelgängers a menudo son signo de mal agüero y presagian la propia muerte. Quería precisar eso y luego desarrollar la historia, a partir de ese miedo primigenio».
   Esa búsqueda para identificar nuestros miedos más básicos y lo que puedan representar llevó a Peele a desafíos provocadores que no solo se adentraban en lo más profundo de la psique humana, sino también en la identidad nacional estadounidense. «Tiendo a inspirarme en mi propio miedo», admite Peele. «En algún punto, me pregunto: “¿Qué es lo más aterrador para mí, personalmente?”. En este caso, era la idea de verme a mí mismo. Y luego pienso en el porqué, en lo que hace que verse a uno mismo sea tan terrorífico. Nadie quiere ver realmente sus fallos, su culpa, sus demonios. Todos queremos mirar hacia otro lado». Esa inclinación a proyectar nuestros propios miedos, nuestras ansiedades y nuestra ira hacia fuera es también algo endémico en la cultura norteamericana. «En este país, a juzgar por cómo miramos al mundo, tenemos miedo a lo de fuera», dice Peele. «Es una nación forjada con un miedo intrínseco a todo, desde el terrorismo a la inmigración. Una de las películas de miedo más míticas con un potente mensaje social es La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero. Trataba del conflicto racial, aunque no hablara específicamente de razas. Quería seguir ese enfoque con esta película».
   Mientras que Déjame salir confrontaba verdades tácitas sobre el conflicto racial en Estados Unidos, NOSOTROS afronta la esencia del propio país, el mismísimo sueño americano. «Esta película funciona a muchos niveles distintos», dice el productor Ian Cooper, que conoce a Peele desde que ambos eran adolescentes. «Aparentemente, es un thriller aterrador, y puedes verlo de ese modo y disfrutarla, pero, bajo esa fachada, trata de cómo regresan para atormentarnos esas cosas de las que creemos haber escapado. Y bajo eso, trata de cómo, en la cultura norteamericana, solemos afirmar que “el otro”, un grupo ajeno a nosotros, es el problema. Con este guion, Jordan nos brinda a ese “otro” en forma de una fuerza aterradora imposible de ignorar: nosotros mismos».
   La película se centra en una familia estadounidense, los Wilson, que se ven atacados por unos dobles de sí mismos, a los que se refieren como los Ligados. Y, aunque NOSOTROS no es una película abiertamente racial, sí subvierte tropos históricos del terror y su típica representación de la gente negra. «La película trata de una familia estadounidense que intenta vivir el sueño americano perfecto, hasta que se dan cuenta de que el sueño americano es peligroso, inseguro e insostenible», explica Winston Duke, que interpreta a Gabe Wilson. «Para mí, el sueño americano en esta película es un personaje más que sucumbe a los peligros de los thriller de terror y se convierte en otra desgraciada víctima. Mientras que, típicamente, el público está acostumbrado a que los personajes negros sean los primeros en sucumbir en la trama, Jordan toma una posición revolucionaria convirtiendo el sueño americano en la víctima principal de la película, en vez de a la gente de color».
   Eso, en opinión de Cooper, es una de las muchas cosas de NOSOTROS que desafiará las expectativas del público. «Lo extraordinario es que NOSOTROS se centra en una familia afroamericana en 2019, pero su raza no tiene nada que ver explícitamente con la trama de la película», dice Cooper. «Obviamente, hay un enorme cambio desde Déjame salir, pero esta historia es realmente sobre la humanidad y sobre ser americano. Lo genial del guion de Jordan es que, cuando los espectadores vean el tráiler y miren a los Wilson, una familia negra, y a los Tyler, una blanca, estarán condicionados para imaginarse lo que puede ocurrir en la historia, pero finalmente nada será como esperan. Los Wilson no son diferentes a la familia de Richard Dreyfuss en Encuentros en la tercera fase. Son una familia estadounidense más, con problemas y con aspectos adorables en sus dinámicas, pero no están relegados a ser embajadores de su color de piel».
   La historia de Peele gira en torno a Adelaide Wilson (Nyong’o) que, de niña, en 1986, se aleja de sus padres (YAHYA ABDUL-MATEEN II, ANNA DIOP) durante una excursión familiar al Santa Cruz Boardwalk y acaba en una oscura atracción llena de espejos llamada Vision Quest. Totalmente sola, la joven Adelaide (MADISON CURRY) descubre, para su horror (y el nuestro) que lo que parece ser su reflejo es, en realidad, una doble maléfica de sí misma. Aunque logra escapar, no es capaz de explicar con palabras lo que ha visto, y, aunque lo fuese, tiene claro que nadie la entendería ni creería. Con el paso de los años, Adelaide trata de enterrar ese recuerdo, pero cuando, ya de adulta, vuelve a Santa Cruz con su propia familia, queda claro que el pasado va a seguir atormentándola.
   «Me encanta hacer películas que sean aterradoras, pero también divertidas», dice Peele. «Adelaide es una mujer con un trauma en su pasado con el que lleva toda su vida lidiando. Ahora tiene hijos, un marido y, de algún modo, la perfecta familia americana, pero aquel trauma sigue vivo en su subconsciente. Cuando vuelve con su familia a la casa en la que creció, está regresando al lugar del trauma original. Empieza a sentir que algo va mal. Esa pesadilla que sufrió hace tantos años está de vuelta, y viene a llevarse a los suyos».
   El guion de Peele intrigó e inspiró a su equipo de cineastas, y las ideas de trasfondo resultaron ser incluso más expansivas que las de su primera película. «Escuché una primera versión de esta historia del propio Jordan cuando estábamos trabajando juntos en Déjame salir», dice el productor Sean McKittrick. «Para mí, es un proyecto más ambicioso e intelectual que Déjame salir. Es extraordinario, provocador y mucho más aterrador, en un sentido más tradicional del género del terror. Suelo decir que es como una película de Amblin para adultos. Es sobre una familia que se enfrenta a una versión oscura de sí misma y tiene que luchar por su propia supervivencia. Las temáticas tratadas giran más en torno a aquello en lo que nos hemos convertido como país y cómo eso implica una especie de retribución kármica por el modo en que nos comportamos los unos con los otros. Es, por tanto, un proyecto más esotérico y profundiza más, intelectualmente hablando, que las obviedades sobre el racismo que exploramos en Déjame salir».
   NOSOTROS también les brindó a Peele y su equipo un lienzo cinematográfico más amplio de lo que habían tenido con Déjame salir, cuya acción se situaba básicamente en un único enclave. «La idea era pivotar un poco desde Déjame salir, intensificando la escala y ampliando la apertura de la narrativa», nos cuenta Cooper. «Déjame salir fue una experiencia íntima para el público. Se centraba en el personaje de Chris y en su experiencia en esa casa. Para NOSOTROS, en cambio, a Jordan se le ocurrió coger la noción íntima de la dualidad de las personas y la amplificó aplicándola a toda una familia. Se trata de reconocer cómo algo que es problemático en uno mismo podría expandirse a tu pareja, tus hijos, tus amigos... y posiblemente incluso más allá».
   Lo más extraordinario, sin embargo, es que la película consigue resultar intelectualmente estimulante, sin dejar de ser una experiencia cinematográfica llena de suspense y aterradora. «Es como una película artística, pero palomitera», dice Cooper. «Es esotérica. Es complicada. Pero resulta tan urgente y sensorial como cualquier gran thriller. La belleza de esta película es que Jordan permite al público un gran grado de introspección sin hacerte sentir como si tuvieras que hacer deberes. La magia de su cine es que, básicamente, consigue hacer una película de autor que acaba siendo un taquillazo».
   En muchos sentidos, Peele está creando un nuevo género propio. «No hay motivo para que todas las películas que alcancen determinados ingresos tengan que ser de superhéroes», comenta Cooper. «Hay un gran potencial expansivo en la forma de hacer cine de Jordan, que desvela sutilmente el tejido de nuestra cultura, deleitándose al mismo tiempo. Es capaz de conseguirlo de un modo tan satisfactorio como único que hace sentir al público en una auténtica montaña rusa. Mi esperanza con NOSOTROS es que los espectadores salgan del cine, como pasó con Déjame salir, con los ojos como platos, con risa nerviosa, incrédulos, asustados y pensando qué puede significar lo que han visto. Y, lo que es más importante, preguntándose qué ha significado para ellos».
   Según el productor Jason Blum, que ha levantado un emporio cinematográfico sabiendo exactamente cómo asustar a la gente, NOSOTROS es la confirmación de que Peele es una verdadera potencia creativa. «Lo que me impactó del guion de NOSOTROS es lo mismo que me llamó la atención cuando leí el de Déjame salir: lo increíble, potente y original que era el contenido de aquellas páginas», dice Blum. «Se trata de un guion profundamente inquietante y totalmente distinto a todo lo que había leído hasta ahora. No se puede comparar con ninguna otra película. Es extraordinariamente original. Ante todo, NOSOTROS es una película de miedo asombrosamente entretenida, pero, además, trata verdaderamente acerca de algo. Es provocativa e inquietante, y aborda la idea de que nosotros somos siempre nuestro peor enemigo. No se parece a nada que haya visto nunca. El nivel de suspense es extraordinario y te remueve hasta la última fibra».
   Y es posible que se esté quedando corto. «No estamos hablando de la película buenrollista del año», dice Tim Heidecker, que interpreta a Josh Tyler. «Es una película que se te queda grabada mucho tiempo, y es posible que te haga reflexionar sobre la identidad estadounidense como país y como individuos».
   Lo que está claro es que al público le va a pillar totalmente desprevenido. NOSOTROS es una película llena de giros dramáticos y golpes impactantes. Sean cuales sean las expectativas de los espectadores al entrar al cine, acabarán del revés para cuando lleguen los créditos finales. «Es una película en la que el público tendrá mucho que descubrir», avisa Cooper. «Hay capas y capas, de modo que la gente será incapaz de adivinar por dónde va la cosa, aunque crea que sí».
   Esa, según Peele, era exactamente su intención. «Siento curiosidad por saber qué verá la gente en NOSOTROS», admite Peele. «Hay ciertas ideas específicas que exploro e intento expresar, todas relativas a nuestra dualidad como seres humanos, y la culpa y los pecados que enterramos en lo más profundo de nuestra alma. Estoy deseando ver cómo reaccionará el público al final de la película. La cosa se va bastante de madre».
   No exagera. «Es probable que el final de la película despierte cierta... incomodidad», dice Cooper, riéndose. «A Jordan le encanta hacer películas que quieres volver a ver inmediatamente, y creo que, sin lugar a dudas, es el caso con NOSOTROS». Al menos un miembro del reparto llegará al estreno con la incertidumbre. «No he llegado a leer el final», dice Heidecker. «Quiero ver la peli en el cine como cualquier hijo de vecino. Todo el mundo va a querer verla para poder hablar de ella con el resto del mundo. No quiero ser la típica persona que se queda al margen de las conversaciones».

BUSCANDO EL HUMOR ENTRE EL HORROR...
   La mayoría de las películas de miedo tienen sangre a espuertas, pero pocas risas. Peele, sin embargo, que comenzó su andadura en la comedia, ve una conexión orgánica entre ambos mundos. «Tanto el terror como la comedia son formas extraordinarias de exponer nuestros verdaderos sentimientos», dice Peele. «Eso es para mí una catarsis, cuando tienes una reacción emocional viendo una película y luego te toca preguntarte: ¿a qué ha venido eso? ¿Por qué he reaccionado de ese modo? ¿Por qué me he reído? ¿Por qué he gritado? ¿Por qué he vitoreado? Una de las razones por la que me encantan las películas del género es porque fuerzan reacciones viscerales e involuntarias que, en último término, pueden enseñarte algo de ti mismo, si quieres mirar».
   Integrado en el aterrador tejido de NOSOTROS, encontramos un humor orgánico que surge de la dinámica natural de una familia y sus amistades, así como de la absurdez de nuestras vidas modernas, conectados a todas horas. Eso, según Peele, es un ingrediente esencial a la hora de crear una experiencia ideal para los espectadores. «La comedia que emerge de un momento tenso o de una escena de una película de terror es imprescindible para limpiar el paladar emocional, para liberar tensiones», afirma. «Brinda al público la posibilidad de resetearse emocionalmente y prepararse para la siguiente ronda de terror. Con este género, no hace falta buscar mucho más allá de la verdad para arrancar una risa. No me gusta contar chistes ni escribir algo divertido con el propósito de que sea gracioso. Me gusta escribir cosas que parezcan auténticas para un personaje, y fieles a la realidad de la situación. De ese modo, el espectador no siente nunca que algo le saca del momento, o del género».
   Ese cóctel de humor y terror es parte esencial en la creación cinematográfica de Peele. «Jordan ha creado una marca cinematográfica única que nadie había conseguido desde algo como La dimensión desconocida (En los límites de la realidad)», afirma Elisabeth Moss, que interpreta a Kitty Tyler. «Es increíblemente entretenido y brutalmente aterrador, pero con un toque de humor. Te hace ver cosas que no habías visto antes, o te invita a verlas de otro modo».
   Tanto el género del terror como el de la comedia tienen la capacidad de desafiar nuestro modo de pensar y de ver el mundo de una forma imposible para el drama tradicional. Por ese motivo, son formatos ideales para narraciones con trasfondo social. «Las mayores historias de terror se basan a menudo en la realidad, y ese es también el modo en el que me gusta hacer comedia», dice Peele. «Permite que pasen cosas descabelladas, pero en perfecto matrimonio con la realidad. No me veo alejándome demasiado del terror en un futuro próximo».
   Esas palabras son música para los oídos del productor Jason Blum. «Para mí, fue muy emocionante saber que, tras Déjame salir, Jordan quería seguir con otra película del género», dice Blum. «Muchos directores que han tenido éxito estrenándose con una película de miedo quieren hacer algo distinto en su segundo proyecto, así que me encantó que Jordan quisiera permanecer en el terror, pero con miras mucho más amplias».
   No cabe duda de que el terror es un género con un potencial aparentemente infinito, y Peele ha llenado NOSOTROS de referencias veladas a algunas de sus escenas favoritas. «Muy al principio, le pregunté a Jordan qué películas le habían influido para esta historia o habían inspirado su imaginación», dice Nyong’o, que interpreta a Adelaide Wilson. «Me preparó una lista de películas para que repasara que iban desde Morir todavía a Dos hermanas, pasando por El resplandor, Alien, el octavo pasajero y Los pájaros. Me resultó de lo más informativo, no solo por su forma de ver este mundo, sino también por los momentos específicos de esas películas a los que rinde homenaje en NOSOTROS».
   Peele también cita la película de Roman Polanski La semilla del diablo, Pesadilla en Elm Street y la película japonesa Suicide Club (El club del suicidio) entre sus favoritas, aunque la joya de Ridley Scott Alien, el octavo pasajero es la que ocupa un lugar especial es su corazón. «Alien, el octavo pasajero es la película con un diseño más ingenioso que he visto jamás», asegura Peele. «No solo aguanta el tipo hoy en día, sino que rompió moldes creando un monstruo único y elegante, un nuevo tipo de entorno... Fue... pura magia cinematográfica». Ahora es él quien ha creado su propio monstruo único y elegante.

EL TERROR SE VA DE VACACIONES...
   A la hora de encontrar la localización perfecta para NOSOTROS, Peele quería evitar los lugares comunes de la mayoría de películas de terror. Nada de viejas mansiones siniestras o campamentos en el bosque. Quería sol, arena y un escenario inesperado, y lo encontró en las playas y el paseo marítimo de Santa Cruz, en California. “Santa Cruz tiene un espíritu muy festivo, con el parque de atracciones y el paseo. Me encanta subvertir lugares idílicos», explica Peele. «También me gusta darle al público unas vacaciones en mitad del terror, si puedo. Alfred Hitchcock es uno de mis directores favoritos, y la atmósfera de playa de la costa oeste de Santa Cruz me recordaba a Los pájaros y a Vértigo (De entre los muertos). Este escenario también nos permitió hacer un guiño a Jóvenes ocultos, que es la primera película que yo recuerde que pervierte específicamente Santa Cruz».
   El amplio conocimiento que Peele y Cooper tienen del género les capacita para evitar lo previsible y mantener en vilo al espectador. «Me encanta el género de terror y me interesa mucho lo que provoca en el público, pero con frecuencia quedo decepcionado con el uso de las localizaciones en este tipo de historias», comenta Cooper. «Se abusa de un puñado de escenarios tópicos, como las cabañas aisladas o los tranquilos barrios de las afueras. Estas opciones no solo son previsibles, además carecen de matices y desprecian el hecho de que algunas de las momentos más terroríficos de nuestras vidas tienen lugar a plena luz del día y en los lugares más insospechados. El trabajo de David Lynch es prueba de ello. Los pájaros de Alfred Hitchcock y Tiburón de Steven Spielberg son dos de los ejemplos más brillantes del uso de las playas como escenario para el terror. Al comienzo de nuestra película, los Wilson visitan la casa de la infancia de Adelaide, y después van a una playa pública, un espacio abarrotado de gente y nada aislado. Nos gustaba ese nivel de desestabilización. El enorme contraste de ese paisaje, esas imágenes, colores y texturas era algo que nos emocionaba mucho».
   El paseo marítimo de Santa Cruz, con su parque de atracciones, añadía una capa adicional al terror que se cierne sobre Adelaide y su familia. «La propia playa evoca ese contraste entre alta y baja tensión», asegura Cooper. «Tienes el esplendor romántico del paisaje, donde la arena se encuentra con el océano y, a la vez, la vibración sudorosa y cutre de lo que ocurre en el paseo marítimo. La escena fundacional de la película tiene lugar en 1986, cuando Jordan y yo éramos niños, así que algo hay de esa dualidad entre la nostalgia y la tensión que era importante para nosotros».
   Antes de decidirse por Santa Cruz, los cineastas querían comprender su contexto cultural e histórico, lo que les ayudaría a crear el tono y la estética de la película. “Santa Cruz es una de las pocas ciudades con un paseo entablado y un parque de atracciones inmediatamente al lado de la playa», explica Cooper. «Investigué mucho sobre la historia de Santa Cruz y me entrevisté con gente que se había criado allí y a la que conocía del ámbito artístico de Los Ángeles. Estuvimos charlando de los asuntos socioeconómicos que han tenido lugar en Santa Cruz en los últimos cuarenta o cincuenta años. Jordan y yo sentíamos que había algo impregnado en el panorama cultura de la localidad —una especie de ambiente sutilmente inestable y cambiante— que la convertía en el lugar ideal para esta película».
   Como iban a mostrar Santa Cruz en la actualidad y en 1986, la diseñadora de producción Ruth De Jong necesitaba encontrar la forma de llevar el paseo marítimo de vuelta a finales del siglo pasado. «Tenemos una parte de la película que transcurre en el paseo en 1986», dice De Jong. «Para ello, creamos más de 200 carteles pintados a mano. Fabricamos nuestras propias máquinas arcade y una galería de espejos, y llegamos a un acuerdo con los feriantes para que todas las atracciones estuvieran abiertas y funcionando mientras grabábamos. Para las escenas actuales, básicamente lo dejamos como está».
   En la película, los hogares de los Wilson y los Tyler se encuentran en un barrio residencial junto a una laguna que lleva al Pacífico. Santa Cruz cuenta con una laguna así, conocida como el lago de los Cisnes, pero no era práctica para el rodaje. «No podíamos utilizar el lago de los Cisnes de Santa Cruz porque nuestros grandes botes y equipamiento habrían perturbado el hábitat natural», informa De Jong. «Pensamos en el norte de California y el lago Tahoe, pero nos decidimos por el lago Gregory en el bosque natural de San Bernardino y terminó resultando fantástico. Estaba cerca, tenía pinos y la topografía adecuada, e íbamos a rodar sobre todo de noche. Tenía todo lo que necesitábamos. Construimos cuatro muelles: dos para el rodaje y otros dos para la producción. No parece un lago, es más bien una ensenada desde la que puedes ir fácilmente al océano, que es justo lo que buscábamos».

ACEPTANDO LO INESPERADO...
   Para la fotografía de NOSOTROS, los cineastas querían un estética sofisticada que elevara el estilo de la película por encima de lo que el público espera de las películas de terror, y pronto dieron con el director de fotografía Michael Gioulakis. «Jordan y yo nos fijamos por primera vez en el trabajo de Michael Gioulakis en It Follows, de David Robert Mitchell, que es sin lugar a dudas una obra maestra del terror moderno», dice Cooper. «Mikey hace que la cámara flote mágicamente sobre los personajes y tiene un instinto excepcional para saber cuándo acercarse discretamente a algo que está ocurriendo en una escena. Tiene un estilo de rodar refinado y sofisticado, y está en un momento interesantísimo de su carrera para trabajar con él».
   Gioulakis buscó oportunidades para colocar la cámara en posiciones sorprendentes y lugares inesperados. «Casi me mareo al pensar en algunos momentos y planos que los espectadores van a ver en esta película», asegura Cooper. «Uno de mis planos favoritos es un primer plano de Gabe metiendo el dedo a través de un pequeño agujero en una gran bolsa de basura negra, y cómo mira a través de él. Ha estado inconsciente, se acaba de despertar y se da cuenta de que está metido en la bolsa, en el bote que ha comprado esa mañana, que ahora dirige su doble maléfico, Abraham, que está a punto de tirarle por la borda. Es un gran plano a toda pantalla que Mikey crea con sólo un dedo abriendo un agujero en una bolsa de basura. Es surreal y da mucho miedo».
   En los últimos años, Gioulakis ha trabajado con algunos de los directores más aclamados de la industria y su estilo de trabajo se alineó a la perfección con el de Peele en NOSOTROS. «Mike Gioulakis es un hombre tranquilo que aporta calma a la locura que es la producción de cine», dice McKittrick. «Después de haber trabajado con David Robert Mitchell en It Follows y con M. Night Shyamalan en Múltiple y Glass (Cristal), y ahora con Jordan, se está convirtiendo en un visionario por méritos propios».

DISEÑANDO LA ESTÉTICA...
   NOSOTROS es una película que se desarrolla en dos apartados visuales completamente distintos: la estética vacacional y bañada por el sol de las playas y los paseos marítimos; y el siniestra y aterrador mundo de los Ligados. Requería un diseño que no se alejara de la realidad, pero que pudiera convertirse en una desconcertante pesadilla. Nadie estaba mejor preparada para conseguir ambos fines que la diseñadora de producción Ruth De Jong. «Por su forma de describir la estética y el efecto del diseño de producción, el equipo de Monkeypaw buscaba el ambiente natural y vivido de Manchester frente al mar mezclado con el mundo surreal de Twin Peaks», explica De Jong. «Ambos eran proyectos en los que había trabajado, así que ese fue el punto de partida».
   La experiencia y saber hacer de De Jong la convertía en la candidata ideal. «Ruth De Jong es muy talentosa y alguien cuyo trabajo respeto desde hace muchos años», señala Cooper. «Además de diseñadora de producción, es artista visual y diseñadora de mobiliario; ese carácter híbrido hace que su trabajo sea realmente interesante. Para nosotros era clave que Ruth nunca hubiera hecho una película de terror, ya que Jordan y yo queríamos a alguien que no tuviera un condicionamiento previo acerca de cómo debería ser la estética de una film de este género. Ruth y su equipo —la decoradora de sets Florencia Martin y la directora de arte Cara Browe— pusieron todo su empeño en ser detallistas. Llevaron a cabo una profunda investigación para cada pequeño detalle del film. Jordan y yo somos unos obsesos del detalle, así que su enfoque fue muy valioso para nosotros».
   Desde su primera reunión con Peele, De Jong y el director comenzaron a compartir ideas sobre el color, el estilo y el tono visual de los decorados de la película y su ambiente. «Al principio, Jordan y yo simplemente asimilamos el guion y conversamos acerca de diferentes ideas», recuerda De Jong. «El guion era muy específico en cuanto a la paleta de colores, pero terminamos yendo en una dirección muy diferente. Dejamos que las ideas y nuestras charlas se asentaran y maduraran un tiempo hasta que los dos tuviéramos un momento de “¡Eureka!” y diéramos con un camino claro». El resultado es una película cuyo aspecto es único. «Ruth aportó a la película una tenacidad y una visión que ayudaron a Jordan a encontrar el aspecto y la textura adecuados para el universo que había creado», dice McKittrick.

Los hogares de los Wilson y los Tyler:
   El primer paso fue decidir en qué tipo de casa se había criado Adelaide Wilson, y qué contraste tendría con el hogar de los Tyler. «Queríamos que todo resultara natural y honesto, no artificioso, y asentar a estas familias en Santa Cruz», explica De Jong. «Buscando casas para ambas familias, necesitábamos encontrar casas cuyos exteriores e interiores nos sirvieran, y que dieran a la playa. Para la de los Wilson miré cerca de 200 casas. Era muy difícil porque rodábamos en Los Ángeles, no en el norte de California, que es donde la película tiene lugar. Creo que teníamos diecisiete días de rodaje seguidos, de los cuales diez eran de noche, y necesitábamos permisos para ello, lo que restringía las opciones. Pero nuestro estupendo gerente de localizaciones, JUSTIN DUNCAN, y yo no paramos y terminamos encontrando el lugar. En la historia, se trata de la casa en la que Adelaide se crio, así que nos decidimos por una casa de estilo mid-century que parecía apropiada».
   La decisión respondía al interés por crear un trasfondo no solo para Adelaide, también para sus padres y abuelos. «A la hora de diseñar el hogar de los Wilson, que era la casa en la que creció Adelaide, queríamos construir la historia de su familia», indica la directora de arte Cara Brower. «Adelaide dio clases de ballet de pequeña, así que comenzamos con la idea de que su familia estaba muy interesada en el arte, el diseño y la arquitectura. Nos decidimos por una casa mid-century y quisimos incluir la historia de la familia en ella. También queríamos subrayar el contraste entre el aspecto de la casa de los Wilson y la de los Tyler. Los Wilson viven con los pies en la tierra. Los Tyler son más ostentosos, más contemporáneos, y eso se refleja en la apariencia de su casa».
   De Jong encontró la casa de los Tyler en un barrio diferente a la de los Wilson, aunque, en la película, ambas coexisten junto al mismo lago.
«La casa de los Tyler también llevó mucho trabajo», reconoce De Jong. «Queríamos que fuera muy contemporánea, al contrario que la de los Wilson. Aunque nos enfrentábamos a los mismos retos que con la de los Wilson —permisos para rodar de noche, etc.—, terminamos dando con una casa fantástica en Calabasas. La topografía del jardín era perfecta. Daba mucha privacidad y parecía que el muelle estaba justo a continuación».

La galería de espejos:
   En una escena crucial al principio de la película, la joven Adelaide (Madison Curry) está pasando el día con sus padres por el paseo marítimo en 1986 y entra a la galería de espejos, donde se encuentra por primera vez con su doble, la joven Red. Rodar con espejos es un reto técnico, y De Jong y su equipo tuvieron que diseñar y construir desde cero el decorado para que pudiera acoger a los actores y las cámaras. «Queríamos que la joven Adelaide recorriera un camino específico en la galería de espejos», dice la directora de arte Cara Brower. «Así que investigamos mucho acerca de cómo se construyen las verdaderas galerías. Encontramos buenos planos y, por suerte, coincidían con la descripción que Jordan Peele había escrito en el guion. También sabíamos que queríamos árboles y murales, así que fuimos a la cafetería Clifton, en el centro de Los Ángeles, y dimos con el artista que había pintado sus famosos murales, y le pedimos que aplicara su saber hacer en nuestro decorado. Me encantaba ese set. Realmente no sabíamos cómo estaba quedando hasta el día de rodaje, cuando quedó cerrado con los espejos, el techo tapado, la iluminación y los murales. El resultado fue justo el que deseábamos».
   Fue todo un logro técnico y algo que todos hacían por primera vez. «Era como algo que podrías haber visto en Coney Island a primeros de los 80. Crearlo fue muy divertido y diferente a todo lo que había hecho anteriormente», confiesa De Jong. «Lo diseñamos usando espejos de doble vista, de forma que el director de fotografía pudiera grabar desde detrás de los espejos. Fue muy emocionante”.

El decorado secreto:
   Uno de los decorados más elaborados y que llevó más tiempo para concebir es precisamente del que menos se puede hablar debido a que es un secreto de la película. Es suficiente con decir que tiene conexión con los Ligados, pero no revelaremos aquí el cómo ni el porqué. El decorado aparece brevemente en el tráiler, e incluye conejos y largos pasillos que parecen no terminar nunca. El aspecto y el efecto de este decorado fueron sufriendo drástica transformaciones desde la primera reunión de De Jong con Peele.
   «Realizamos una amplísima investigación acerca de la vida bajo tierra y en búnkeres», comenta De Jong. «Al principio iba a ser de ladrillo rojo, pero analizamos el tema con [la diseñadora de vestuario] Kym Barrett, hablamos acerca de paletas de color, texturas y superficies y estudiamos la arquitectura norcoreana y los centros comerciales de los años 80. Y todas esas cosas confluyeron en el diseño final. Hubo imágenes realmente hermosas de Corea del Norte que me inspiraron: los suelos de baldosas, los muros de hormigón y los tonos beige apagados. Jordan y yo metimos un rango de tonos color carne que resultaron muy perturbadores», dice riéndose. «Usamos muchos cubos y líneas que se repetían en todas las habitaciones y en todo el conjunto. Todo ello creó un espacio realmente incómodo».
   El aspecto y el efecto de este decorado contrastan enormemente con el paseo marítimo y los tonos naturales de la playa de Santa Cruz. «Jordan quería que la paleta de color del decorado secreto fuera muy apagado, con muchos marrones y cremas», dice Brower. «El paseo marítimo, sin embargo, tiene muchos pasteles y colores brillantes». Lo que el espectador no verá en ninguna parte, asegura Brower, es el color rojo. «En general, hemos evitado el uso del color rojo a lo largo de la película para que, cuando aparezca la familia de dobles maléficos vestidos de rojo, destaquen».
   El decorado secreto, habilidosamente diseñado, era totalmente dinámico y podía moverse y ajustarse para dar a Peele y su equipo incontables opciones para rodar en él.
   «Jordan y Ruth De Jong y su equipo diseñaron un gran vestíbulo con numerosas habitaciones», señala Cofer, el supervisor de efectos visuales. «Es como un lúgubre refugio de la Segunda Guerra Mundial. El vestíbulo se diseñó por módulos y algunas paredes tenían ruedas, de forma que el equipo podía moverlas y configurar el conjunto como quisiera. Podían alinearlo para que terminara en una pantalla verde y, así, ampliarlo por medios digitales. Eso nos permitió crear un complicado e interminable laberinto, y ajustarlo sobre la marcha dependiendo de cómo quisiéramos que se viera».

Sangre y tijeras:
   Las películas de terror necesitan, por norma general, grandes cantidades de sangre. Pero en NOSOTROS, en la que algunos actores interpretan dos personajes en una misma escena, era necesario añadir y quitar la sangre, ya que cada escena se rodaba varias veces. Esta circunstancia empujó a dar con una solución creativa. «Nunca había trabajado en una película que exigiera tanto trabajo con la sangre», reconoce De Jong. «Había que quitar la sangre de los decorados, luego había que añadirla. Nuestro equipo de efectos es increíble y crearon unas alfombras de sangre que eran de goma pero parecían líquidas. Así que podían extenderlas, recogerlas y volverlas a extender. Fue realmente ingenioso».
   Las tijeras de latón son el arma favorita de los Ligados para tratar de asesinar a los Wilson, y Peele quería dar con un diseño que se ajustara al estilo visual de la película, pero que también destacara entre todo lo demás. «Las tijeras son un elemento clásico del imaginario del terror que se ha usado en otros títulos. Quería honrar este arma de la mejor manera posible y convertirla en la imagen principal de la película», explica Peele. «En las tijeras se da una dualidad, tanto literal como físicamente: son un todo formado de dos partes. También se hallan es un territorio entre lo mundano y lo absolutamente terrorífico».

VISTIENDO A UN NUEVO MONSTRUO...
   El vestuario de NOSOTROS suponía un reto a la altura del diseño de producción porque debía fusionar dos estéticas aparentemente desconectadas: la vida natural e informal de los Wilson y los Tyler, con la personalidad de cada individuo, y las icónicas vestimentas de los Ligados. El trabajo exigía a un profesional con gran experiencia que pudiera crear un diseño ingenioso y sutil. Los cineastas lo encontraron en Kym Barrett.
   «Kym aporta muchísima experiencia a esta película», afirma McKittrick. «Tuvo que crear dos tipos de vestuario y, además, desarrollar un mundo sobrenatural dentro de nuestra realidad. Era un auténtico reto porque el aspecto de algunos personajes está basado en ideas que nadie había explorado previamente».
   Peele y Cooper eran seguidores del trabajo de Barrett desde hacía décadas. «Jordan y yo descubrimos el trabajo de Kym Barrett cuando íbamos al instituto juntos y, sentados en la cama, vimos Romeo + Julieta de William Shakespeare, de Baz Luhrmann, en VHS, cuyo vestuario diseñó ella», rememora Cooper. Su abrasadora originalidad todavía me impresiona», dice riéndose. «Por entonces yo nunca había estado en México, que fue donde la rodaron. De alguna manera, Barrett fue capaz de llevar a Shakespeare a ese sitio de playa tan visceral. Acertar con el vestuario de NOSOTROS fue quizá la parte más dura del proceso de filmación. Queríamos crear una estética auténtica y lograda para esta familia afroamericana del siglo XXI, pero el mismo departamento debía crear un vestuario de dobles maléficos que, esperamos, se convirtiera en algo icónico, un nuevo disfraz clásico de Halloween».

El vestuario de Los Wilson:
   Los Wilson llegan a Santa Cruz una soleada tarde de verano y su vestuario y aspecto en esas primeras escenas lo refleja. «Para el comienzo del film, me decidí por una paleta de colores costeros, de las playas de California», informa Barrett. «Color salvia, arena, un poco de azul plateado: colores muy costeros, lavados, que ayudaran a preparar el terreno para el chocante cambio de color».
   La clave era dar a cada miembro de la familia una estética propia sin que las prendas desviaran la atención del personaje o resultaran demasiado llamativas. «Era importante encontrar un punto intermedio: ni caer en la caricatura ni en el aburrimiento de la irrelevancia», dice Barrett. «Me concentré en cómo la ropa se adaptaba a los personajes, cómo quedaba en la luz y la sombra y cómo se sentían los actores con ella».
   El vestuario también debía pasar del brillo del sol a la oscuridad de la noche y funcionar tanto en escenas de interior como de exterior. «Jordan y yo debatimos mucho sobre el aspecto general de la película», recuerda la diseñadora. «Hablamos mucho sobre luz y oscuridad, y cómo a veces los personajes iban a estar escondidos en las sombras y aparecer en plano a continuación, desorientando al espectador. Decidí que las formas y colores fueran sencillos y gráficos, permitiendo a los personajes casi disolverse al estar dentro o fuera de foco».
   Para elaborar la estética de cada personaje, Barrett trabajó mano a mano con el reparto. «A la hora de crear el vestuario, prefiero colaborar con los actores», asegura Barrett. «Creo que es la mejor forma para encontrar el aspecto y el efecto de cada personaje. Además, los actores siempre tienen buenas ideas; te lo pasas muy bien decidiendo. Es una forma agradable de trabajar».

El vestuario de Adelaide Wilson:
   Barrett quedó con Nyong’o en Nueva York para arrancar el proceso de diseño para Adelaide. «Hablamos del recorrido físico y psicológico de Adelaide», recuerda Barrett. «Decidimos que Adelaide es alguien que no quiere llamar la atención del mundo ni de la gente que la rodea, así que su ropa refleja eso. Tiene una gama sencilla, de una mujer o madre joven californiana cualquiera».
   Para un flashback de la adolescencia de Adelaide, Barrett necesitaba diseñar un vestido de ballet que llevarían la Adelaide joven (Ashley McKoy) y su doble adolescente, Red. Resultó ser el conjunto favorito de Barrett de toda la película. «Pasamos muy buen rato dándole a Ashley McKoy algo que pudiera evolucionar entre dos partes de la historia», cuenta Barrett. «Ashley estaba emocionada y disfrutó mucho llevando el vestido. Como diseñadora, siempre me hace feliz ver que un actor acoge y disfruta la ropa que lleva».

El vestuario Gabe Wilson:
   Para Gabe, Barrett quería algo relajado y casual. «Fue divertido vestir a Gabe porque es un padre chistoso», dice Barrett. «Es alguien que cree que nada malo le va a pasar, por lo que, cuando eso ocurre, su físico y su instinto toman el control. No quise que su vestuario destacara más allá del momento en el que comprende todo».

El vestuario de Los Tyler:
   Comparados con los Wilson, el vestuario de Kitty y Josh era un poco más intencionado y afectado. Los Tyler son gente que le dan mucha importancia a las apariencias y a su aspecto. «Kitty es, en algunos aspectos, una Marilyn Monroe moderna que nunca tuvo la oportunidad de convertirse en actriz», analiza Barrett. «Vive en su propio mundo, con sus opiniones acerca de cómo debería ser una madre e imaginando la vida que le habría gustado llevar». Josh está interesado por encima de todo en dar una imagen de éxito, aunque en realidad no sea feliz. «Josh, como Kitty, aspiraba a tener una trayectoria diferente a la que ha terminado teniendo», comenta Barrett. «Para Josh, el dinero es la panacea; y lo disfruta. En el fondo es buena persona, pero no tenemos muchas ocasiones para descubrirlo».

El vestuario de Los Atados:
   El diseño del vestuario de los Atados juega un papel central en el aspecto general de la película y afecta a todo, desde el diseño de producción a la iluminación. «El aspecto de Los Atados es quizá la decisión de diseño más importante del film, ya que son nuestro monstruo», explica Peele. «Pensamos mucho cada decisión; quería crear un aspecto icónico que usara elementos mundanos. No quería algo demasiado fantástico o exagerado. Quería permitirles ser personas».
   Desde el momento en el que se incorporó a la producción, Barrett comenzó a considerar opciones e ideas con Peele acerca de cómo podría ser ese icónico look. «Lo que me impactó del guion fue la claridad y expresividad de la narración», dice Barrett. «Me hizo pensar en las vestimentas de los personajes como simples siluetas. Quería que brillaran en la pantalla, pero sin ser demasiado elaboradas».
   Peele tenía un color en la cabeza desde el principio. «Jordan quería que usáramos el color rojo para los dobles maléficos; y debíamos encontrar una indumentaria que pudiera unificar a este grupo de gente, pero que también dejara hueco para el individualismo», analiza Barrett. «Así que nos decidimos por unos monos de trabajo rojos». A Peele le encantó la idea por diferentes razones. «Los Atados tiene un toque como de secta y los monos rojos parecían una opción icónica», comenta Peele. «La mera idea de poder usar una pincelada de rojo en la oscuridad para señalar a tu monstruo me parecía interesante; además, tiene la connotación de un paciente o un prisionero que se ha escapado. También es una especie de guiño a personajes clásicos del terror como Michael Myers y Freddy Krueger».
   También hay una buena razón por la que Red ha elegido una indumentaria así para su familia. «Por razones que no explicaremos, Red está como culturalmente estancada en 1986», revela Cooper. «Así que sus referencias de vestuario son cosas como Thriller, de Michael Jackson, el mono de Michael Myers en La noche de Halloween y el guante de cuchillas de Freddy Krueger. Kym estuvo de acuerdo con nosotros en esto y no tuvo reparos en arriesgar».
   A pesar de que compartan uniforme, cada Ligado tiene su propia personalidad, así que Barrett pensó en aterradores accesorios para cada uno. «Cuando un doble mata a alguien, cogen algo de su víctima y lo llevan a modo de trofeo», informa Barrett. «Eso ayuda a que visualmente los dobles tengan su propia y terrorífica individualidad».

EL ROSTRO DEL MIEDO...
   En el cine, las caras de los monstruos no suelen ser muy sutiles. Ahí están los casos de la máscara de látex de Mike Myers, la máscara de hockey de Jason Voorhees, las quemaduras de Freddy Krueger o el cráneo con agujas de Pinhead. Para los Ligados, Peele necesitaba que fueran como los Wilson, pero que a la vez tuvieran un aspecto propio que fuera distintivo e inolvidable al mismo tiempo. Para conseguirlo, confiaron en el maestro del maquillaje y los efectos especiales de maquillaje Scott Wheeler, que trabajó por primera vez con Peele al comienzo de la carrera del director, cuando le convirtió en un Klingon para un sketch en MADTV. «Lo que más me llamó la atención del guion la primera vez que lo leí fue que los giros narrativos se alejaban mucho de los arquetipos clásicos del terror», dice Scott Wheeler. «Tras leerlo de nuevo y reflexionar, hice preguntas a Jordan acerca de la mitología que había creado tras la historia y nos pusimos a trabajar a partir de ello».
   Para crear el aspecto de los Ligados, Peele quería huir de lo esperado. «En una película con dobles, es típico que haya un gag en el que creas que un doble es el original», analiza Wheeler. «Jordan se negó a usar ese recurso. Quería que los dobles maléficos tuvieran un aspecto totalmente diferente a sus homólogos porque han llevado vidas diferentes».
   Aunque el origen de los dobles y su procedencia es un secreto, el diseño de su maquillaje está basado en ese origen y sus condiciones de vida.
«Llevan una vida en la que no controlan realmente sus actos, así que nos preguntamos cómo eso se manifestaría en su físico», continúa Wheeler. «Son un poquito pálidos y están un poquito locos», añade. No revelaremos las razones de por qué eso es así. «Tratamos de representar esa locura en el maquillaje de los ojos e hicimos que la piel de los actores pareciera un poquito más pálida y gris. A partir de ahí, Jordan quería que los dobles parecieran casi vampiros, así que llevamos las cosas un poco más lejos. El último detalle fue eliminar sus cejas para darles esa especie de expresión vacía».
   El efecto fue exactamente el que Peele quería. «Lo que Scott y su equipo consiguieron con el maquillaje de los Ligados fue muy especial», dice el director. «Los hicimos más pálidos, les quitamos las cejas y hundimos un poco sus ojos. Mirándolos, te haces idea de que a esa gente no le ha dado la luz del sol».
   Wheeler también modificó la apariencia de cada doble de forma que ayudara a reflejar su personalidad. «En el aspecto de los dobles tiende a haber menos cuidado personal», comenta Wheeler. «Les dimos un toque como de proletariado. Por ejemplo, Gabe, el personaje de Winston Duke, lleva una cuidada barba. Pero su doble maléfico lleva una especie de barba bíblica, que ha dejado crecer. Lo conseguimos con una barba hecha a mano y llevando al límite el claroscuro en la cara para cambiar la forma de su rostro».
   Pluto, el doble de Jason Wilson, también esconde algo bajo su máscara. «Para la cara de Pluto creamos una cicatriz de quemadura», informa Wheeler. «Al principio, Jordan quería que pareciera que Pluto había sufrido pequeñas quemaduras a lo largo de su vida, pero al final decidió que no, que la cicatriz sería el resultado de una gran quemadura. Él es un poco el monstruo de la película».
   El maquillaje de Wheeler para los Ligados, además de ser siniestro y perturbador, tenía el beneficio añadido de resultar práctico. Como cada actor debía pasar de un personaje a otro, Wheeler y su equipo debían ser rápidos y precisos. «Había que hacer muchos maquillajes diferentes y muchos cambios», recuerda Wheeler. «El mejor aporte que podíamos hacer era asegurarnos que no hacíamos esperar a la cámara porque estuviéramos haciendo cambios de maquillaje. El reto era crear maquillajes que permitieran hacerse rápidamente, cambiarse rápidamente y volver al original rápidamente, y que aun así transmitieran que se trataba de personajes diferentes».
   A ese efecto se añadía el peinado de los personajes, diseñado por Camille Friend. «Gran parte de lo que hace a los Ligados lo que son es su pelo», indica Peele. «Camille consiguió resultados inolvidables en toda la familia». La destreza de Friend no solo se limitó a los Ligados. De hecho, uno de los peinados favoritos de Peele es el que Friend y Nyong’o decidieron para Adelaide. «Que Adelaide llevara pequeñas rastas fue genial», asegura Peele. «No recuerdo ver jamás a un personaje principal de una película llevar este tipo de rastas; este detalle ya es un hito importante en la historia del cine: poder ver auténticos peinados de mujeres negras en papeles protagonistas de películas».
   Por su parte, Wheeler espera que su trabajo y el de su equipo contribuya a crear una experiencia cultural y cinematográfica inolvidable. «Quiero que la gente salga del cine sintiendo que acaba de ver una de las grandes películas de terror del siglo XXI», dice. «Y creo que así será. Los temas sociales que hay en NOSOTROS son un poco mas abstractos que en Déjame salir, pero Jordan ha redoblado la apuesta por el terror. Se va a coronar como el gran cineasta de terror de nuestro tiempo y esta película va a ser una pasada».

ALGO PASA CON LOS LIGADOS...
   «El aspecto más desafiante de esta película es que todo el mundo tiene dos versiones», dice Cooper. «De hecho, hay más de dos porque está el actor que interpreta dos papeles, pero luego están el doble de luces del actor y el doble de escenas peligrosas. Así que en algunas escenas teníamos a Lupita como Adelaide, su doble de luces, su doble de escenas peligrosas, la doble de escenas peligrosas de Red y la doble de luces de Red. Alguna vez ibas al rodaje y te encontrabas a seis tipos haciendo de Gabe, incluido Winston, todos con gafas y sudaderas de la Universidad de Howard», recuerda riéndose. «Pensabas: “¿Pero qué película estamos haciendo?”».
   Grady Cofer, supervisor de efectos visuales de Industrial Light & Magic, ayudó a los cineastas a manejar todo aquello, indicando qué podía hacerse en la realidad y qué debía mejorarse digitalmente para crear una experiencia cinematográfica sin fisuras. «Me di cuenta muy pronto de que, para llevar a cabo la visión de Jordan, los efectos visuales de la película debían ser sutiles», comenta Cofer. «No hay nada llamativo en ellos; se trata más bien de engañar a la vista».
   «El principal reto de la película era crear los dobles maléficos y permitir que ambos grupos de personajes estuvieran juntos en la misma escena», continúa el experto. «Para que funcionara, el público tenía que quedar convencido de que todo el mundo tiene un doble. Así que Jordan y yo repasamos todos los diferentes métodos para conseguirlo. Hay muchos antecedentes de este tipo de efectos visuales, comenzando, por ejemplo, con Tú a Boston y yo a California, protagonizada por Hayley Mills, que hacía de una pareja de gemelas. En aquella cinta usaron el clásico corte en mitad del plano. Jordan terminó llamando a ese tipo de plano “un Hayley Mills”. Le oías que decía de vez en cuando: “estoy pensando que este plano quizás sea un Hayley Mills”».
   Ciertamente, la tecnología ha avanzado desde aquella cinta de Disney de 1961, y Cofer pudo ofrecer a los cineastas una serie de opciones para solucionar cualquier potencial problema. «Hay muchos más trucos contemporáneos que podemos hacer hoy en día», dice Cofer. «Podemos hacer intercambios de cabeza y cara, de forma que puedes tener a Lupita interpretando frente a su doble de escenas peligrosas o a su doble de luces y cambiar las posiciones. Así, tengo material de ambos lados, para el personaje y el doble, y podemos coger la cara de una toma e injertarla en el cuerpo de otra toma. En es un proceso complicado, pero si se ejecuta bien puede resultar muy convincente».
   Según avanzaba el rodaje, los técnicos descubrieron que podían adaptarse rápidamente ante cualquier obstáculo que surgiera. «Cogimos la confianza suficiente con los diferentes procesos, así que pudimos improvisar un poco acerca de cuándo y dónde usar una técnica determinada», comenta Cofer. «Dejarse inspirar por la escena según esta se desarrolla te da libertad».
   Esa maestría técnica dio lugar a algunos revolucionarios efectos que resultan aún más impresionantes porque el público no los notará en absoluto. Así, han conseguido hacer creíble lo imposible. «Tenemos una gran escena en la que los Ligados han invadido la casa de los Wilson y el doble de Adelaide, Red, tiene cogida la cabeza de Adelaide y la presiona contra la mesa de cristal», describe Cofer. «Mientras Lupita interpretaba ambos personajes, Jordan se percató de que había un interesante reflejo de la cara de Red en el cristal. Así que indicó al director de fotografía que encuadrara ese detalle. Nosotros pudimos componer el reflejo de Red justo al lado de la cara de Adelaide, creando así una muy interesante y espectral yuxtaposición».
   Esa unión sin fisuras entre lo físico y lo digital fue capital para hacer que la película pareciera completamente real y, por esa misma razón, completamente terrorífica. «Si hemos hecho bien nuestro trabajo, los efectos no se notarán y no llamarán la atención», afirma Cofer. «Me encantaría que los espectadores sintieran que han visto una especie de truco de magia. Quiero que estén inmersos en la película y acepten todo como real mientras la están viendo, y que sea solo al final cuando se den cuenta de que han sido parte de un elaborado truco».
   Un ejemplo particularmente espectacular de esto es la escena en la que a Zora la persigue Umbrae, su doble. «Jordan tenía una gran idea, y era que Zora corriera hacia la cámara en primer término, mientras que de fondo se viera una especie de silueta de Umbrae cruzar de un lado a otro», explica Cofer. «La cámara haría entonces una panorámica hasta descubrir a Umbrae junto al coche. Así que, en realidad, teníamos tres Zoras en esa escena: una en el fondo, Shahadi frente a la cámara y su doble de escenas peligrosas junto al coche. Según avanza la escena, las dos Zoras pasan por las ventanas y se pueden ver los reflejos de Zora y Umbrae. Así que tuvimos que rodar la escena varias veces con y sin coche para tener todas las interpretaciones de Shahadi y todos los reflejos correctos. Realmente es como hacer una película dos veces».
   En la mayoría de películas, los efectos digitales se hacen en postproducción, una vez que el rodaje ha finalizado. Pero Cofer y su equipo estuvieron presentes en el rodaje la mayor parte del tiempo para aportar soluciones y alternativas en tiempo real. «Una de las cosas que quería hacer por Jordan era darle mis opiniones lo más rápido posible», señala Cofer. «Así que me llevé a algunos chicos de ILM conmigo al rodaje y con los portátiles pudimos tomar material directamente desde la cámara y hacer composiciones rápidas para que Jordan pudiera ver cómo irían las cosas». Cosa que sería finalmente una bendición, asegura Cooper. «Grady fue valiosísimo por muchas razones, entre ellas que es capaz de solucionar problemas en el momento, y normalmente con recursos sencillos», afirma Cooper. «Podíamos estar rodando una escena y prever un problema, y él era capaz de corregirlo allí mismo, in situ, en lugar de cruzarse de brazos y decir: “Ya lo arreglaré en postproducción”».
   A pesar de tener a su disposición todas las opciones técnicas, a menudo Peele optaba por no usar ningún efecto visual. «Hicimos muchos efectos mecánicos con los dobles; Grady bromeaba diciendo que algunos planos eran tan locos que la gente iba a creer que eran efectos visuales, aunque no lo eran», dice Cooper. «Esperamos darle la vuelta a las expectativas».
   Por ejemplo, ¿por qué utilizar conejos digitales cuando se pueden utilizar unos de verdad? «Jordan quería que la película fuera lo más realista posible», afirma Cofer. «Hay un plano genial que comienza en el ojo de un conejo; la cámara va hacia atrás y descubre que es uno más entre cientos de conejos en jaulas. Así que comenzamos a lanzar ideas y a hablar de duplicar digitalmente a los conejos o de crear conejos por ordenador. Pero Jordan decidió conseguir esos cientos de conejos de verdad y rodarlos tal cual». Para disfrute de los actores infantiles, podría añadirse. «¡En esta película hay conejos por todas partes!», dice Wright Joseph. «Zora lleva una sudadera en la que pone la palabra “conejo” en vietnamita; hay un conejo en la habitación de Zora de la casa del lago; hay otro en el dormitorio de las gemelas en la casa de los Tyler. Fue Jordan quien colocó todas esas pequeñas pistas, es un tío muy listo».
   El saber hacer y consejo de Cofer aportaron una pizca de cordura y seguridad en lo que podría haber sido una pesadilla logística. «Nos sentíamos muy afortunados de poder estar trabajando con Industrial Light & Magic, y con Grady Cofer en particular, ya que es extraordinario en su trabajo y una de las personas más divertidas e interesantes con las que compartir un rodaje», asegura Cooper. «Él es el único, aparte de Jordan, que puede expresar con el lenguaje corporal cómo va a ser una toma. Es excepcional».
   El público nunca notará gran parte de las cosas que Cofer y su equipo han hecho, pero esa era la intención, la invisibilidad. «Han agrandado los decorados y mejorado las escenas con fuego, agua y sangre», informa De Jong. «Lo han hecho a la perfección, lo que enriquece muchísimo la película. No podrás decir qué elementos son efectos visuales y cuáles son reales, y eso es impresionante».

LENGUAJE CORPORAL POR DOS...
   Una coreografía no es lo primero que viene a la cabeza al hablar de terror, pero NOSOTROS incluye una escena inolvidable con la joven Adelaide, la joven Red y una compleja e invertida interpretación del gran pas de deux del ballet El cascanueces. La secuencia no solo exigía un gran coreógrafo, también a un innovador consultor de movimiento que pudiera crear un estilo único de movimiento para la doble maléfica y se lo enseñara a la actriz. Por suerte, el productor Ian Cooper conocía a la persona que podía realizar ambos encargos: la coreógrafa y consultora de movimiento Madeline Hollander. «De adolescente, Adelaide había sido una bailarina profesional, camino de convertirse en alguien como Misty Copeland», dice Cooper. «Así que sabíamos que tendríamos que contratar a una coreógrafa para trabajar esas escenas. Conocí a Madeline en Nueva York y enseguida me acordé de ella».
   «Madeline también fue bailarina y ha bailado El cascanueces infinidad de veces», continúa Cooper. «Es asimismo una artista conceptual, monta grandes performances y conoce extremadamente bien la danza y la cinematografía contemporáneas, ya que graba gran parte de su propio trabajo. Así que era la elección natural».

El cascanueces:
   En la inquietante secuencia de El cascanueces, que es un flashback, la Adeleide adolescente (Ashley McKoy) interpreta una versión del ballet mientras, en un ámbito separado que aún no comprendemos, la adolescente Red (interpretada también por McKoy) interpreta la misma variación, pero de forma distorsionada e inconexa. Esta escena y la forma en la que podía conseguirse dominó la reunión inicial de Hollander con Peele. «La primera parte de mi conversación con Jordan se centró en las dos escenas de danza que hay en la película que se basan en El cascanueces, el icónico ballet de Chaikovski, y, en particular, la gran variación pas de deux que hay al final de la obra», explica Hollander. «Yo misma lo he interpretado durante muchos años, así que me lo sé de memoria, hasta el punto de que si oigo la música, los músculos se me empiezan a mover», dice riéndose. «En El cascanueces, el personaje de Clara se aventura en un mundo de dulces y fantasía que, en realidad, es un lugar de sueños oscuros, por lo que hay ciertas similitudes con la película. Jordan quería que la adolescente Adelaide decidiera hacer el gran pas de deux, una danza para dos, en solitario. Es algo esencialmente imposible y nos dice mucho acerca de su personalidad».
   El primer encargo para Hollander fue, por tanto, averiguar cómo convertir una variación para dos bailarines en un baile en solitario. «Gran parte de la variación recae en el bailarín masculino, el “Caballero”, que sostiene al Hada de Azúcar para que ella pueda hacer esos lentos equilibrios, saltos y giros», cuenta Hollander. «El Hada también hace grandes saltos diagonales en los que va a una esquina del escenario y corre hacia el Caballero, saltando para que él la sostenga. Obviamente, es imposible que alguien lo haga por sí misma. Así que comencé a buscar la manera de invertirlo para que la bailarina pudiera ser el Caballero y el Hada de Azúcar, y que pudiera hacer la recogida y la caída. Trabajé dando forma a diferentes tipos de equilibrio que crearan la ilusión de tener un compañero, o usar las paredes. A continuación, teníamos que pensar cómo invertir todo ese contenido para la escena paralela: una versión oscura y perversa de la misma coreografía».
   Mientras la joven Adelaide baila su variación en solitario, la joven Red la interpreta al mismo tiempo en otro espacio indefinido. Y por razones que no quedan claras, casi parece que Red lo hace contra su voluntad. Para la interpretación de Red, «miramos cómo deshacer las cosas, invertir el cuerpo y asignar los movimientos de las piernas a los brazos, los movimientos de los brazos a las piernas e imaginar que la cabeza estaba al revés», explica Hollander. «Tratamos de imaginar cómo sería tener los ojos en los omóplatos o en las rodillas, y cómo eso distorsionaría y redirigiría el movimiento».
   No fue una tarea fácil y supuso un considerable volumen de trabajo. «Comencé estudiando vídeos del gran pas de deux y viéndolos al revés para analizar cómo sería el movimiento», dice Hollander. «Convierte la coreografía en una serie de movimientos imposibles, debido a los equilibrios y los saltos, y a su delicadeza. Un salto al revés no tiene la apariencia de un descenso. Después tomé referencias de otras películas y coreografías y creé una especie de remix de El cascanueces que incluía todo, desde El Exorcista a Jerome Robbins, La muerte os sienta tan bien y Men in Black (Hombres de negro). Uní todas estas escenas para crear una coreografía casi frankensteiniana que encajara en la música del gran pas de deux y que mantuviera la sensación de drama que va en aumento».
   Para articular esta idea y poder explicarla a los demás, Hollander realizó una vívida descripción de la dinámica existente entre las jóvenes Adelaide y Red. “Lo visualicé como si Adelaide y Red estuvieran conectadas por imanes, y como si Red estuviera justo bajo el escenario donde está Adelaide,” describe Hollander. «En esa situación, Red se vería arrastrada de un lado a otro, como una marioneta manejada desde arriba, aunque ella tendría algo de control y fuerza propios. Tuvimos que estudiar cómo equilibrar esas fuerzas opuestas en la coreografía».
   Con esa compleja danza como base, Hollander trabajó con McKoy para añadir algunos detalles interpretativos que hacen que la escena sea aún más conmovedora y perturbadora. «Trabajamos con Ashley para conseguir esos movimientos eruptivos, raros, distorsionados y del revés», continúa Hollander. «Improvisamos mucho. Le decía que, de vez en cuando, se parara en mitad de la secuencia. O que caminara. Que mirara al público. Esto es algo que Jordan quería y su dirección juega un papel fundamental en el resultado final de la escena. Quería tener esos momentos en los que Red se detiene y se pregunta dónde está. Interrumpe la coreografía y mira mientras la música sigue sonando. Y, de pronto, vuelve a la coreografía, arrastrada de un lado a otro. Fue un proceso asombroso».

Adelaide:
   La relación de Adelaide con la danza no terminó en la adolescencia, por lo que Hollander tuvo que incorporar ese detalle en los movimientos de la Adelaide adulta. «Adelaide fue bailarina hasta la adolescencia y Jordan quería que mantuviera de adulta algún remanente de sus entrenamientos, como les suele pasar a los bailarines», cuenta Nyong’o. «Así que empecé a dar clases de ballet porque es una forma de arte muy precisa. Fue difícil, pero de enorme valor. Las bailarinas tienen los pies en la tierra. Cuando se habla de ballet uno tiende a pensar en seres elevados, flotantes y frágiles. Pero lo cierto es que, para llegar a este nivel de naturalidad, es necesaria una fuerte conexión con la tierra».
   Hollander trabajó con Nyong’o cómo alguien con ese entrenamiento se movería, reaccionaría, estaría de pie, se sentaría o se tumbaría en la playa –incluso cómo hablaría de ballet en una conversación cualquiera. «Trabajamos su postura y hombros, y la forma de sostener la cabeza», desvela Hollander. «Los bailarines de ballet se colocan de forma que parece que su columna es una línea recta que va desde la coronilla hasta la cadera. En su vida diaria pueden relajarse, pero se convierte en su postura por defecto en un estado de alarma o de peligro. En situaciones así, sus cuerpos reaccionan diferente a como lo haría el cuerpo de alguien que no es bailarín. Los reflejos y los estados de relajación de los bailarines de ballet son muy distintos a los demás».
   De hecho, el entrenamiento de Adelaide como bailarina terminó inspirando un momento crucial en una de las escenas más peligrosas de la película. Cuando los Ligados llegan a la casa de los Wilson y los toman como rehenes, Red esposa a Adelaide a la mesa de centro de cristal. Adelaide no puede usar las manos, pero ve un atizador junto a la chimenea que podría usar para liberarse. «Los bailarines manejan muy bien sus pies», explica Hollander. «Así que Adelaide alcanza el atizador con el pie y lo agarra con los dedos. Es algo que una bailarina no dudaría un segundo en hacer».
   A lo largo de todo el proceso de creación de NOSOTROS, Hollander quedó asombrada por el compromiso de Peele por conseguir que todos los detalles fueran correctos. «Trabajar con Jordan fue una experiencia increíble», reconoce. «Es realmente accesible y me sentí muy cómoda compartiendo cualquier idea con él. Jordan escuchaba y te daba su sincera opinión acerca de si debíamos ir en una dirección u otra. Había una comunicación total y un diálogo continuo. Agradecí que se preocupara de la coherencia y la exactitud de todo, desde el ballet y los movimientos a los decorados y el vestuario, el ritmo y los personajes. Eran un proceso muy difícil y la amplitud de miras de Jordan para colaborar fue inspiradora y poco común».

LOS SECRETOS DE LA BANDA SONORA...
   Para crear una banda sonora diferente a todas las anteriores, Peele recurrió a su compositor de Déjame salir, Michael Abels. «Michael es capaz de crear sonidos nuevos que ayudan mucho a asustar al público», cuenta Peele. «Puede trabajar en lo familiar y lo extraño al mismo tiempo, lo que contribuye a que la película tenga su propio carácter. Pero sin que la banda sonora sea tan alocada y excéntrica que arruine la experiencia al espectador. Michael tiene una gran habilidad y una asombrosa maestría de muchos géneros musicales diferentes. Gracias a ello pudimos dar con este híbrido, este nuevo sonido. También nos entendemos bien desde Déjame salir. Además, es el tío más majo del mundo y nada ególatra, lo cual es maravilloso en un colaborador».
   Abels no dudó en aceptar el encargo. «Jordan me contó la idea de NOSOTROS antes de escribir el guion; era una de esas ideas que tu mente llena de posibilidades», dice Abels. «Como artista, deseas involucrarte cuando escuchas una idea que te inspira».
   Como comienzo del proceso de componer un sonido característico para NOSOTROS, Peele le pidió a Abels que creara un himno para los Ligados. «Le pedí que comenzara con el himno; a partir de ahí trabajaríamos para crear el sonido de ese mundo», explica Peele. «Tenía una pequeña descripción bastante intrincada acerca de cómo debía sonar el himno. Debía contener esperanza pero estar “equivocado”, ser familiar y ajeno al mismo tiempo. En última instancia, debía sonar como el lado oscuro de nuestro himno nacional, de nuestro orgullo patrio y de los Estados Unidos. Representa los bajos instintos, los pecados estadounidenses. Es como nuestro doble maléfico cultural».
   También le dio a Abels una indicación fundamental. «Lo más importante, me dijo Jordan, era que asustara un montón», recuerda Abels riéndose. «En realidad, usó palabras más fuertes». Así que se puso a trabajar enseguida. «En sonido, lo que provoca el miedo es lo desconocido», asegura Abels. «Son las cosas que no podemos ubicar, y las que no esperamos, las que nos llevan a sentir temor». Pero encontrar un nuevo sonido que provoque verdadero miedo no es tarea fácil. «Queríamos provocar terror en el público, y para ello tienes que dar con algo inesperado», continúa Abels. «Por lo que busqué sonidos que molestaran», dice riéndose. «Es un reto, sin embargo, encontrar algo extraño y que dé miedo que no se haya hecho antes o no se haya hecho de esta manera».
   Para el himno, Abels decidió usar elementos corales. «A Jordan le encanta los sonidos vocales, y la voz humana es un instrumento enormemente expresivo con el que todo el mundo se identifica», explica Abels. «Las voces también pueden crear sonidos realmente terroríficos, así que las usamos a lo largo de todo el metraje. El himno suena un poco como una marcha de gente preparándose para la batalla, quizá como una rebelión, pero sin usar un lenguaje reconocible. En otras partes de la película hay efectos vocales como hombres cantando “grrrr” y mujeres lanzando suspiros de desesperación; son sonidos muy raros. Están diseñados para asustar a la gente», añade entre risas. «Hay varias escenas en las que esas voces te llevan a otro lugar y te hacen sentir incómodo. Las voces evocan muchas emociones, y a veces un efecto de sonido vocal puede comunicar una emoción de una forma que ni las palabras ni incluso los instrumentos pueden».
   A Peele le encantó. «Michael se fue a hacer un pequeño viaje y el primer tema que me envió fue el himno», recuerda el director. «La primera vez que lo oyes, es como “Oh, no. ¿Qué? No, no puedes hacer eso”. Pero, según vas escuchándolo, se va haciendo más familiar y asentando. Esa es la característica que más me gusta de las bandas sonoras de terror: lo notas en la nana de La semilla del diablo, en Pesadilla en Elm Street y en todos los trabajos de Angelo Badalamenti. Al comienzo, el sonido de la película parece proceder de una cultura diferente. Hay algo extraño e “inapropiado” en él, pero también es inspirador. Tiene algo positivo. Esta historia trata de la dualidad en todas sus formas, así que se trata de encontrar lo que da miedo incluso dentro de esta hermosa, positiva y esperanzadora paleta».
   A partir de ahí, Abels creó una banda sonora completa, trabajando a partir de una detallada filosofía sobre cómo la música debe usarse o silenciarse para ayudar al público a recorrer el trayecto emocional de una película. «La música cinematográfica, como trata de emociones y acciones, es un presagio más potente que ningún otro elemento», explica Abels. «Pero para conseguir un buen susto, debes evitar cualquier presagio, porque lo estropearía todo. Sin embargo, si no lo anuncias un poco, no sentirías la tensión de una situación».
   Y pone un ejemplo: «Al comienzo de la película hay unas escenas en las que Adelaide se siente incómoda, no sabemos por qué». «En una escena así, la música es un presagio y nos ayuda a comprender que, aunque ella está con su familia en lo que parecen unas vacaciones en la playa, algo no va bien. Más adelante, sin embargo, cuando las cosas empiezan a torcerse, hay verdaderos momentos de susto de los que no queremos advertir al espectador, por lo que no hay ninguna música anunciándolos. De hecho, hay instantes en particular en los que la música no presagia absolutamente nada, y está hecho así adrede. Jordan y yo pasamos mucho tiempo hablando sobre cuándo enseñar al público nuestras intenciones y cuándo no».
   Peele añade: «Esta banda sonora es única porque es muy dinámica y representa la dualidad en muchos aspectos. Es fuerte, intensa y llamativa, pero también abraza el silencio. Y las voces que hay en ella invocan algo que es humano y sobrenatural a un tiempo».

La instrumentación:
   Como ya hizo con la banda sonora de Déjame salir, Abels afianzó la banda sonora de NOSOTROS con instrumentos de cuerda, pero con algunas diferencias significativas. «La base de esta banda sonora es una orquesta de cuerda, pero a menudo no tocan de la forma habitual», explica Abels. «Lo hacen muy cerca de la nuez, la base del arco, de forma que se oye más el rasguño de las cuerdas que la propia nota. Otras veces, tocan clústeres. Los clústeres son notas que están muy cerca unas de otras y que no tienen relación, pero las tocan al mismo tiempo para crear un sonido desagradable».
   «Aparte, la orquesta utiliza otras técnicas con las que puede que ni te enteres de que el sonido está saliendo de un instrumento de cuerda», continúa Abels. «También usamos un instrumento virtual llamado tambor Propanium, que suena un poco como una lata de aceite, pero afinado. Emite un sonido metálico vulgar con el que puedes tocar melodías. Es un sonido como de otro mundo, pero sin ser electrónico o de ciencia ficción. Es difícil definirlo, por eso funciona tan bien en esta película. He tratado de potenciar el terror en NOSOTROS. Para mí, Déjame salir es más un thriller en el que solo al final las cosas se ponen feas». A continuación, se ríe. «En NOSOTROS, las cosas empeoran mucho más rápidamente».
   La banda sonora incluye a la aclamada violinista Melissa White, que interpreta los temas de Adelaide y Red. «He trabajado de forma más o menos continua con Melissa desde hace una década», comenta Abels. «Tiene un talento sorprendente y ha preparado un par de mis conciertos. También escribo música para orquestas y conciertos, y ella ha formado parte en un par de importantes estrenos. Aporta una gran destreza y es un placer trabajar con ella. También es una mujer de color, algo importante para mí. Igual que Jordan Peele está ayudando a Hollywood a descubrir cómo la diversidad puede funcionar en taquilla, y la industria trata de ser más inclusiva tras las cámaras, yo quiero que los jóvenes, cuando escuchen la música de esta película y escuchen el trabajo de Melissa, sepan que ellos también pueden acceder a estas carreras musicales».
   Para White fue como un sueño la oportunidad de interpretar una banda sonora tan única, con Nyong’o en la pantalla. «Siempre me ha encantado ver a Lupita como espectadora, pero tocar junto a su interpretación en la pantalla grande y sentir que de alguna forma estamos colaborando es un sentimiento muy poderoso», asegura White. «Es inspirador verla metida en su papel y sentir que estoy apoyando ese trabajo desde mi música. Disfruté la experiencia de tocar junto a un personaje tan enfadado. Me gustar ir contra la “norma” de que el violín represente lo tranquilo, hermoso y romántico. Interpretar esta banda sonora me ha permitido usar mucha fuerza, poderío y contraste, lo cual ha sido muy divertido».
   Aunque la banda sonora está concebida para aterrorizar, una de las secciones que más le gustó grabar a Abels fue para una escena con Kitty Tyler, interpretada por Elisabeth Moss. «A la orquesta le encantó grabar un momento en particular, cuando Kitty está frente a un espejo. Para esa escena le pedí a la sección de cuerdas que me diera su sonido más romántico, lujurioso y meloso», dice riéndose. «Por supuesto, esa hermosa música se usa de una forma retorcida que solo a Jordan se le ocurriría, pero tras una sesión de grabación de música disonante, para la sección de cuerda fue como un delicioso premio al final del día».
   Abels espera nervioso que el público pueda escuchar por fin la banda sonora. «Espero que se asusten, pero también que les guste el sonido que hemos conseguido con esta banda sonora», dice el compositor. «Es muy íntima. Está grabada con mucha menos reverberación de lo que es habitual en una banda sonora. Lo que eso significa en cuanto a sonido es que, en lugar de sonar como a distancia, lo hace mucho más cerca de ti. Lo cual es muy apropiado para esta película, donde la acción y el terror están frente a ti. La intimidad del sonido contribuye mucho a retratar ese mundo de forma eficaz».
   Peele espera que los espectadores capten todo eso y algo más. «Quiero que el público sienta que está viendo algo de la máxima importancia, casi como una vuelta al cine clásico», dice. «Pero también quiero que se sientan un poco incómodos, empujados a un nuevo espacio auditivo. Michael ha hecho un trabajo magnífico».

EN CUANTO AL DIRECTOR...
   Trabajar en una película de Jordan Peele fue una experiencia única para la mayoría del equipo artístico y técnico. Ya fueran veteranos o novatos en el cine, enseguida se vieron inmersos en un ambiente de trabajo diseñado para hacer volar su imaginación y donde sus ideas eran bienvenidas. «Jordan es el tipo de director ideal», asegura McKittrick. «Tiene la historia totalmente bajo control, pero también se muestra abierto y colaborativo con el resto de artistas que hacen posible una película. Tiene mucha calma y sabe exactamente lo que quiere, pero permite que los demás aporten sus ideas».
   Peele desarrolló esta filosofía y estilo de dirección de sus años trabajando como intérprete. «El ego es un impedimento para la creatividad y las cosas más grandes que el ser humano ha creado se han hecho gracias a la colaboración», afirma el director. «Creo que, como director, mi trabajo consiste principalmente en tener una visión, pero también en estar abierto a la mejor idea que pueda surgir. Si estás obsesionado con el ego o con llevarte el mérito, desaprovecharás la opción óptima para la historia que estás narrando. Improvisar comedia te ayuda mucho a apreciar la colaboración y eso es lo menos ególatra que existe».
   Incluso para aquellos que le conocen desde tiempo atrás, ser testigos de su estilo de trabajo como director fue un gran impacto. «Para alguien que le quiere, le aprecia y que lleva tanto tiempo siendo su amigo, es asombroso verle trabajar con los actores y los técnicos», confiesa Cooper. «Gracias a sus más de veinte años de carrera como intérprete, tiene una enorme facilidad para tratar con los actores y una habilidad innata para ganarse su confianza. Es capaz de sacarles interpretaciones convincentes sin resultar entrometido».
   Su habilidad para transmitir su visión sin cerrarse a nuevas ideas le convierte en una rareza. «Jordan encarna a la perfección la figura del cineasta-autor», asegura Blum. «Es guionista, director y productor y tiene una visión universal. Puedes notar esa visión en cada decisión que toma. Es muy inusual, Creo que es uno de los cineastas con más talento de hoy en día. Es muy colaborativo y escucha a todo el mundo, pero también tiene un punto de vista muy específico y es capaz de equilibrar ambas cosas increíblemente bien».
   «Lo que distingue a Jordan de la mayoría de los directores es que él tiene más talento que la mayoría de los directores», continúa Blum. «Es un pensador increíblemente original. Muchos directores ven el género como de segunda división, pero Jordan entiende que puede ser tan importante como el drama. Ciertamente, la Academia confirmó esta idea cuando concedió el Oscar® a Déjame salir».
   La atmósfera que Peele creó en el set fue de calma, control y tranquilidad, que permitió a todo el mundo sentirse seguro para explorar ideas y soluciones innovadoras. «Como director, es enormemente amable», cuenta Cooper. «No es de esos que está siempre gritando, ni siquiera levanta la voz. Es muy hábil contratando a gente con la que se entiende rápidamente. Con cada responsable de departamento le oía emplear «jordanismos» curiosos, específicos para esa persona o departamento, de forma que solo la persona a la que se está dirigiendo sabía exactamente lo que él quería transmitir. Eso hace que la comunicación en el rodaje sea rápida y divertida, y acelera el ritmo de trabajo».
   Lo cual tuvo un gran impacto para los actores. «Conocía un poco a Jordan de antes, del mundo de la comedia», dice Heidecker. «Hablamos el mismo lenguaje, un poco en clave, sobre improvisación, interpretación y dirección, ya que yo también dirijo, así que nos entendemos muy bien. Siempre le estaba dando ideas terribles como “Quizá en esta toma puedas hacer zoom a mi cara y yo girarme y soltar ‘¡Déjame salir!’”».
   Moss descubrió que Peele era excepcional como director en muchas facetas. «Fue genial trabajar con Jordan», asegura la actriz. «Me dejó probar cosas, explorar, y vi que también lo hacía con otros actores. Todos los directores dicen que van a hacer eso, pero luego no es así muchas veces. Jordan no puso límites a lo raros, locos, terroríficos, divertidos o tristes que podíamos mostrarnos. Eso es increíblemente liberador para un actor, porque te sientes infalible».
   Nyong’o comparte esa sensación. «Jordan Peele es uno de los mejores comunicadores que he conocido», afirma. «¡También es compasivo y tan tranquilo! Antes de rodar mantuve largas conversaciones con él y siempre se mostró perceptivo. También fue muy específico acerca de lo que buscaba. Aunque el trabajo era un reto difícil, Jordan nos dio a mí y al resto del reparto un espacio seguro para hacer cosas salvajes y peligrosas. Sigo sorprendida por su mente, por cómo funciona, por su atención a los detalles y su conocimiento del género de terror y del cine en general».
   «Jordan hace un homenaje a las películas y cineastas que adora», continúa Nyong’o. «Puedes notarlo en su trabajo. Él lo transmite y te hace partícipe de esa misión. Esa es, de lejos, la mejor forma de crear, cuando todos sabemos cuál es la visión. Y Jordan pasa todo el tiempo haciendo su película favorita. Esa pasión, ese entusiasmo... son contagiosos. Trabajaría con él una y otra y otra vez».
   Esa energía y ganas de Peele se infiltró en todos los departamentos del equipo técnico. «Cuando trabajas con él, quedas unido a una mente creativa y brillante que confía en tu ayuda para engrandar el mundo que está creando», informa Duke. «Es algo maravilloso, la verdad. Es un completo placer trabajar con Jordan y ayudarlo a ascender al podio de las leyendas del cine, donde permanecerá para siempre junto a otros prolíficos directores de la historia del cine».
   Además, es divertido estar con él. «Jordan es muy tranquilo, pero asertivo», comenta Wright Joseph. «No grita, sino que dice: “Todo va a salir bien. Haremos esto y luego probaremos esto otro. ¿Te gustaría hacerlo de otra manera?”. Se abre a las ideas de todo el mundo. Es un encanto. Y cuando se emociona con una escena, se pasea haciendo el tonto». Duke se ríe recordándolo. «Es alucinante».
   La ética como director de Peele permitió a los responsables de departamento desarrollar ideas junto a él a lo largo del tiempo, hasta que como equipo llegaban al concepto o idea adecuado. «Colaborar con Jordan es realmente increíble», asegura la diseñadora de producción Ruth De Jong. «Es abierto y accesible, lo que da lugar a una relación fluida y conversaciones muy productivas. El guion es su Biblia, pero está constantemente reescribiendo y pensando ideas. Hay un diálogo constante entre él y los departamentos de arte, atrezo y preparación de sets. Es algo orgánico, fluido y maravilloso. Él, además, es tranquilo y paciente. Creo que no le he oído levantar la voz ni una sola vez. Es una experiencia increíble trabajar con alguien que está tan concentrado y confiado en lo que quiere. No puedo decir suficientes cosas buenas de él».
   Scott Wheeler, el responsable de maquillaje y efectos especiales de maquillaje, tuvo la misma experiencia. «Trabajar con Jordan siempre es un viaje sorprendente», dice. «Es alguien muy considerado. Le gusta desarrollar las ideas y trabajarlas, repensarlas y volver a desarrollaras hasta que se convierten en algo realmente asombroso. Es un proceso que disfruto mucho, ya que no suelo vivirlo con otros directores».
   Además, Peele tiene un gran conocimiento del género de terror, algo que resultó de gran valor para todo el equipo artístico y técnico. «Jordan es un artista», afirma el supervisor de efectos visuales Grady Cofer. «Trata temas importantes y dramáticos como el libre albedrío y las desigualdades sociales y las desarrolla dentro de una película de terror. Le encanta el cine de género; Ian Cooper y él son verdaderos estudiosos del género de terror en particular. Trabajara con ellos es muy emocionante».
   La experiencia de Peele en la industria, trabajando delante y detrás de las cámaras, le permite sentirse cómodo en todas las fases del proceso de hacer cine. «Los directores que también son guionistas son tipos especiales porque tienen cualidades únicas para dar vida a sus historias», describe el compositor Michael Abels. «Gracias a sus años en este negocio, Peele ha visto el cine desde más ángulos que la mayoría de gente. Eso le permite comprender mejor que otros los diferentes oficios creativos dentro del cine». Además, añade Abels, «no solo suele ser el tío más divertido, también el más listo. ¿Quién no querría trabajar con alguien así? Yo no me lo perdería ni loco».

LOS PERSONAJES...
  Cuando conocemos a los Wilson –Adelaide (Nyong’o), Gabe (Duke), Zora (Wright Joseph) y Jason (Alex)–, son una familia americana normal y corriente rumbo a una pequeña escapada veraniega al hogar de la infancia de Adelaide en Santa Cruz. Como la mayoría de las familias, transmiten cercanía y amor, aunque tienen sus dificultades. «Lo que me encanta de los Wilson es que son funcionales y disfuncionales al mismo tiempo», dice Nyong’o. «Tanto Gabe como Adelaide son padres muy involucrados en su núcleo familiar y en hacer que todo funcione».
   Para una de las primeras escenas, Peele y sus actores establecieron rápidamente la energía grupal de los Wilson y la dinámica intrafamiliar. «La primera vez que los vemos juntos es sentados a la mesa, desayunando, y son todo chistes y pullas, y todas esas cosas que hacen que una familia sea una familia», dice Nyong’o. «Tomas posiciones para enfrentarse entre sí. Se percibe que Gabe y su hija, Zora, están en sintonía; hay una afinidad ahí, un vínculo especial. Lo mismo pasa con Adelaide y su hijo, Jason. Vemos esas dinámicas naturales de una familia, y es muy reconfortante, como actriz, ser parte de eso, ver a Gabe y a Adelaide luchando por encontrar cohesión en todo momento».
   La escena del desayuno fue la primera que ensayaron con los cuatro actores, y sirvió para dar forma a la evolución de sus personajes y de la propia película. «Gran parte de la unión entre los personajes procede de poner atención y escuchar a los actores», dice Peele. «La primera vez que interpretaron juntos a los Wilson, fuimos a la casa en la que íbamos a rodar y les dejamos explorar, experimentar y sentir el espacio, antes de sentarnos y ensayar la escena del desayuno. Eso fue apenas unos instantes después de haberse conocido por primera vez, menos en el caso de Winston y Lupita, que se conocían desde hacía años. Pero ver cómo evolucionó la dinámica entre ellos en esas primeras dos horas fue muy significativo para mí. De hecho, fue casi más informativo verlos interactuar como ellos mismos, cuando no estaban ensayando, que cualquier otra cosa. Winston o Evan contaban chistes malos sin parar, y eso acabó siendo un elemento vinculante para la familia».
   Lo cierto es que los cuatro actores mencionan esta como una de sus escenas favoritas de toda la película. «Disfruté mucho de las escenas familiares porque había una gran camaradería; la dinámica familiar tenía mucho ritmo», afirma Nyong’o. «Transmitía una sensación muy real. Jordan ha creado diálogos increíblemente naturales con la familia, y, a menudo, teníamos total libertad para añadir cosas o modificarlas. Había que andar muy pendiente en esas escenas y escuchar con mucha atención, porque se podía decir cualquier cosa, y lo suyo era reaccionar en consecuencia. Eran escenas muy frescas y peligrosas precisamente por eso, y las disfruté mucho».
   Esa primera escena fue especialmente útil para los actores que interpretaban a los hijos de los Wilson: Wright Joseph y Alex. «Esa escena fue sin duda mi favorita de rodar», dice Wright Joseph. «Creo de verdad que bordamos la sensación de familia en ese momento. Adelaide y Gabe son los mejores padres que uno puede tener. Jason y Adelaide tienen cierta conexión especial, al igual que Zora y Gabe. Siempre saben lo que la otra persona está pensando. Por eso, Gabe siempre parece adivinar si a Zora le pasa algo. Es realmente un padre genial».
   La dinámica entre los dos actores los ayudó a perfeccionar no solo quiénes eran sus personajes, sino quiénes eran en relación a los otros miembros de la familia. «Los Wilson es una familia como otra cualquiera, pero que acaba viviendo una experiencia de lo más descabellada», dice Evan Alex. «Cada uno de ellos tiene su papel en la familia: Adelaide es la líder, Zora es la guerrera, Jason es el mago y Gabe es como un bonachón adorable. Y no terminan de conectar totalmente. Pero, cuando aparecen sus dobles, se ven obligados a convertirse en un superequipo».
   Los adultos que trabajaban con Wright Joseph y Alex quedaron muy impresionados por sus jóvenes compañeros de reparto. «A nuestra brillante directora de casting, TERRI TAYLOR, se le dan de lujo las audiciones de niños», afirma el productor McKittrick. «Shahadi y Evan tienen un talento increíble. Entendieron totalmente lo que estaban haciendo, cómo era la historia y lo que sus personajes tenían que hacer. Además, aportaban un entusiasmo desenfrenado todos los días al set». Nyong’o presenció la fuerza de ese entusiasmo día tras día. «Puede ser muy estresante pensar en trabajar con niños, porque son extremadamente honestos e impredecibles», nos cuenta. «Pero Shahadi y Evan fueron increíblemente agradables y entregados».
   Pero la vida de los Wilson cambia irrevocablemente cuando, tras un día en la playa, cuatro figuras sombrías con su mismo aspecto aparecen frente a su casa. Esos dobles maléficos, a quienes los cineastas bautizaron como los Ligados, están decididos a acabar con la vida de los Wilson. Esta situación requería que los cuatro actores interpretasen papeles dobles: tanto el de los Wilson que intentan salvar su vida como los dobles que tratan de acabar con ella. «Es bastante peliagudo pedirles a los actores que interpreten a sus personajes compitiendo o confrontándose entre sí», dice el productor Cooper. «Jordan y sus actores hablaron largo y tendido a lo largo del desarrollo de sus personajes principales y, según lo iban haciendo, comenzaron a aflorar pequeñas semillas de aspectos problemáticos de la naturaleza de los mismos. Pero ellos supieron usar esas semillas para dar profundidad a sus dobles maléficos».
   Los Ligados son capaces de anticipar los pensamientos, los sentimientos y las acciones de los Wilson, pero, por motivos que acaban aclarándose al final, no son exactamente duplicados de estos. Son personajes únicos en sí mismos, con sus propios pensamientos y sentimientos, y su forma propia de comunicarse. «Los dobles no hablan», dice Cooper. «Pero emiten ciertos sonidos como si imitaran el ritmo y las inflexiones de su “otro yo”. Además, suenan como seres que nunca han usado realmente las cuerdas vocales. Todo eso resultaba muy emocionante y liberador para los actores. Cada uno de ellos contribuyó a ayudar a crear una especie de cultura colectiva de los dobles maléficos».
   Los Ligados también se mueven de forma diferente a los Wilson, de un modo espeluznante y casi inhumano. «Para los dobles, desarrollamos una lista de movimientos que parecen propios de animales o criaturas extrañas, humanos y empáticos, pero, a la vez, totalmente alienígenas», dice la coreógrafa y consultora de movimiento Madeleine Hollander. «Para cada uno de los personajes, contábamos con un vocabulario de referencias que se alineaban conceptualmente con su personalidad. Repasamos distintas notas de emociones de forma individualizada. Elaboramos una lista de referencias para diferentes posiciones, movimientos y posturas, o como saltarían de una mesa, o sobre una mesa, o si caerían sobre pies y manos».
   Desarrollar dos versiones de un único personaje fue un gran reto artístico para el reparto. «Esta dualidad en los personajes fue un gran atractivo para los actores, yo creo», nos dice Peele. «¿Cuántas veces tendrán la oportunidad de hacer algo así?». No obstante, supuso un desafío logístico muy considerable tanto para su equipo de cineastas como para él mismo.
   «Lo más difícil de rodar esta película fue determinar cómo podíamos tener al mismo actor interpretando a dos personajes en una misma escena», dice Peele. «Hizo falta mucha planificación y programación. Hay que pasar por todo el proceso de vestuario y maquillaje para transformar a los personajes, así que eso significa que, normalmente, había que hacer un lado de la escena un día y el otro al día siguiente. Fue un reto inmenso, pero también un rompecabezas muy divertido resolver».
   En una escena que vemos de refilón en el tráiler de la película, los ocho personajes están en el mismo lugar: el salón con su chimenea encendida. Todos allí, al mismo tiempo. «La escena más complicada fue la de la chimenea, como nosotros la llamamos, que es el primer encuentro entre las dos familias Wilson, la original y los Ligados», dice Peele. «La rodamos en el transcurso de varios días, y nos hicimos un poco de lio con qué intérprete tenía que actuar conforme a qué papel, en cada momento determinado». Sin poder contener la risa, prosigue: «Te puedes imaginar lo frustrante que fue para mi asistente de dirección programar todo el proceso».
   Para facilitar la organización y formalizar las personalidades diferenciadas de los Ligados, Peele dio a cada doble maléfico un nombre propio: Red (Nyong’o), Abraham (Duke), Umbrae (Wright Joseph) y Pluto (Alex), aunque sus nombres nunca se escuchan en el metraje.
   «Esta película ha sido todo un reto, porque yo nunca coincidía con mi compañera de escena», dice Nyong’o, riéndose. «Me ponía bastante nerviosa la situación, y me preocupaba que no fuera a funcionar, pero tener a un director como Jordan, que también es un gran actor, fue de gran utilidad».
   El resultado final no se parece a nada que se haya visto en cine con anterioridad. Es un examen en profundidad de la dualidad de las personas, y un legado del talento (y la resistencia) del reparto de Peele.

ADELAIDE WILSON Y RED - LUPITA NYONG'O...
   El personaje central de la película es Adelaide Wilson, una mujer que esconde un inexplicable trauma de infancia y cuyos intentos por reprimir y olvidar el incidente ahora amenazan con destruirla no solo a ella misma, sino también a su marido y sus hijos. Su doble maléfica, Red, también es la líder de los Ligados, y es la fuerza motriz del ataque a la familia de Adelaide. Para un papel doble tan expansivo y complejo, Peele y su equipo no dudaron en recurrir a Lupita Nyong’o.
   «Llevamos mucho tiempo admirando el trabajo de Lupita, y cuando estábamos pensando en el casting, nos sorprendió darnos cuenta de que nunca había sido la estrella de una película; siempre había quedado relegada a papeles secundarios fabulosos», comenta el productor Cooper. «Fue muy emocionante para nosotros brindarle la oportunidad de ser el pilar en torno al cual girase la película. Lupita es una actriz que el público ve accesible y con quien se identifica; es alguien con quien te gustaría pasar tiempo, pero también sabe apretar las tuercas y hacerte sentir alguien completamente ajeno a ella. Esa dualidad en su interpretación era perfecta para esta película, a diversos niveles».
   Nyong’o tiene vívidos recuerdos de sus primeras reuniones con Peele sobre sus personajes.
«Al principio, todas las veces hablaba con Jordan sobre mis papeles. Sentía que necesitaba apuntarme a cursos de filosofía, psicología y sociología en la universidad para ser capaz de interpretarlos», dice Nyong’o, riéndose. «Es un director muy detallista y, la primera vez que leí el guion, sabía que todo tendría más significado del que yo había captado. Hasta que no hablé con él no me di cuenta de lo mucho que Jordan estaba investigando y tratando de desentramar en esta historia dentro del género del terror».
   «Algo que Jordan dijo que le interesaba explorar es que uno de los mayores defectos de Estados Unidos es no ser capaz de reconocer sus propios demonios», dice Nyong’o. «Es muy potente poder hacer algo así, porque es la auténtica aceptación propia: la capacidad de reconocer tu lado más noble y también el más destructivo». La idea la intrigó. «Juzgamos a la gente», dice Nyong’o. «Decidimos lo que es bueno y lo que es malo. Pero lo cierto es que todos poseemos esa dualidad. Es una afirmación muy contundente, reconocer que el mal no es una fuerza externa, sino que forma totalmente parte de nuestra experiencia como seres humanos».
   Peele también le hizo una advertencia antes de que acordara interpretar los dos papeles. «Una de las primeras cosas que Jordan me dijo fue: “Lupita, va a ser agotador para ti”», nos cuenta, riéndose. «¡Y desde luego que lo fue! Me siento como si hubiera rodado cinco películas, y no ha sido más que una. Ha sido un proyecto muy intenso y extenuante».
   Cuando se puso manos a la obra a crear el personaje de Adelaide, Nyong’o tuvo que crear simultáneamente a su opuesta, Red. «A la hora de crear a Adelaide y Red, necesitaba honrar la especificidad con la que Jordan había escrito estos dos personajes», cuenta Nyong’o. «Nuestra historia comienza cuando Adelaide tiene nueve años, y tiene un carácter bastante precoz. Su mayor defecto es que no está dispuesta a afrontar sus propios miedos. Se empeña en intentar estar por encima de ellos. Por supuesto, con nueve años, es principalmente su miedo al vídeo de Thriller de Michael Jackson lo que no está dispuesta a admitir». Y se ríe.
   Red era otra historia. «Red es en realidad una manifestación de los miedos de Adelaide», dice Nyong’o. «Por eso, quería explorar esos dos personajes como entidades independientes, pero también como parte de un todo. Con sus peculiaridades, intenté asegurarme de que había una línea que uniera a ambas, pero con claras distinciones. Adelaide y Red son realmente dos partes de una misma persona, que es algo que explora esta película. A menudo, sentimos que el monstruo procede del exterior, de fuera de nuestras fronteras y de nuestros hogares. Pero, en esta historia, el monstruo, aunque externalizado, está realmente en nuestro propio interior. La película abraza eso, o al menos lo reconoce».
   «Jordan fue muy específico sobre cómo pensaba que eran estas dos mujeres, Adelaide y Red, pero se mostró muy abierto a la hora de explorarlas más en profundidad», continúa Nyong’o. «Veía a Adelaide como alguien con carisma. Anda en busca de la normalidad, y ha conseguido ponerse esa máscara. Me parecieron conceptos llenos de fuerza».
   Para desarrollar a Red, Nyong’o y Peele pasaron mucho tiempo hablando de su psicología y de cómo se manifestaría en sus movimientos y comportamientos. «Jordan a menudo usaba la palabra “reina” para describir a Red», dice Nyong’o. «Decía que Red desprendía una elegancia muy particular, cierto encanto y una paciencia infinita. Esas palabras guiaron el modo en que enfoqué la creación del personaje. Para Adelaide, toda su conducta, su personalidad está fundada en la naturalidad. Sin embargo, para Red, su doble maléfico, usé un enfoque más estiloso para su comportamiento y toda su ejecución física. Fue divertido tener esas motivaciones tan contrastadas, porque no es sencillo interpretar a dos personajes en la misma historia, especialmente tan estrechamente vinculados como estos».
   «Una de las palabras que Jordan usaba para describir a Red y su movimiento era “cucaracha”», dice Nyong’o. «Fue muy útil para mí, intentar arraigar a Red en la energía de una cucaracha. Las cucarachas se mueven rápidamente, y es muy difícil pisarlas, pero también saben quedarse muy quietas y pasar desapercibidas. Y, además, se adaptan a todo».
   Cambiar de un papel a otro en una escena determinada requirió cierta planificación y una estrategia sólida. «El desafío con escenas entre Adelaide y Red fue qué lado rodar primero», continúa Nyong’o. «Al final, descubrí que lo mejor era siempre rodar primero la parte del personaje que dominara la escena, porque así podía aparcar eso y reaccionar apropiadamente en la piel del otro personaje». El propio Peele solía ocupar el papel que Nyong’o no estuviera haciendo en cada momento, y lo interpretaba fuera de cámara. «Se lo pasaba en grande haciéndolo», dice. «Y me ayudaba mucho, porque se le da tan bien imitar al personaje que me evitaba tener que ver repeticiones. Podía centrarme en el rol que estuviese interpretando en ese momento».
   «Fue un desafío en toda regla», dice Nyong’o. «Pero también es extremadamente interesante preparar ambos lados de un conflicto en una escena, ser tanto la heroína como la villana y perseguir ambos objetivos con la mayor fidelidad posible. Fue un regalo increíble disfrutar de una experiencia así. Como actriz, siempre estás respondiendo a estímulos externos, pero, interpretando a los dos personajes, disfruté de la posibilidad de entender también la vida interna de cada una, además del reto de adivinar lo que se desvela y lo que no».
   El contraste entre Adelaide y Red en las interpretaciones de Nyong’o dejó impresionado al director, a los productores y a sus compañeros de reparto. «Adelaide es la protagonista y la matriarca de la película»; dice Peele. «Centra la atención de los espectadores y es nuestra conexión emocional a lo largo de la trama. Pero cuando Lupita interpretaba a Red, ocurría algo totalmente distinto. Entraba en la habitación y podías sentir un frío glacial. Lupita tiene una increíble presencia anticipatoria cuando se mete en la piel de ese personaje. A los pocos instantes de conocer a Red, sabes que tiene la sartén por el mango». Tampoco cabe duda de que Red es el cerebro de lo que le está ocurriendo a la familia Wilson. «El día de la desligadura es un acontecimiento», dice Peele. «Se trata de romper la conexión entre las dos entidades mediante el asesinato. Es una idea de Red que lleva preparando tiempo».
   Viendo la película, las distinciones entre Adelaide y Red son tan precisas y detalladas que acabas olvidando que son dos papeles interpretados por la misma actriz. «Cuando se convierte en su doble maléfica, Red, es realmente una persona distinta, casi hasta físicamente», explica el productor McKittrick. «A veces uno ni se da cuenta de que es la misma actriz por la contundencia de la actuación de Lupita. La película brinda a sus protagonistas una apasionante oportunidad de explorar el lado más oscuro de sus personaje, que es también lo que invita a hacer a los espectadores».
   Los compañeros de reparto de Nyong’o sentían a menudo que trabajar con ella era la mejor lección de interpretación que podían recibir. «Adelaide y Red son dos personalidades increíblemente incómodas de encarnar, y Lupita lo hace con mucha soltura, fuerza y color», dice Duke, que conoce Nyong’o desde que fueron juntos a la escuela de posgrado de Yale. También han trabajado juntos en Black Panther. «Toma decisiones atrevidas, y es una maravilla contemplarla. Siempre está muy preparada y es una compañera de escena muy generosa. Nos lo hemos pasado de maravilla, simplemente sabiendo que podíamos confiar el uno en el otro».
   Los actores que interpretaban a los hijos aprendieron tanto viendo el modo en que Nyong’o trabajaba y colaborada con el equipo técnico y los miembros del reparto como contemplando las propias actuaciones. «Lupita es superprofesional y encantadora con todo el mundo», dice Wright Joseph. «Trata a todo el mundo de igual a igual, y eso es algo que me encanta de ella. Es como una madre de verdad. Se centra en lo que está haciendo y cuando es la hora de irse, nos vamos, y fuera del set ya podemos bromear». Y se ríe. «Eso es la bomba, me encanta ver esas dos facetas de ella: la mamá trabajadora y la mamá divertida». Alex añade: «Estoy muy contento de haber trabajado con Lupita. Es muy cariñosa y he aprendido mucho de ella. Ha recibido formación como actriz y me ha inspirado a querer ser mejor actor, como ella. Practicábamos ejercicios juntos. Ha sido una pasada. Espero que volvamos a coincidir».
   Para Peele, Nyong’o demostró ser una socia creativa ideal a la hora de llevar a la gran pantalla un nuevo mundo y todos sus personajes. «Lupita consigue una increíble dualidad con estos papeles», afirma Peele. «Se entrega a la emoción de un personaje como nadie con quien yo haya trabajado lo ha hecho. Su compromiso y su minuciosidad son absolutos en la preparación de su trabajo. Tiene que ponerse en situaciones muy emotivas con sus personajes, así que hacerla cambiar de una a otra según el día suponía una tarea inmensa. Ya le adelanté antes de empezar que la iba a dejar baldada, y que tendría que prepararse para ello. Y ha sido una auténtica jabata. Me lo ha dado todo».

GABE WILSON Y ABRAHAM - WINSTON DUKE...
   El marido de Adelaide, Gabe, es el patriarca de la familia y el “divertido” de la pareja. En cierto modo, es lo opuesto a Adelaide. Las estructuras y las reglas no son lo suyo, pero, a menudo, es el antídoto contra los miedos y las ansiedades de su esposa. «Gabe es un personaje divertido y carismático», dice Peele. «Es uno de esos padres a los que les gusta hacer el payaso, pero también desprende un entusiasmo y una espontaneidad que lo convierten en el alma de la familia. A menudo, no piensa las cosas antes de actuar, y eso es un punto de conflicto en su relación con Adelaide».
   Para Duke, fue toda una oportunidad interpretar a un hombre complejo con muchísimos matices, aunque, a primera vista, todo eso quede oculto tras una actitud despreocupada. «Me encanta el espectro que cubre la personalidad de Gabe», dice Duke. «No responde a una única descripción. No es un héroe de acción. No es un graciosillo, sin más. Es un ser humano completo con necesidades, deseos, defectos y cualidades. Es padre. Es un marido. Es un hombre. Con este papel, sabía que tenía la oportunidad de desplegar drama, comedia, ansiedad... Todo eso lo convertía en una propuesta muy interesante para mí».
   Cuando fue elegido para el papel, Duke acababa de trabajar en el éxito de taquilla Black Panther con su papel de M’Baku, que se ha convertido en una referencia para toda una generación de cinéfilos. Winston es una persona muy divertida y un intérprete asombroso», dice Cooper. «Jordan y yo hemos hablado mucho de M’Baku en Black Panther y de cómo, pese a ser un papel secundario, ha acabado convirtiéndose en el personaje favorito de todos. Cada vez que hablaba de la película con mis amigos y colegas, comentando lo mucho que nos había gustado, siempre había alguien que comentaba: “Pues mi personaje favorito es...”. Y todos decíamos: “Seguro que vas a decir M”Baku”». Continúa, riéndose: «Total, que ha sido muy divertido aprovechar las pasiones que ha despertado entre el público y luego trastocar las expectativas de todo el mundo con este papel». Duke no defraudó. «El modo en que Winston da vida a Gabe es muy divertido, a veces también resulta embarazoso y, en ocasiones, verdaderamente emocional y heroico», dice Cooper. «Gabe es inteligente, pero miope. Está enamorado de su familia, pero no capta inmediatamente las señales. No cabe duda de que Winston está inventando un nuevo arquetipo con su personaje».
   Para crear a Gabe, Duke trabajó con Peele con el fin de desarrollar una historia de fondo y un perfil exhaustivos. «Jordan y yo hablamos mucho sobre qué tipo de persona era Gabe, qué clase de padre era», dice Duke. «Quería una situación con un padre totalmente americano que, si esto fuese una telecomedia, fuera el personaje por el que cambias de canal para verlo a él y a su familia. Creo que lo hemos conseguido. Gabe me hace pensar en los padres que conozco. Solo intentan hacerlo lo mejor que pueden. No saben qué es lo correcto en cada momento, pero no dudan ni un instante en intentar estar a la altura siempre que se requiera la presencia de un padrazo, un proveedor y alguien que sepa escuchar. Me da la sensación de que Gabe no tuvo un padre muy dedicado, y que tuvo que luchar duro para ganarse todo lo que tiene en la vida. Por eso cree en la narrativa del sueño americano de que, si te esfuerzas lo suficiente, puedes conseguir lo que te propongas. No procede de un entorno con dinero. Todo lo que Gabe tiene se lo ha ganado trabajando, y por eso muestra tanto interés en impartir esa lección a Zora: trabaja duro; no te rindas; no abandones».
   Cuando la familia llega a Santa Cruz al comienzo de la película, Adelaide no es la única en estado de ansiedad. Gabe no ha compartido su pasado, pero tiene sus propias preocupaciones. «Gabe es el corazón y el alma de esta familia», dice Duke. «Es bromista y espontáneo. Mantiene a la familia en perpetuo estado de optimismo. Pensamos en él como un hombre que intenta ser el padre que él mismo nunca tuvo, y por eso está siempre tan presente. Y ese verano es muy importante». Como parte de ese esfuerzo, compra una vieja lancha motora esperando pasar buenos ratos en familia en el mar.
   «Para Gabe, ese verano es una oportunidad de intentar volver a encauzar a su familia», prosigue Duke. «No se resigna a perderla aunque sus hijos estén creciendo y estén alcanzando la edad en la que su padre ya no les hace tanta gracia. Van teniendo sus propias necesidades y deseos, y se dejan distraer por la vida. Pero Gabe quiere salvar a su familia. Comprar esa lancha es un símbolo de ese deseo. Muestra que es bueno, que sigue teniendo todo bajo control y que sabe cómo salvar la situación».
   El matrimonio de Gabe y Adelaide es feliz, pero tiene sus focos de tensión y fricción. «La relación que mantienen Gabe y Adelaide se caracteriza por una extrema pasión», dice Duke. «Él ama con locura a su esposa. Hay mucho amor, pero a veces es un poco unilateral. Gabe puede resultar opresivo y no es una persona que escuche con demasiada atención. No siempre le consulta las cosas a Adelaide. Si Gabe hubiera invertido tiempo en escucharla de verdad, en observar su comportamiento, su lenguaje corporal, el modo en que reacciona a las cosas, sabría un poco más de su mujer».
   Todo ello queda de manifiesto cuando Gabe y Adelaide se enfrentan a los Ligados. «La necesidad de Gabe de vivir en una fantasía de lo que es un matrimonio americano y una familia americana es... su fuerza motriz», dice Duke. «Y entonces, todo cambia. Hay una frase que me gusta para los momentos difíciles: “El mundo no va a acabar. Solo va a ser distinto”. Es una metáfora de lo que va a pasar con la estructura de su familia, y sobre cómo van a ser después de lo que están viviendo».
   Para Peele, Duke era la elección perfecta como intérprete de Gabe. «Winston no lo sabe, pero básicamente es Gabe», dice Peele. «Winston cree que Gabe está basado en mí, pero cuando le conocí a él fue como: “Vale, sí. Hazlo como tú veas”. Winston es ese tío. Es un divertido cóctel de mi concepto original del personaje y todas las cualidades que él ha aportado al papel. No hay separación entre ambos».
   El doble maléfico de Gabe, Abraham, es otra historia. «Abraham es una presencia aterradora», dice Peele. «Es grande, imponente, decidido y sociopático. Y está totalmente consagrado a la causa de Red». Abraham tiene problemas de visión, y su relación con Red contrasta enormemente con la de Gabe y Adelaide. «Abraham es realmente un compañero para Red», dice Duke. «Está ahí para asegurarse de que todo funciona. Está ahí para asegurarse de que consiguen su objetivo. Y como no ve demasiado bien, tiene que escuchar. Tiene que estar presente, incluso más que Gabe. Fue muy divertido interrogar a ambos personajes y ver la relación que tenían entre sí, y luego explorar qué elementos caracterizaban a cada uno de ellos.»
   La llegada de los Ligados provoca un cambio en Gabe, y realza ciertos aspectos de su personalidad que no siempre han sido muy manifiestos. «Gabe es un padre divertido que se ve atrapado en una situación violenta e inesperada para cualquiera», dice McKittrick. «Eso lleva a que el patriarca de la familia se dé cuenta de que no es infalible, que es posible que no sea capaz de proteger a su familia». El cambio en Gabe es particularmente notable respecto a su hija, Zora. «Cuando los dobles les invaden, Zora ve una faceta distinta de Gabe, muy sorprendente para ella», dice Wright Joseph. «Ve miedo en su padre por primera vez, y no sabe qué hacer. Quiere que recupere el control de la situación, para que ella pueda volverse a sentir segura».
   Para sus compañeros de reparto, era toda una alegría trabajar a diario con Duke. Sabía encontrar el humor hasta en las situaciones más siniestras y mantenía el ambiente en el set distendido y animado. «Winston siempre estaba bromeando y pasándoselo en grande en el set», dice Wright Joseph. «A menos que estuviera interpretando a Abraham..., en cuyo caso se mantenía centrado en el personaje y no decía ni una palabra en todo el día». Y Duke dio con el público perfecto para su humor en el set con Evan Alex. «Es divertidísimo trabajar con Winston», nos cuenta Alex. «Nuestros personajes, Jason y Gabe, no conectan mucho como padre e hijo, pero Winston y yo hablamos todo el rato y estamos continuamente de broma. Me parto con él». Continúa, riéndose: «Pero cuando eres tan bajito como yo, más te vale no bajar la guardia si no quieres que te levante en volandas».
   A los compañeros de reparto adultos también les alegraba el día a día. «Winston es la caña», dice Elisabeth Moss, que interpreta a Kitty Tyler. «Es la típica persona con la que te apetece estar y quedar. No compartimos muchas escenas, pero se notaba que mantenía una relación fabulosa con Lupita y los niños; parecían una familia de verdad, los cuatro juntos, incluso cuando no estaban ante las cámaras. Daba gusto verlos».
   Para Nyong’o, su larga amistad con Duke se convirtió en un factor clave para su matrimonio en pantalla. «Winston y yo nos conocemos desde la escuela de posgrado», dice Nyong’o. «Y, cómo no, trabajamos juntos brevemente en la película Black Panther. Somos como uña y carne. Discutimos como hermanos; somos como un viejo matrimonio. Me sentí muy cómoda sabiendo que podía confiar plenamente en él. Además, admiro y respeto profundamente su labor artística».
   «Winston tiene un carácter muy inquieto», prosigue. «Es muy cariñoso y no tiene miedo a nada. Es un actor valiente y generoso, así que fue fantástico poder confiar plenamente en nuestra química y actuar desde ese punto de partida. Nuestro matrimonio frente a las cámaras se afianzó muy rápidamente».

ZORA WILSON Y UMBRAE - SHAHADI WRIGHT JOSEPH...
   Para interpretar a Zora Wilson, la obstinada hija adolescente de Adelaide y Gabe, los cineastas necesitaban dar con una joven actriz con presencia, desenvoltura, inteligencia y con la capacidad no solo de interpretar a Zora, sino también a su doble, Umbrae. Finalmente encontraron a Wright Joseph, que tuvo que superar varias audiciones antes de conseguir el papel. «Para la audición tuve que interpretar varias escenas totalmente aterradoras», dice Wright Joseph. «Zora es un personaje increíble. Es poderosa. Es independiente. Nunca había actuado en una película de terror y no estaba segura de cómo iba a hacerlo, pero mi padre me ayudaba a prepararme, para que cuando fuese a la prueba me sintiese capaz de interpretar a Zora».
   Peele y sus productores eran conscientes de que tenían que hacer un casting conjunto para Zora y su hermano pequeño, Jason (Evan Alex), para garantizar que la química entre hermanos fuera auténtica. «La relación entre Zora y Jason es muy parecida a la que mantengo con mi propio hermano», dice Wright Joseph. «Nos adoramos, pero al minuto siguiente nos tiramos los trastos a la cabeza, y luego hacemos las paces, pero volvemos a discutir». Y, prosigue, riéndose: «Es una relación completa». Los cineastas vieron la conexión entre Wright Joseph y Alex desde el momento en que los metieron en la misma sala. «Nos enamoramos enseguida de Shahadi y Evan en las audiciones individuales», dice Cooper. «Pero, en la tercera ronda de pruebas, creo que fue, los juntamos para una escena y, en ese momento, Jordan dijo: “Esa es mi película”».
   Durante la producción, Wright Joseph y Alex forjaron una conexión única y propia. «Shahadi y yo conectamos mucho porque compartimos muchas escenas y, además, quedábamos en nuestros días libres», afirma Alex. «Era mi mejor amiga en el set, así que fue muy divertido actuar en las escenas en las que Jason y Zora se peleaban».
   Para los espectadores, especialmente para quienes hayan pasado tiempo con adolescentes, el personaje de Zora les será muy familiar. «Zora es una chica de 13 años con que la cualquier puede identificarse», dice Peele. «Es algo sarcástica, inteligente y está llegando a ese punto en la vida en el que quiere que la tomen en serio como mujer, pese a la resistencia que encuentra por parte de sus padres ante sus intentos de reclamar su independencia».
   Wright Joseph supo entenderla de inmediato. «Zora tiene 13 años, así que se pasa el día al teléfono, como yo», dice Wright Joseph, riéndose. «La vemos muy pasota y relajada cuando la conocemos, pero también mantiene la típica actitud de estar harta de sus padres. Quiere mandarlos a paseo», dice, riéndose. «La noche en que los dobles maléficos atacan a su familia, no quiere creerse lo que está pasando. Los Wilson son una familia tan normal que no es capaz de procesar la situación».
   Cuando los Ligados aparecen en casa de los Wilson, sin embargo, Zora tiene que plantar cara a su doble, Umbrae, que es lo más diferente que pueda haber a una adolescente normal. «Umbrae es probablemente la que más miedo dé de todos, al menos a mí personalmente», confiesa Peele. «Tiene una sonrisa espeluznante y está extrañamente obsesionada con Zora casi de un modo respetuoso, aunque intente matarla. Umbrae es muy amenazadora, y es posible que sea mi personaje favorito de la película».
   Para dar vida a Umbrae, Wright Joseph trabajó con Peele y la coreógrafa y asesora de movimiento Madeline Hollander con el objetivo de manufacturar su personalidad y sus manifestaciones físicas. «Jordan me dijo que quería que la doble de Zora, Umbrae, se sintiera intrigada por el personaje original, aunque en realidad estuviera tratando de matarla», dice Wright Joseph, riéndose. «Umbrae es elegante, poderosa, fuerte y temible, y hace todo cuanto se le ocurre para cumplir su cometido. Me pareció que era importante reflejarlo. Tengo amigos así, así que cogí aspectos de sus personalidades y los añadí a mi propia interpretación».
   Para ayudar a distinguir a Zora de Umbrae, Wright Joseph modificó su postura y sus movimientos, en función del papel que estuviera representando. «Jordan quería que Zora y Umbrae tuvieran posturas totalmente distintas», dice Wright Joseph. «Por eso hice que Zora fuera con los hombros un poco caídos cuando camina, y que corriese un poco más lento que Umbrae. Hay muchas pequeñas diferencias como esa entre los dos personajes».
   En uno de los principales sets, Umbrae persigue a Zora, y eso requirió que Wright Joseph no solo corriese (y mucho), sino que tuviera que hacerlo de dos formas distintas. Wright Joseph se mostró más que dispuesta a trabajar ese aspecto por sí misma, y se preparó a conciencia para ello. «Como Zora es corredora, los de producción me pidieron un vídeo en el que se me viera esprintando por si necesitaban contratar a una doble para esas escenas, pero la verdad es que yo quería hacerlo todo», dice Wright Joseph, riéndose. «Mi padre me ayudó a entrenar en una pista que hay cerca de casa. Estirábamos antes de correr y registrábamos todas las sesiones para ver el ritmo que llevaba. Me esforcé mucho en mejorar mi resistencia y, durante la producción, corría en la cinta, así que fue una preparación de lo más entretenida».
   Wright Joseph también trabajó con Hollander para modificar su zancada y otras diferenciaciones físicas entre los dos personajes. «Trabajé con Shahadi para la escena en la que huye a la carrera de su doble», dice Hollander. «Umbrae persigue a Zora, y Umbrae tiene un aspecto físico anguloso, longilíneo y elegante. Es más rápida que Zora, así que exploramos cómo Umbrae se estiraría de formas extrañas y se tomaría su tiempo en hacerlo, porque confía en atrapar sin problemas a Zora».
   Las escenas corriendo tuvieron que rodarse en varias noches, con Wright Joseph interpretando ambas partes de la persecución. «En la primera noche que hice de Zora, tuve que canalizar toda la energía y el miedo de Zora, pensando que nunca iba a volver a ver a sus padres ni a su hermano», dice Wright Joseph. «Zora corre literalmente para salvar su vida y pensé mucho en cómo me sentiría si me viese realmente en esa situación, si nunca fuese a volver a ver a mi familia, para ponerle toda la emoción posible al personaje. La segunda noche me tocaba interpretar a Umbrae y, para ella, me limitada a pensar “Solo quiero matar a Zora. Ese es mi único objetivo”», nos cuenta, riéndose. «Me ponía a correr alrededor del coche tratando de atrapar a Zora, sonriendo, trepando a al capó. Luego, en una escena, un vecino salía a la calle y Umbrae se giraba a mirar y, al fondo, oí a Jordan riéndose, y pensé: “Vale. Genial, eso es bueno”».
   Nyong’o, su madre en la gran pantalla, se sintió cautivada por Wright Joseph. «Shahadi despliega una elegancia y una seguridad que resultan conmovedoras», confiesa. «Ver su transformación de Zora a Umbrae era la bomba. Su tranquilidad resultaba aterradora».
   Ciertamente, todo el mundo que trabajó con Wright Joseph quedó impresionado con su innegable talento y su ética laboral. «Fue una experiencia increíble trabajar con Shahadi porque, para ser tan joven, es capaz de casi cualquier cosa», dice Peele. «Es una auténtica profesional, ha demostrado una concentración inquebrantable y confía ciegamente en su director, cosa que es un don». Cooper, por su parte, quedó impactado por su madurez y adaptabilidad. «Es probable que Shahadi sea uno de los intérpretes más profesionales de la película», afirma, con una sonrisa. «Tiene muchísimo talento, y es una persona constante y consciente de sí misma. Vi cómo Jordan trabajaba con ella, y era capaz de modelar a Zora casi en tiempo real. Estoy asombrado con su talento, sobre todo teniendo en cuenta lo joven que es».

JASON WILSON Y PLUTO - EVAN ALEX...
   Jason, el miembro más joven de la familia Wilson, tal vez sea el más emocional y misterioso. Es callado, inteligente y, a menudo, está absorto en sus pensamientos. En consecuencia, no siempre es consciente de lo que ocurre a su alrededor. «Jason es un personaje único», dice Alex. «Es observador, y tiende a distraerse y deambular. Vive en su propio mundo. Le gustan mucho los trucos de magia, mientras que la mayoría de los chicos de su edad se interesan más bien por los deportes. Tiene un anillo mágico y siempre está jugando con él».
   Mientras que Zora es, de los dos hijos, la más cercana a su padre, Jason conecta mejor con su madre, Adelaide. Y, por motivos que no están claros al principio, Adelaide se muestra especialmente atenta y protectora con él. «Nuestros personajes, Jason y Adelaide, comparten un vínculo especial», explica Nyong’o. «Y Evan y yo conseguimos conocernos muy bien y confiar el uno en el otro. Siempre es una experiencia maravillosa experimentar la aceptación de un hijo como madre en pantalla». Alex añade: «Jason no se lleva demasiado bien con su hermana Zora. Bueno, ni con nadie, aparte de con su madre. No cabe duda de que es un hijo de mamá».
   Jason tiene una extraña conexión con su doble maléfico, Pluto. Jason lleva a menudo una máscara con la que se cubre el rostro cuando quiere estar a solas, y Pluto lleva una capucha que le cubre toda la cabeza y que esconde su rostro la primera vez que se ven. De todos los dobles maléficos, Pluto es el más inquietante porque es el que parece menos humano. «Pluto es un pirómano, un personaje totalmente aterrador», confiesa Peele. «Se tiene a sí mismo por una especie de animalillo escurridizo; siempre está escabulléndose. La relación entre Jason y Pluto es... muy interesante». Continúa, riéndose: «Ya lo veréis».
   Alex disfrutó mucho metiéndose en la piel de Pluto. «A quien más me gustaba interpretar era a Pluto», dice Alex. «Tiene mucho en común con Jason. Los dos llevan una máscara y ambos son muy distintos al resto de su familia. También son dos personas totalmente fieles a sus madres, aunque Pluto es más como una mascota. Es como un animal salvaje. Es peligroso y agresivo, y siempre está listo para atacar. A diferencia de Jason, Pluto no es demasiado inteligente, y le fascina la belleza del fuego».
   En el set, Alex era una verdadera descarga de energía y buen humor, para deleite de su director y de sus compañeros de reparto. «Evan Alex es un torbellino de energía, es muy divertido trabajar con él», dice Peele. «Es gracioso, inteligente y extremadamente profesional. Fue alucinante ver cómo conectaba sus puntos de similitud con Jason. Evan puede actuar como una persona distraída, y realmente puede parecerlo, pero cuando hablas con él te das cuenta de que es un chaval que sabe escuchar. Se entera de todo y se compromete con el personaje de un modo muy maduro».
   Nyong’o admira su capacidad para incorporar su propia personalidad a un personaje de un modo muy poco común entre los actores de tan corta edad. «Evan es desternillante», dice Nyong’o. «Tiene mucha picardía. Por eso, ver cómo se transforma en un chaval que es mucho más distante y recluido, y ver el modo en que inconscientemente hace las cosas de la forma más acertada para su personaje, fue muy inspirador».
   Alex también demostró ser una fuente infinita de entretenimiento para su hermana en pantalla. «Con Evan te ríes mucho», dice Wright Joseph. «En el set, siempre es muy divertido y hace payasadas. ¡Es irresistible! ¡No sé cómo lo consigue!». Y se ríe. «Cuando se mete en su papel, somos como hermanos de verdad; hay una gran conexión entre los dos. De hecho, sentimos esa conexión en la audición que nos hicieron juntos. Cuando nos conocimos, enseguida me dije: “Mmm, este chico mola mucho”».
   Una de las recompensas sorpresa de este proyecto para Alex, según cuenta, es haber podido trabajar codo con codo con Peele, que se convirtió en un mentor para él. Su trabajo juntos en NOSOTROS ha inspirado a Alex a querer ser director cuando sea mayor. «Conocer a Jordan es una de las mejores cosas que me han pasado», dice. «Me aconsejó que intentara hacer que Jason fuera más como yo. Si Jason hacía algo que a mí no me pareciese correcto para el personaje, podíamos cambiarlo. Siempre estaba colaborando con nosotros, y permitiendo sentirnos bien en la piel de nuestros personajes. A veces, cuando no me tocaba participar en una escena, Jordan me dejaba sentarme a su lado, así que creo que he aprendido mucho. Verlo a él me ha dado aún más ganas de hacer mis propias películas».

LOS TYLER, UNA FAMILIA DESCONECTADA...
   Aparentemente, los Tyler lo tienen todo. Atractivos, sofisticados, urbanos, adinerados, Kitty (Moss), Josh (Heidecker) y sus hijas gemelas Becca (Cali Sheldon) y Lindsey (Noelle Sheldon), son todo aquello a lo que Gabe aspira para su propia familia. «Gabe cree que Josh es un tipo muy divertido», dice Duke. «Para él, Josh lo tiene todo. Como Josh tiene una lancha, Gabe quiere una. Como Josh tiene un buen coche, Gabe quiere también uno». Eso es algo que a Adelaide no le gusta. «Los Tyler son amigos de Gabe; el resto de los Wilson se limitan a tolerarlos», dice Nyong’o. «Josh y Gabe son muy amigos, pero también son rivales en cierto modo, al mismo tiempo. Es una amistad funcionalmente disfuncional, porque Gabe siempre está tratando de impresionar a Josh y de estar a su altura. Los Tyler están más acomodados que los Wilson, y eso aviva el espíritu competidor de Gabe con Josh, una situación que pone enferma a Adelaide».
   Pero los Tyler no son en realidad como la imagen que proyectan públicamente, y su perfección superficial enmascara un profundo abismo de ira, decepción y desconexión. Y, pese a lo mucho que Gabe admira a los Tyler, su esposa y su familia no comparten ese afecto por ellos.
   «Los Tyler son los mejores amigos de Gabe, pero no de su familia», explica Duke, riéndose. «La amistad de Gabe con Josh Tyler es un reflejo de la profunda necesidad de Gabe por mantener un vínculo con lo que él considera la potencial perfección. Gabe cree que los Tyler son perfectos. Son ricos, blancos y de clase media-alta, y Gabe se empeña en pasar tiempo con ellos porque cree que todo eso se les pegará a los suyos. Sin embargo, en esa relación, los Tyler pueden ser un poco condescendientes, y no parece muy saludable para Gabe y su familia a largo plazo».
   La realidad es que los Tyler son más bien tóxicos, en lo que a roles modelo respecta. «Yo diría que los Tyler son alcohólicos, porque son los típicos “bebedores ocasionales”, pero siempre están buscando una excusa para beber a lo largo del día», dice Heidecker, que interpreta a Josh. «No es un punto argumental importante ni nada, pero marca la dinámica de Josh y Kitty. Son dos personas con muchos problemas enterrados bajo su aparente normalidad. Son casi como la pareja de ¿Quién teme a Virginia Woolf?. Beben mucho y se faltan constantemente al respeto. Se comunican con insultos, mandándose todo el rato a paseo y cosas más fuertes, sin mucha intención, pero, a la vez, con toda la intención del mundo».
   Kitty y Josh tampoco son precisamente candidatos a Padres del Año.
«La relación entre Josh y Kitty y sus niñas no es muy buena, que digamos», dice Heidecker. «Da la sensación de que Kitty las ve como una carga, y son dos niñas en edad preadolescente. Los padres pasan un poco de ellas. La dinámica que mantienen es de apenas tolerarse entre sí. Y la relación entre los hijos de los Tyler y los de los Wilson tampoco es excesivamente buena. No conectan demasiado, no tienen la misma edad, así que la idea de compartir tiempo de vacaciones juntos es implícitamente incómoda para todos. Bueno, para todos excepto Josh, que se pasa todo el día borracho».
   La primera vez que vemos a los Tyler, Gabe Wilson ha embaucado a su familia para pasar unos días con ellos en la playa. «Gabe aspira a tener una vida como la de los Tyler, con su casa enorme, su lancha y todo esto», dice Heidecker. «Adelaide tolera más o menos a los Tyler, pero probablemente no le haga mucha gracia pasar tiempo con ellos».
   Los Tyler también tienen sus matices y complejidades, y son extrañamente carismáticos, a pesar de sus cualidades menos atractivas. «Sería fácil convertir a los Tyler en una especie de chiste sobre blancos insensibles privilegiados», dice Cooper. «Pero Tim y Lizzie ofrecen una inesperada química que sirve de motor para la dinámica relación entre los Tyler y los Wilson». Sus actuaciones intensifican los personajes de una forma única e inesperada. «Elisabeth Moss aporta todo lo que nos gusta de ella al papel de Kitty», dice McKittrick. «Es brillante, divertida, oscura, retorcida e irresistible. Y Tim Heidecker brinda un excelente toque de humor masculino al papel de Josh».
   Por suerte, la dinámica entre los cuatro actores adultos fue mucho más placentera que entre sus personajes. «Tim y Elisabeth son compañeros de escena generosos y maravillosos», dice Duke. «Se muestran muy presentes y seguros, y es fabuloso compartir escenas con gente así porque, una vez que se meten en harina, sabes que tienes que estar a la altura. Se lo debes a ellos y te lo debes a ti mismo».
   Duke y Heidecker también son responsables de gran parte de la carga humorística de la película, tanto en pantalla como entre bastidores. «Tim y Winston juntos eran desternillantes», dice Nyong’o. «Ambos tienen una gran sensibilidad cómica, y se alentaban mutuamente. Su idilio alcanzó nuevas cotas. Jordan sabe cómo crear momentos aterradores e infundirlos de toques de humor que hacen que la experiencia sea más visceral. Eso es lo que consiguen los personajes de Gabe y Josh en la historia. Convierten las situaciones sobrenaturales que vivimos en la película en algo mucho más mundano y cercano con su contribución cómica».

KITTY TYLER - ELISABETH MOSS...
   Aparentemente, Kitty Tyler, interpretada por Moss, lo tiene todo: un marido triunfador, una casa elegante, dos preciosas hijas... Sin embargo, mantiene una profunda lucha con sentimientos muy arraigados de inquietud e ira. «Kitty es la típica mujer a la que todos hemos conocido en algún momento: alguien que tiene una buena vida, pero que da la impresión de nunca haber llegado a ser lo que realmente quería», dice Moss. «Sea por sus hijas, por haberse casado o por la causa que ella quiera alegar, nunca consiguió alcanzar sus metas personales, y vive amargada por ello».
   Kitty soñaba con ser actriz, pero la vida y la suerte interfirieron en su camino, y ahora que sus hijas Becca y Lindsey están entrando en la adolescencia, se ve afrontando su ambición frustrada, su arrepentimiento y una letanía de «qué hubiera pasado si...». «Hay una escena en la película en la que Kitty se está mirando al espejo, con lo que Jordan describió como una especie de “mirada perdida a lo Marilyn Monroe”», dice Moss. «Kitty tiene un aspecto horrible, y está contemplando la peor versión de sí misma en ese reflejo. Es su peor pesadilla, pero también una representación de quién es ella en su interior. Jordan y yo nos inventamos una historia para esa escena: Kitty se está imaginando que es la mejor actriz del mundo y la más famosa. Está a punto de salir al escenario, o a un estreno o algo, y se siente tremendamente glamurosa. Y, entonces, todo se hace pedazos lentamente mientras se mira al espejo. Es la otra cara de esa estrella de cine glamurosa».
   La ira reprimida de Kitty por cómo es su vida salpica su matrimonio y su relación con las niñas. «Kitty y Josh son tu peor pesadilla», dice Moss. «Son la perfecta representación de lo que una relación/pareja/matrimonio nunca debería ser. Existe cierta química, pero no de la buena. Se odian. Los dos son infelices. Sin embargo, se apoyan el uno en el otro, se alimentan. Alimentan esa ira y ese odio mutuos. A veces se ve que son (o eran) una buena pareja. Kitty, aparte de todo, odia a sus hijas. Culpa a las niñas de no haber llegado a ser una estrella del cine».
   Su vanidad, su ira y su excesivo consumo de alcohol la convierten en una compañía desagradable, especialmente para Adelaide. «Kitty quiere ser amiga de Adelaide, pero nada más lejos de la realidad», dice Moss. «Los Tyler y los Wilson son ese tipo de amistades que haces porque a lo mejor tus hijos fueron juntos a algo, o habéis vivido cerca, y de ahí ha surgido la relación. Pero es una amistad de conveniencia. Secretamente, Adelaide y Gabe odian en cierta medida a Kitty y Josh, pero a Kitty y a Josh sí que les caen bien de verdad los Wilson. Kitty y Josh son casi complementos de Adelaide y Gabe: representan la otra cara de las cosas».
   Dar con una actriz que pudiera transmitir todo eso y, pese a todo, hacer de Kitty alguien con quien fuese fácil identificarse, inspiró a Peele a buscar a Moss para el papel. «Al comienzo del proceso de elaboración del guion, cuando estábamos hablando sobre Josh y Kitty Tyler, pensamos que ofrecían una oportunidad muy potente para un casting», dice Cooper. «Los Tyler tienen un papel pequeño pero clave en esta película. Le estuve comiendo la cabeza a Jordan con la actuación de Elisabeth en Top of the Lake, que es una de mis series favoritas de todos los tiempos. Elisabeth interpreta a Robin, un personaje tan complejo como real. A lo largo de su carrera, desde Mad Men a El cuento de la criada, Elisabeth aporta una extraña combinación de absoluto realismo aderezada con... algo único. Lo que esperábamos de ella en el casting nos lo dio elevado a la enésima potencia. Su interpretación es una impactante joya en el centro de la película que consigue confundir al espectador».
   Para Moss, el papel de Kitty supuso una ocasión única de interpretar a una clase de mujer que casi nunca puede explorar. «Suelo encarnar a la heroína, a personajes fuertes o encantadores», dice Moss. «No suelo tener la oportunidad de hacer mucha comedia, o de interpretar momentos divertidos, así que inclinarme a esa faceta para interpretar a esta tiparraca fue muy divertido». Y se ríe. «Me gustaría volver a hacer algo así». Lo cierto es que, según sus palabras, probablemente hubiera aceptado cualquier papel que Peele le hubiera ofrecido, solo por poder trabajar con él. De hecho, es lo que ocurrió, básicamente.
   «La verdad es que dije que sí antes de haber leído nada», confiesa Moss. «Tuve una reunión con él y me dijo: “Hay un papel para ti y quiero que seas tú quien lo interprete”. Y yo estaba en plan: “No quiero sonar desesperada, pero acepto”». Se echa a reír. «Me dijo: “Bueno, te mando el guion y ya me dirás lo que te parece”, y yo le dije: “Creo que no me has entendido: va en serio. Sea lo que sea, yo lo hago”».
   Excedió con mucho todas las expectativas. «Lizzie está increíble en esta película», dice Peele. «Lo más maravilloso de trabajar con ella es que puedes experimentar. Tiene herramientas muy refinadas como actriz. Hace una toma perfecta, llena de matices e intencionadamente desequilibrada, y luego le pides que la haga de otro modo y te da otra toma igual de brillante pero enteramente diferente. Aportó una cuarta dimensión al personaje de Kitty y afianzó lo que ya era».
   Para Nyong’o, actuar junto a Moss fue todo lo que esperaba de una experiencia así. «Elisabeth es una actriz que siempre he admirado», dice Nyong’o. «Es impresionante verla actuar, y confirió mucha profundidad y fundamento a Kitty. Kitty es un personaje que podría fácilmente haber resultado bidimensional, y Elisabeth supo darle relieve. Kitty cree que Adelaide es una persona más cercana de lo que esta se siente hacia Kitty, y la actuación de Elisabeth trasluce claramente eso. Está extremadamente presente, y tuve mucha suerte de estar rodeada en esta película por actores a los que les gusta trabajar en equipo y se entregan a sus papeles».
   Esa complejidad multifacética de Kitty, según Moss, también representa algunos de los temas centrales de la película. «En un nivel más profundo, esta película analiza cómo tendemos a juzgar a un grupo de personas según su procedencia, sus creencias o de a quién a votado», dice Moss. «Tendemos a meter a cada grupo de personas en una cajita mental y decimos: “Esta es buena gente”, y de otros decimos: “Estos son malos”. La verdad, claro está, no es tan sencilla».

JOSH TYLER - TIM HEIDECKER...
   Josh Tyler, interpretado por Heidecker, es compañero de trabajo de Gabe Wilson y, al menos en términos de imagen, es el modelo al que Gabe aspira. «Josh es un tipo que se cree una estrella del rock, así que va tatuado y vestido acorde a esa idea, pero en realidad no es más que un tío que hace mucho dinero en publicidad», dice Heidecker. «Es un poco idiota, el clásico tío al que le encantan el dinero y las cosas, pero que se cree un provocador. También es un tipo que siempre está al quite; siempre está bromeando y siendo sarcástico, normalmente en detrimento de todos a su alrededor, y para fastidio de su esposa».
   Y, aunque Josh y Gabe son amigos, su relación está cargada de tensión, principalmente porque Josh se siente con derechos y privilegios. «Gabe y Josh mantienen una relación de colegas del trabajo, pero hay mucho desequilibrio, porque Josh tiene un puesto superior al de Gabe», dice Heidecker. «Josh ha tenido una vida de pocas dificultades y quizá proceda de un entorno algo adinerado, así que mira a Gabe un poco por encima del hombro. Lo ve en cierta medida como un felpudo».
   Gabe, por su parte, es posible que admire a Josh, pero también ve que él mantiene una relación mejor con su familia que Josh con la suya. «El matrimonio de Josh y Kitty es disfuncional, así que Gabe puede darse cuenta de que a Adelaide y a él les va bastante bien. Son una buena pareja», dice Duke.
   Para Peele, Heidecker era el actor ideal para dar vida a Josh Tyler. «Tim es un actor cómico brillante, y un actor brillante en general», afirma Peele. «Tiene la capacidad de ser adorable e imbécil al mismo tiempo, algo de lo que poca gente puede presumir». Continúa, riéndose: «Y puede inclinarse hacia uno u otro lado del espectro, más adorable o más imbécil, en función de lo que necesites para la escena. Además, fue divertido trabajar con alguien que sabe intrínsecamente cuándo es el momento oportuno para cada broma, lo que le permite improvisar y mejorar las escenas».
   Peele y sus productores pensaron en Heidecker para Josh muy desde el principio del proceso. «Llevo años siendo fan de Tim, tanto en su faceta de comediante como en la de actor», dice Cooper. «Desde el principio, Jordan quería para el papel de Josh a alguien inusual que elevase el personaje más allá de la mera caricatura. Tim protagonizó en 2012 una película llamada The Comedy, con una de las actuaciones más oscuras creadas a partir de contenido que no era abiertamente oscuro. En ella, Tim borda el tropo de la presuntuosa amargura del hombre blanco heterosexual americano, pero lo hace de un modo en que, no se sabe cómo, consigue generar empatía. Es un personaje verdaderamente grotesco, pero Tim modela con todo ello algo tan multidimensional que resulta imposible envilecerlo». Se ríe. «Jordan bromeaba con que The Comedy era esencialmente la audición de Tim para el papel de Josh».
   Al principio, Heidecker no tenía claro si debía sentirse halagado de que Peele pensara en él para Josh. «Jordan me dijo que había pensado en mí para un papel que estaba escribiendo», nos cuenta Heidecker. «Pero claro, Josh es un poco capullo, así que no sé qué dice eso sobre cómo me ve Jordan». Continúa, riéndose: «Es algo que no me cuesta representar, y Jordan me dijo que había margen para que hiciese el personaje un poco a mi gusto, así no fue una decisión difícil».
   «Cuando recibo un guion, leo mis líneas y veo si hay alguna palabra difícil que me pueda dar problemas», bromea Heidecker. «O si hay párrafos largos. Tiendo a evitarlos porque son difíciles de memorizar. Jordan me mandó el guion y me pidió que nos reuniéramos al día siguiente; era mucha lectura para un solo día. Recuerdo pensar que era muy violento y gráfico, y que había muchas puñaladas». Sin poder contener la risa, prosigue: «Eso me preocupaba, porque a mí sí me han apuñalado. Sabía que sería una de esas películas que mi madre no puede ver. Eso sí, tiene referencias fabulosas a thrillers clásicos. Es sobre una familia a la que persiguen unos monstruos, básicamente».
   Heidecker también recibió de buen grado la oportunidad de trabajar con Duke, Moss y Nyong’o. «Lupita y Winston son un par de actores excepcionales formados en Yale», dice Heidecker. «Y Lizzy, Elisabeth Moss, es increíble. Lleva años trabajando en series míticas de televisión y películas. Todos tienen mucho más talento que yo. Sin embargo, son todos muy majos y es muy fácil trabajar con ellos. Cada uno tenemos nuestros puntos fuertes. Todo el mundo ha sido increíblemente agradable. Incluido Jordan al timón».
   Visto lo visto, es una pena que Moss no pueda devolverle el cumplido. «Tim no es buena gente», bromea Moss. «Sorprende, porque te crees que siendo tan divertido y ocurrente, tiene que ser majo. Y no. Lo cierto es que es terrible y egoísta». Se echa a reír. «No trabajes con él si puedes evitarlo. Es de lo peorcito». Bromas aparte, a Elisabeth le entusiasmó trabajar con Heidecker. «La verdad es que Tim es encantador», nos cuenta. «Este es un tipo de papel diferente para él, y fue muy emocionante verlo y ser parte de ello. Una de las cosas más chulas de estar en el set era poder ver a Jordan y Tim hablando, replicándose y haciéndose bromas mutuamente. Es como ver a dos genios jugar al tenis: son dos gigantes de la comedia manteniendo un tira y afloja, a ver quién hace reír al otro. Deberían cobrar entrada. Es increíble presenciarlo».
   Las niñas que interpretaban a las hijas de Josh y Kitty tenían un asiento de primera fila para el espectáculo, y estuvieron fascinadas del primero al último minuto. «Es una pasada tener a Elisabeth y a Tim haciendo de nuestros padres», dice Cali Sheldon, que interpreta a Becca Tyler. «Son actores con muchísimo talento y, además, son superdivertidos. En una de las escenas que hicimos Tim se puso a improvisar y era para partirse de risa. Me encanta poder verlos como personas de verdad, como ellos mismos, y luego convertidos en sus personajes. El contraste es brutal, y es la bomba».

BECCA Y LINDSEY TYLER - CALI Y NOELLE SHELDON...
   Para interpretar a las hijas gemelas de los Tyler, Becca y Lindsey, Peele eligió a las gemelas Cali y Noelle Sheldon, que comenzaron su carrera como actrices ya de bebés, compartiendo el papel de la pequeña Emma en la serie de NBC Friends. Sin embargo, en esta ocasión no son tan adorables. Sabiéndose privilegiadas y de cierto estatus, no son exactamente insoportables, pero están al límite de ganarse el calificativo. «Los Tyler se ven por encima de los Wilson, pero intentan no mostrarlo», explica Cali Sheldon. «A Lindsey y a Becca no les van demasiado los hijos de los Wilson, Zora y Jason, así que se dedican a gastarles bromas pesadas y se portan mal con ellos de formas sutiles. A ellos tampoco les caemos muy bien nosotras, claro».
   Aunque Cali y Noelle son gemelas e interpretan a gemelas, Peele quería asegurarse de que cada una de ellas tuviera personalidad propia, cosa que impresionó a las intérpretes. «Aunque hacemos de gemelas, Jordan no quería encasillarnos como tales», dice Vali Sheldon. «Nos pidió que explorásemos nuestros personajes como personalidades independientes, pero aprovechando la relación única que mantienen los gemelos. Mi personaje, Becca, es más tipo chica playera californiana, y el personaje de Noelle, Lindsey, es más emo».
   Los papeles exigieron a Cali y Noelle explorar extremos emocionales, y las jóvenes actrices supieron cumplir con creces. Noelle y Cali Sheldon despliegan una dualidad asombrosa como intérpretes», asegura Peele. «Sorprenden, porque personalmente son muy dulces, pacientes y casi tímidas, pero cuando les pides hacer alguna locura, se entregan en cuerpo y alma. Hay un par de escenas en las acaparan todo el protagonismo».
   Criadas en un hogar disfuncional, Becca y Lindsey han desarrollado un vínculo al margen de sus padres. «La dinámica de los Tyler no es muy buena», explica Noelle Sheldon. «Kitty lamenta haber tenido hijas porque eso ha arruinado su carrera. Podría haber sido una actriz famosa, pero, en vez de eso, es madre de un par de mocosas adolescentes. Y Josh se muestra indiferente a Becca y Lindsey. Simplemente estamos ahí y tiene que ocuparse de nosotras. Por eso, Becca y Lindsey solo se tienen la una a la otra, realmente».
   Por suerte, la personalidad de estas gemelas no se parece en nada a la de sus personajes.
«Noelle y Cali son un encanto y superdulces», dice Wright Joseph. «No sé por qué, pero los gemelos me fascinan». Se echa a reír. «Me gusta verlas interactuar. Siempre bromeaban con que una de ellas era dos minutos más mayor que la otra, así que, cuando discutían, una de ellas soltaba: “Bueno, pero yo soy dos minutos más mayor, así que...”. Son tranquilas y simpáticas. ¡Son las mejores gemelas que he conocido!» A las gemelas también les encantó trabajar con Wright Joseph y Alex. «Shahadi y Evan son encantadores, y tienen mucho talento», dice Noelle Sheldon. «Es alucinante, porque son superjóvenes». Y se ríe. «O sea, nosotras también, claro, pero Evan y Shahadi ya han llegado muy lejos y hacen un trabajo magnífico en la película. Y son supermajos, además».
   Incluso el padre de Cali y Noelle en pantalla estaba impresionado con ellas. «Tengo prohibido hablar con menores frente a las cámaras en el estado de California, así que solo trabajé con sus dobles de escenas peligrosas», bromea Heidecker. Y añade, ya en serio: «Me encantó trabajar con Cali y Noelle. Nunca había tenido gemelas de compañeras de reparto, y han sido un amor».
   En una película sobre dobles maléficos, no es coincidencia que las hijas de los Tyler sean gemelas, algo que las Sheldon comprendieron intuitivamente. «Ha sido muy divertido trabajar con Cali y Noelle Sheldon porque cogieron enseguida el concepto de lo que queríamos de sus papeles: son como la personificación viva de los temas de la película», dice Cooper. En más de un sentido, en realidad. «Una pista de la película son los tatuajes que Josh Tyler lleva en los brazos, y que vemos cuando está en la playa con los Wilson», explica Cooper. «Decidimos que Josh era el tipo de tío que llevaría tatuajes de sus gemelas en los antebrazos, así que usamos una imagen de Cali/Noelle de cuando compartían el papel de Emma en Friends como plantilla para el diseño».

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