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SINOPSIS
Apocalipsis lleva sepultado a lo largo de varios milenios pero es puesto en libertad y enfurecido porque los mutantes no son vistos como dioses decide reclutar a los más potentes para destruir la raza humana e instaurar un nuevo orden donde él será el rey. Los X Men tendrán que armarse de valor para tratar de detenerlos...
INTÉRPRETES
JENNIFER LAWNRENCE, MICHAEL FASSBENDER, JAMES McAVOY, EVAN PETERS, OLIVIA MUNN, ROSE BYRNE, OSCAR ISAAC, SOPHIE TURNER, NICHOLAS HOULT, TYE SHERIDAN, STAN LEE, KODI SMITH-McPHEE, JOSH HELMAN, LUCAS TIL
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SECUELAS:
X Men (2000)
X Men 2 (2003)
X Men 3: La decisión final (2006)
X Men orígenes: Lobezno (2009)
X Men: Primera generación (2011)
X Men: Dias del futuro pasado (2014)
X Men: Fénix oscura (2019)
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
El clamoroso éxito de crítica y taquilla X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO era un hito difícil de emular. Además, el objetivo de los realizadores era no sólo estar a la altura de las expectativas establecidas por la citada película, sino superarlas. “Era un auténtico reto tratar de dar con una historia que pudiera aventajar a X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO en términos de proporción y riesgo”, señala el guionista y productor Simon Kinberg, que desempeñó tales cargos en aquel filme.
Un hallazgo creativo llevó a la decisión de que el antagonista de la nueva película fuera el más poderoso villano mutante de todo el universo X-Men. “Apocalipsis representa una amenaza cósmica, así como ese sentido de la proporción que atrae tanto a Bryan Singer como a mí”, añade Kinberg.
Por supuesto, la aprobación del personaje por parte de Singer era algo fundamental. Singer reinventó el género de las adaptaciones cinematográficas de cómics, como pudimos constatar con el estreno de la exitosa X-MEN en 2000, a la que siguió el taquillazo X-Men 2 en 2003. En dichos filmes, y después, años más tarde, en X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, Singer, basándose por completo en los personajes, fusionó perfectamente drama, ciencia-ficción, acción y aventura.
“Bryan tuvo que tirar la puerta abajo en la narración para trasladar a este increíble elemento desde un punto tan distante de la historia”, dice el productor Hutch Parker. De hecho, mucho antes de que el mundo fuera consciente de la existencia de los mutantes, Apocalipsis reinaba como si fuera un dios. En realidad, “Apocalipsis no sólo se imagina como un dios, sino como el dios”, afirma Kinberg. “Ésta es una idea extraordinariamente rica para un villano. No se trata de un hombre frente a la lucha mutante, como hemos visto en otros filmes; es un mundo que ha sido concebido por Apocalipsis, en el que sólo los fuertes sobreviven”.
“Apocalipsis es un peligro distinto a cualquier otro que los X-Men hayan conocido antes”, corrobora Parker. “Apocalipsis es un ser antiguo y sobrenatural al mismo tiempo”.
Dada la visión de destrucción global que tiene Apocalipsis, no resulta sorprendente que ésta sea la película más ambiciosa visualmente de todos los filmes de X-Men. “No sólo estamos viajando por el mundo, estamos hablando sobre el potencial fin del mundo, y quizás el fin del universo”, dice el director de fotografía Newton Thomas Sigel, que previamente había colaborado con Singer en las películas X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, X2 y X-MEN, entre otras. Oscar Isaac, que interpreta al trascendental personaje, añade: “El escenario está preparado para una guerra entre mutantes legendarios y mega-mutantes. ¡La batalla entre los X-Men y Apocalipsis es una locura!”
Los espectadores tuvieron ocasión de vislumbrar por primera vez a Apocalipsis en una secuencia posterior a los créditos finales de X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, donde se veía a una versión más joven del mutante construyendo las pirámides, telepáticamente, mientras sus subalternos observaban.
En este filme, tras despertar en El Cairo en el año 1983, después de un largo sueño que ha durado milenios, Apocalipsis se siente conmocionado y repelido por el declive de nuestro planeta —los coches, el ruido, la polución—, todas las señales de un mundo fallido que él debe purificar. “Es una época de conflictos, guerra y destrucción”, señala Singer. “Apocalipsis lo considera una señal de que es una civilización que necesita desesperadamente ser sacrificada”.
Su misión: exterminar a los débiles y reconstruir el planeta para los fuertes.
El sueño de Apocalipsis, que ha durado 5.000 años, empezó cuando la civilización se encontraba en todo su apogeo; su sueño finaliza cuando, probablemente, dicha civilización está en su momento más bajo. Habiéndose criado en los años ochenta, Kinberg entendía lo marcada por el exceso que estuvo dicha década, como podía verse en los peinados, la moda y los automóviles. “En 1983, Apocalipsis emerge desde la perfección de la antigua cultura de Egipto hasta una cultura amenazada por la superpoblación, la contaminación y la energía nuclear”, afirma. “De manera que su motivación resulta comprensible, aunque sus métodos y objetivos son extremos”.
Oscar Isaac, que interpretó al personaje de Apocalipsis después de su importante papel del heroico piloto y guerrero estelar Poe Dameron en STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA, califica al personaje nada menos que como “la fuerza creativa/destructiva del planeta Tierra. Cuando parece que las cosas ya no evolucionan más —como parecía en los ochenta—, él destruye a esas civilizaciones”.
El papel requería una yuxtaposición de crueldad y violencia con una clase de humanidad muy excepcional. Se trata de un delicado equilibrio que Isaac ejecuta con una habilidad magistral. “Oscar posee esa paleta de colores que tienen los actores más grandes”, dice Kinberg. Parker añade: “Oscar tiene tal autenticidad e integridad dramática que verdaderamente se convierte en uno de los pilares del filme; interpretando al personaje en torno al cual gira todo”.
El mundo de 1983 también ha experimentado significativos cambios en lo referente a la relación con los mutantes. Esta siguiente etapa en la evolución humana es ahora aceptada por la mayoría —pero no todos— de los seres humanos, gracias al heroísmo de Mística, que (como se vio en X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO) impidió el asesinato del presidente de Estados Unidos y una guerra entre mutantes y humanos.
Mística, una mutante de piel azul susceptible de cambiar de forma, está buscando su verdadero propósito vital, así como una auto-aceptación que le es esquiva. En los años preliminares a X-MEN: APOCALIPSIS, Mística había intentado permanecer oculta al mundo, rehuyendo su celebridad como el rostro de la esperanza y el cambio que representa el nuevo mundo donde los mutantes están integrados. Se resiste a llevar el peso de tal etiqueta, y siente que gran parte de su pasado no responde a la percepción de heroína que el mundo tiene de ella.
En la actualidad, Mística se guía por su propio código y está trabajando independientemente como un clandestino salvador mutante, para luchar contra los casos residuales de explotación humana de mutantes y salvar a aquellos que todavía están siendo perseguidos.
“En esta historia, el personaje es más que ‘Mística’ porque no puede dar rienda suelta a su verdadera naturaleza mutante en un mundo que ella siente que todavía no es tan amable con los mutantes como parece creerse”, dice la actriz ganadora de un Oscar Jennifer Lawrence, que interpretó por primera vez a este personaje en X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN y después repitió en X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO. “Ésa es la razón por la que básicamente ha sido Raven desde los eventos sucedidos en los filmes anteriores, para que nadie supiera que ella era esa mutante en concreto. Cuando nos la encontramos en esta película, Raven/Mística ha estado viviendo una vida secreta”.
La misión emprendida por Raven/Mística de ayudar a los mutantes allá donde pudiera, llega a su fin cuando se pone a cargo de los X-Men en una colosal batalla contra Apocalipsis. Pero primero ha vuelto a reunirse con los dos hombres con los que ha tenido una relación más cercana, y con los que comparte una complicada y transformadora historia: Charles Xavier (alias Profesor X) y Erik Lensherr (Magneto). Raven/Mística y Charles tienen una larga historia en común y ambos formaron parte del primer equipo X-Men. En los siguientes años, se distanciaron, separados tanto por la distancia como por su diferente filosofía de vida.
Cuando encontramos a Charles por primera vez en X-MEN: APOCALIPSIS, el Profesor X se ha dedicado a reconstruir su Escuela para Jóvenes con Talentos Especiales, como un lugar seguro para mutantes que aprenden a controlar sus poderes.
Dentro del contexto del Universo Marvel, Kinberg considera la escuela de Xavier como una idea radical. “Xavier es un tipo que coge a un montón de niños y los entrena en su sótano, en la ‘Sala del Peligro’, jóvenes que además llevan trajes especiales y van por el mundo combatiendo el mal y la injusticia. En vez de alejarnos de esa idea, queríamos explorarla y aceptar lo radicales que son los X-Men”, explica.
Poderoso telépata, el mayor don de Xavier, dice James McAvoy, que repite en el papel, es “su empatía y habilidad para enseñar. Los sucesos del último filme le han dado esperanzas y le han hecho más responsable”.
El optimismo y la esperanza de Xavier en 1983 representa un giro de 180 grados en relación al personaje roto que vimos en X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO. “Está rodeado de jóvenes y brillantes estudiantes, y ahora es capaz de mirar el pasado más allá del prejuicio, el miedo y el odio que aún permanecen en el mundo”, afirma McAvoy. Pero su pensamiento experimenta otra evolución tras iniciar Apocalipsis su reino de terror y destrucción. “Los peores temores de Xavier comienzan a aflorar y tiene que prepararse para la realidad de un mundo que se halla en manos de un mutante maligno”, añade McAvoy. “En cierto sentido, Xavier tiene que hacerse más militante; y más parecido a Magneto”.
McAvoy se está refiriendo, por supuesto, al más íntimo amigo y feroz rival de Xavier, Magneto, que cuando damos con él en X-MEN: APOCALIPSIS vive por fin en paz. Tras fallar en su intento de asesinar al presidente de Estados Unidos al final de X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, Magneto desapareció, favoreciendo con su silencio y ausencia el progreso de la integración de los mutantes dentro de la sociedad.
Aproximadamente una década después, “Magneto ha colgado su capa y hábitos de malvado”, dice el actor recientemente nominado al Oscar Michael Fassbender, quien de nuevo asume el papel del poderoso mutante. Magneto vive una vida apacible en una pequeña ciudad de Polonia. Tiene mujer y una hija pequeña, así como un trabajo en una fábrica de acero de la localidad. Pero cuando una confrontación con las autoridades locales termina trágicamente, la tranquila vida de Magneto se trunca y su corazón se rompe en mil pedazos.
“Magneto había elegido imitar la vida de sus padres, viviendo y trabajando en su tierra natal, Polonia”, dice Singer. “Pero todo sale terriblemente mal, y Magneto, sintiéndose absolutamente desolado, toma un giro apocalíptico”.
Impulsado una vez más por la rabia y la venganza, Magneto es vulnerable a la oferta que Apocalipsis le hace de unirse a él como uno de sus recientemente modificados Cuatro Jinetes. Inspirados en la visión bíblica de los Cuatro Jinetes, que desencadenan un apocalipsis divino sobre la tierra, los Cuatro Jinetes de Apocalipsis son esbirros mutantes que, dice Fassbender, “viven al margen de la sociedad y han sido condenados al ostracismo o sujetos de intimidación”.
Alrededor de 1983, los Cuatro Jinetes de Apocalipsis son: Magneto, Psylocke, Ángel y Tormenta. Psylocke, interpretada por Olivia Munn, es una poderosa telépata, además de una competente asesina ninja. La conocemos como guardaespaldas de Caliban, un clandestino rastreador mutante. Apocalipsis se da cuenta del poder de Psylocke y la convence de unirse a su causa. “Psylocke es un personaje fascinante”, dice Munn. “A diferencia de muchos de sus compañeros mutantes, que matan sólo cuando deben hacerlo, Psylocke siempre ha disfrutado matando, o al menos no tiene ningún problema en hacerlo”.
Munn, que es fan del personaje de los cómics, dice que Psylocke siempre ha tenido unas sustanciales líneas argumentales; “es una experta luchadora, y es fuerte y muy violenta. Es un personaje realmente tremendo que muestra el verdadero poder femenino”.
Tormenta (cuyo nombre de pila es Ororo Monroe) es una huérfana que se ha criado ejerciendo de ratera por las calles de El Cairo. Interpretada por Alexandra Shipp, Tormenta tiene la capacidad de controlar todos los aspectos climáticos. Tormenta también puede volar, gracias a su poder para controlar las corrientes del viento. Aunque se convertirá en una de los líderes más valorados de los X-Men, el personaje de Tormenta que nos encontramos en este filme está luchando contra lo que ella es, antes de que Apocalipsis la convenza de unirse a su equipo.
“Esta Tormenta es más temeraria y se deja llevar más por las emociones que la Tormenta adulta que conocimos en los anteriores filmes X-Men, interpretada por Halle Berry”, dice Shipp. “Está confundida respecto a quién quiere ser, y su falta de oportunidades la llevan a unirse a Apocalipsis como integrante de sus modernos Jinetes”.
El Cuarto Jinete es Ángel, cuya mutación le dotó de unas grandes alas y de la capacidad de volar. La agilidad, la fuerza y los reflejos de Ángel le hacen letal en un combate cuerpo a cuerpo.
En X-MEN: APOCALIPSIS, después de haber sufrido graves daños en sus alas, Ángel es una especie de roquero punk cabreado. Ángel es un borracho y un mugriento desastre, que sobrevive únicamente por puro instinto. Cuando le encontramos, es el vigente campeón de la lucha clandestina que se practica en los cuchitriles de Berlín Oriental. Ángel es contactado por Apocalipsis, que le da la oportunidad de canalizar su rabia uniéndose a sus Jinetes. El mega-mutante encuentra a un dispuesto acólito en Ángel, que busca una razón para vivir, en vez de una para matar. A cambio de su lealtad, Apocalipsis repara las alas de Ángel, transformándolas a base de un metal tecno-orgánico, lo cual le permite disparar afiladas flechas desde sus ahora indestructibles alas.
Ben Hardy, que levanta el vuelo interpretando a Ángel, sabía que el personaje es uno de los más anhelados por los fans, y trabajó duramente para darle vida. Eso incluyó un régimen de entrenamiento que no fue menos exigente del emprendido por Hugh Jackman para aumentar sus músculos cuando interpretó a Lobezno. Hardy entrenaba seis días a la semana y seguía una estricta dieta, “para parecer tan sobrehumano como fuera posible”, señala el actor. Para las escenas de vuelo, Hardy se entrenó sobre el alambre y ejecutó muchas y complicadas acrobacias, lo que era, a menudo, una experiencia vertiginosa. “Es decir, estar en el aire, a unos diez metros de altura, y descender en picado era como estar en una montaña rusa durante todo el día”, dice Hardy.
Mientras Apocalipsis reúne a sus Jinetes, Charles está enseñando y formando a sus jóvenes estudiantes/X-Men. Cuando su comportamiento violento toca fondo, estos jóvenes hombres y mujeres deben emprender un rápido proceso de maduración; como Raven/Mística les dice, “Ya no sois estudiantes; sois X-Men”.
Muchos de estos personajes resultarán familiares para el público, pero en este filme los conocemos como encarnaciones más jóvenes de las icónicas figuras que aparecen en los filmes X-Men originales.
Jean Grey (Sophie Turner) tiene el doble poder de la telepatía y la telequinesis. Pero, al ser adolescente, los poderes de Jean se hallan fuera de control y tiene que aprender a contenerlos, tanto por su propia seguridad como por la de sus compañeros en la escuela de Charles. Charles la toma bajo su protección, igual que hizo con Raven/Mística (en X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN), reconociendo el ilimitado potencial de Jean. McAvoy señala que Charles y Jean comparten una fuerte conexión porque “él entiende perfectamente lo difícil que es conectar y desconectar tus propios poderes”.
Incluso con la tutela de Charles, la adaptación de Jean a la escuela y a sus compañeros mutantes no resulta fácil. “Jean se siente marginada”, dice Turner. “Está en una escuela para mutantes, pero Jean no es capaz de controlar totalmente sus poderes y los demás estudiantes, o bien la temen, o bien piensan que es una especie de monstruo”.
Las cosas empiezan a cambiar cuando Jean conoce a otro estudiante, su compañero Scott Summers, interpretado por Tye Sheridan, con quien empieza a desarrollar un vínculo, y es entonces cuando ella florece. Es una dinámica, dice Kinberg, que es el “origen de la historia de amor entre ambos”.
Pero, primero, Scott (alias Cíclope) debe asumir sus poderes, que le permiten disparar poderosos rayos ópticos, que sólo puede refrenar llevando unas personalizadas gafas de rubí de cristal de cuarzo. Aunque los fans saben que Scott está destinado a convertirse en un líder de los X-Men, en 1983, tras la manifestación de sus poderes, es una persona muy diferente. Flaco, torpe y lleno de angustia adolescente, Scott también siente cierto resentimiento hacia su hermano mayor Alex (Lucas Till), también conocido como Havok, al que conocimos en X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN.
Scott, al igual que muchos de sus colegas mutantes, inicialmente siente que no encaja. “Scott tiene un sentido del humor muy descortés”, dice Tye Sheridan, pero advierte que Jean cambia rápidamente su hosca actitud. “Scott y Jean mantienen un flirteo inicial torpe y ligeramente provocador, que es la base de lo que posteriormente será una relación muy importante”.
Es Hank McCoy/Bestia quien le diseña a Scott un visor adecuado para el combate que finalmente le permite controlar la fuerza de sus rayos ópticos. Todo ello forma parte del trabajo diario de Hank, un mutante con intelecto de genio que, como Bestia, posee una excepcional ferocidad así como intensa fuerza, velocidad y agilidad.
Hank también pasó los últimos diez años ayudando a reconstruir y abrir de nuevo la Escuela de Xavier para Jóvenes con Talentos Especiales. Nicholas Hoult, que retoma el papel que interpretó por primera vez en X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN, señala: “Hank sigue fabricando gadgets y otros artilugios y haciendo mejoras en Cerebro, y también está construyendo un jet supersónico y resistente a explosiones. Hank disfruta siendo profesor y teniendo a jóvenes mutantes a su alrededor”.
Entre estos jóvenes mutantes se halla Peter Maximoff/Quicksilver, dotado de una velocidad extrema. Quicksilver fue uno de los personajes revelación de X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, gracias a una impresionante y visualmente llamativa secuencia donde se le veía corriendo por las paredes de la cocina del Pentágono, paralelo al suelo, como parte del exitoso intento de liberar a Magneto de una prisión supuestamente inexpugnable.
Los espectadores no habían experimentado nada igual antes en el cine. Sin embargo, una escena centrada en Quicksilver de X-MEN: APOCALIPSIS la supera con creces. “Lo divertido de construir esa secuencia era dar con la particular filosofía de Quicksilver, que consiste en que puede moverse tan rápidamente que toda la actividad de un día puede caber en un simple pestañeo de ojos", dice el supervisor de efectos visuales John Dykstra. Evan Peters, que repite en su papel de X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, añade: “‘El tiempo de Quicksilver se rige de acuerdo con su propio conjunto de normas. Es capaz de moverse tan rápido que parece que el tiempo se detiene, sin embargo, el cronometro está en marcha para él. ”La nueva secuencia requería el uso de varias cámaras, tales como Phantom y Red, filmando a distintas velocidades, algunas veces tan rápido como 3.200 imágenes por segundo. También se incorporó foto fija en la composición de las imágenes.
En esta nueva historia, la acción hiperquinética complementa la ampliada descripción del personaje. Pero algunas cosas nunca cambian: los mutantes llevan una década viviendo libremente entre seres humanos, pero Quicksilver todavía sigue residiendo en el sótano de su madre. “Está un poco deprimido”, dice Peters. “La habitación de Peter ahora está un poco más limpia, pero también tiene el objetivo de encontrar a alguien con el que crea tener una conexión especial”.
Otro recién llegado a la escuela de Xavier es Kurt Wagner/Rondador Nocturno, cuya demoníaca apariencia, piel azul, ojos amarillos y larga cola con púas, le convirtieron en un paria mucho antes de la irrupción de sus poderes mutantes, que incluyen una agilidad sobrehumana y el teletransporte (y el sonido que la acompaña: “¡BAMF!”). Rondador Nocturno es presentado aquí como un personaje tímido, emocional e ingenuo, que también es extraordinariamente sabio; en cierto modo, un silencioso profeta.
Kodi Smit-McPhee (“El origen del planeta de los simios”) interpreta a Rondador Nocturno, personaje que el joven actor cree que tendrá muy buena acogida por parte del público. “En el fondo, Kurt es muy tradicional, encantador, aventurero y alegre, así como alguien muy leal y vulnerable”, explica.
Un nuevo personaje en el universo cinematográfico de los X-Men es Jubilation Lee/Júbilo, interpretada por Lana Condor. Júbilo tiene la capacidad de producir explosiones de energía pirotécnica que proyecta desde sus manos. Es conocida por su característica larga chaqueta amarilla, así como por su personalidad de pija y adicta a los centros comerciales. Júbilo tiene 18 años, y todavía está intentando crecer y también divertirse, pasando la mayor parte de su tiempo con Jean, Scott y Rondador Nocturno. Condor señala que el personaje “encaja perfectamente con el período de los años ochenta en el que se enmarca el filme. Su estilo es divertido y pop, y como a muchos chicos de su edad —mutantes o no— le encantan los videojuegos”.
Junto a los X-Men en su intento de detener a Apocalipsis se encuentra Moira McTaggert, una agente de la CIA. Moira es una antigua amante de Charles, quien le borró sus recuerdos del tiempo que pasaron juntos en 1962, en el apogeo del miedo y la desconfianza hacia los mutantes por parte de la humanidad, con el fin de protegerla de los ataques de los grupos anti-mutantes.
Rose Byrne, que repite en su personaje de X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN, señala que, a pesar de la falta de memoria de Moira, la conexión con sus amigos mutantes sigue siendo muy fuerte. “En cierto modo, Moira es una marginada”, dice Byrne. “Simpatiza enormemente con los mutantes y aboga por ellos, pero la batalla contra Apocalipsis es su máxima prioridad”. Sin embargo, Byrne proporciona una prometedora pista sobre un renovado vínculo con Charles. “Charles le da a Moira el mejor de los regalos…”, y eso es todo lo que revelará.
También de vuelta está otro agente encubierto, que es justamente el polo opuesto de Moira en lo relativo a su punto de vista sobre los mutantes. William Stryker es un especialista de operaciones y científico militar empeñado en destruir a los mutantes. Llegará hasta cualquier extremo para evitar lo que considera la amenaza existencial del género humano por parte de los mutantes. Visto por última vez en X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, en torno al año 1973, Stryker continúa con su misión de librar al mundo de mutantes. Josh Helman, que asume de nuevo el papel, afirma: “Stryker está haciendo lo que cree que es necesario para salvar a su país, pero tiene una creencia tan inquebrantable en el trabajo que hace, que no es capaz de ver el coste que conlleva”.
La fotografía principal de X-MEN: APOCALIPSIS comenzó el 20 de abril de 2015 en Montreal, Quebec, Canadá. La producción se estableció en los estudios Mel’s Cité du Cinema (comúnmente conocidos como Mel’s), unas instalaciones de más de 10 hectáreas de extensión ubicadas en la Isla de Montreal, con vistas al río San Lorenzo. En una infraestructura integrada por siete platós que en conjunto son unos 11.000 metros cuadrados, el equipo transformó y varió cada metro cuadrado para satisfacer los enormes requerimientos de la producción. Además, el equipo ocupó numerosas y funcionales localizaciones por toda la ciudad, incluyendo varias áreas industriales, un teatro abandonado, un viejo centro comercial y una cabaña en el bosque.
Newton Thomas Siegel aceptó con agrado la oportunidad de explorar nuevos mundos visuales, como el antiguo y el moderno Egipto, Polonia, Alemania Oriental y Estados Unidos de 1983. Siegel definió cada uno de los entornos de diferentes maneras, especialmente en términos de color. Oriente Medio debía tener una tonalidad de arena dorada, donde la atmósfera estuviera imbuida de un color oro que provocara la sensación de calor, arena y aridez.
Rodar en Quebec a finales del duro invierno canadiense planteaba un evidente desafío. Para los interiores del antiguo Egipto, dice Siegel, “mantuvimos la luz del sol filtrando a la pirámide y la mezclamos con llamas, fuego y el tipo de lámparas de aceite que los antiguos egipcios hubieran utilizado hace 4.000 años. Unos milenios después, “El Cairo es un batiburrillo de color y luz, con toda clase de luces artificiales y fluorescentes, además del dorado y abrasador sol que creamos para Egipto”, indica Siegel.
E l oscarizado diseñador de producción Grant Major (trilogía de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS), junto con su talentoso departamento artístico dirigido por la supervisora de la dirección artística Michèle Laliberté (X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO) y la decoradora de set nominada al Oscar Anne Kuljian (DIVERGENTE), tuvieron la abrumadora tarea de supervisar el diseño y la creación y construcción de los casi sesenta sets construidos para la película, así como el diseño y la dirección de arte de las numerosas y funcionales localizaciones del filme tanto dentro como alrededor del área metropolitana de Montreal.
El principal reto de Major era recrear el antiguo y el moderno Egipto. Un nuevo logro de diseño que era fiel a la rica tradición de diseños tanto de los cómics como de las anteriores películas de X-Men. Era una cuestión de “hacer justicia a los diseñadores que me han precedido”, señala Major, “junto con los icónicos y consolidados diseños de la Mansion-X y Cerebro, que aquí tienen un aspecto altamente refinado”.
Para el templo egipcio, el equipo de diseño trajo a un egiptólogo para que les ayudara en la investigación. Major tenía una larga lista de preguntas, incluyendo qué dioses se podían relacionar con cada uno de los Jinetes, cómo representarlos y qué animales podían ajustarse a sus poderes. El egiptólogo le proporcionó jeroglíficos, frases que reflejaban la historia, así como elementos para decorar el templo. El set del templo incluía también cuatro gigantescas estatuas. Todos los jeroglíficos se hicieron a mano en un formato más pequeño y se calcaron. Luego se montaron con una C & C Machine “en forma de línea trazada sobre planchas de poliestireno extruido, de manera que nuestros escultores tuvieran un punto de referencia”, explica Major. “Contábamos con un equipo grande, trabajando todos durante meses, sin parar, en paneles de espuma, esculpiendo y enyesando, antes de que los pintores les relevaran. Fue algo muy bueno que empezáramos pronto”.
Laliberté dice que las grandes escenas de destrucción de esta película la distinguen de sus predecesoras. “El desafío de una trama apocalíptica era hacer todo muy hermoso y luego destruirlo”, explica. En una de las secuencias más extraordinarias del filme, Apocalipsis erige una nueva y maravillosa pirámide en medio de El Cairo del año 1983. Major encontró dentro de los límites de la ciudad de Montreal una vieja fábrica a punto de ser demolida. “Demolimos literalmente los edificios y el paisaje circundante, y construimos capa tras capa unos entornos destruidos”, dice Major.
En el caso de la Mansión-X, Major heredó la obra artística del diseñador de producción John Myhre, que la había construido para la película original X-MEN y para X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO. Singer quería una mansión todavía más grande, así que Major incorporó una biblioteca de dos plantas, una “sala de estudiantes”, habitaciones, baños y varios tramos de pasillo conectando entre sí. El set se dividió en diferentes pisos y se recrearon dos escenarios completos en los estudios Mel’s, donde una pared que separaba los dos escenarios debía extraerse para albergar la enorme mansión. Es el set de la Mansión-X más grande hasta el momento, construido con el estilo arquitectónico que Myhre había establecido. El público va a ver por primera vez toda la casa “en 360 grados: las partes superior, inferior y posterior y los laterales”, dice Major, “y después de hacer eso, hicimos que todo volara en pedazos”.
En los terrenos circundantes a la mansión se plantaron cientos de árboles, arbustos, flores y podas ornamentales. Además de los sets principales de la mansión, se construyeron varios sets satélite para la secuencia de los orígenes de Quicksilver, que incluían el baño, un par de habitaciones, la biblioteca y un balcón exterior. Cerebro también tuvo su actualización a los años ochenta.
Una de las principales escenas, que introduce a los mutantes Cíclope, Jean Grey, Rondador Nocturno y Júbilo, tiene lugar en un centro comercial que proporcionaba gran cantidad de detalles de la época. Major y su equipo encontraron la localización perfecta: un auténtico centro comercial de aquel período ubicado a las afueras de Montreal y que no había sido renovado desde los años ochenta. Afortunadamente, tanto el dueño de la propiedad como los vendedores estuvieron dispuestos a permitir que producción transformara sus espacios comerciales. El equipo de Major vació por completo las tiendas y las llenó de accesorios y productos, renovando completamente el espacio para que pareciera un centro comercial de la época juvenil de Singer. El equipo había investigado las marcas comerciales y tiendas que eran más populares en los centros comerciales norteamericanos durante aquel periodo, y consiguieron los permisos para utilizar sus marcas y logos con el fin de recrear tiendas como, por ejemplo, Contempo Casuals. También resucitaron una sala recreativa de videojuegos y localizaron máquinas de videojuegos de la época. La sala volvió a nacer con el nombre de Space Port, que era como se llamaba la sala recreativa donde Singer jugaba cuando era adolescente.
La cabaña y la fábrica de acero en Polonia, donde vive y trabaja Magneto, se recrearon en unas idílicas localizaciones rurales que el equipo encontró a las afueras de Montreal. La fundición tenía el tamaño adecuado y se dedicaba a la fabricación de piezas fundidas, precisamente lo que dictaba el guión. El diseño de la cabaña requería motivos florales y, afortunadamente, la estación proporcionó toda la decoración que producción podría haber solicitado para el set. “La casa tenía un aspecto bonito con el clima del inicio de la primavera, con cierta cantidad de colores, sin embargo, en la fundición se rezumaba algo de aspereza”, dice Major. El color apagado de las secuencias de la Europa Oriental ya existía en la localización de la fábrica.
El reto a la hora de diseñar los efectos especiales de maquillaje para Apocalipsis era evitar que Oscar Isaac desapareciera. Su transformación llevaba inicialmente tres horas y media, pero, a base de práctica, el equipo, compuesto por dos personas, fue capaz de reducirlo a hora y media.
Los efectos de maquillaje del personaje incluían: una prótesis para la frente, otra para nariz y mejillas, otra para mandíbula y mentón, un accesorio para la cabeza, una prótesis para el cuello e, incluso, un casco. “La única parte del cuerpo de Isaac que no estaba cubierta eran sus ojos”, bromea el diseñador de maquillaje especial Brian Sipe. “Con un tocado en la cabeza y una prótesis en el cuello, así como un traje compuesto por veinte piezas, completar el proceso era “como un gigantesco rompecabezas”, añade. Una de las características que destacan en el diseño de Apocalipsis son las “rastas” de aspecto metálico. El reto era hacer que el traje “pareciera épico sobre el cuerpo de un hombre normal y, al mismo tiempo, permitiera al actor moverse y sentirse cómodo”, dice Sipe. También debían procurar mantener fresco a Isaac en el cálido y húmedo clima del verano de Montreal. “Utilizamos un sistema denominado Cool Shirt”, prosigue Sipe. “Es un sistema de refrigeración similar al que usan los pilotos de carreras; Oscar era conectado a agua helada siempre que no estaba rodando para mantenerle a una temperatura confortable”.
El jefe del departamento de efectos especiales de maquillaje Adrien Morot (X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO) y su equipo trabajaron en Rondador Nocturno y en los bíblicos cuatro Jinetes del Apocalipsis. Para el Jinete “Muerte”, crearon un aspecto inspirado en el desierto y las pirámides; una imagen casi momificada, seca y agrietada. Su piel parecía un viejo pergamino. “La mitad del rostro de Muerte, sus manos y su cuerpo eran como el lecho de un río seco”, explica Morot. “[El Jinete] Peste parecía una criatura acuática de tonos azules, con cicatrices queloides sobre la cara y unos imponentes ojos grisáceos. Toda su cabeza era una prótesis, por lo que las cicatrices se integraron en ella. “Peste era un personaje muy intimidante pero hermoso, un apacible personaje al que mirar, pero que va a matarte justo después”, dice Morot con una sonrisa.
En los cómics, Rondador Nocturno es delgado y posee elementos casi felinos: sus orejas recuerdan la picuda forma de un lince, sus ojos son como los de una pantera. Para ser fiel al periodo de los ochenta, así como al Rondador Nocturno interpretado por Alan Cumming en X2, Morot hizo un molde de la cabeza del actor Kodi Smit-McPhee para realizar una serie de elementos protésicos. Asimismo, se requirió un molde del cuerpo para crear la cola del personaje de Smit-McPhee. Morot trabajó con maquillaje MAC para formular una “receta” especial de tono mate así como bases duraderas de los colores que se necesitaban para crear la imagen de Rondador Nocturno.
Asimismo, el equipo de Morot diseñó la cola de movimiento kinético que tiene Rondador Nocturno con lo que el diseñador señala que es una “armadura interior que tiene elementos de tensión”. Cada vez que el actor se mueve, la cola también se mueve por sí sola. Morot estaba sorprendido de la cantidad de movimientos naturales que el actor era capaz de conseguir sin tener que incorporar ningún artilugio mecánico. Hacia el final del plan de rodaje, el tiempo de preparación de Smit-McPhee se redujo, aproximadamente, a una hora y 45 minutos, incluyendo la aplicación de prótesis, maquillaje, dientes, ojos, la armadura corporal que soporta la cola kinética, pies y manos. “El mayor reto radicaba en hacer que Rondador Nocturno pareciera real y repetirlo todos los días que el actor estaba en el set”, señala Morot, “y, por supuesto, satisfacer la idea que los fans tienen respecto a cómo debía ser el aspecto del personaje”.
La diseñadora de vestuario Louise Mingenbach recurrió a los recursos e inventarios de numerosas casas de alquiler de disfraces de Estados Unidos y Montreal, y rastreó por tiendas vintage de toda Norteamérica para encontrar los miles de artículos y prendas de ropa que necesitaba para vestir a los actores con la vestimenta de los años ochenta en El Cairo, Alemania del Este y Estados Unidos. Hacia el final del rodaje, Mingenbach estima que producción había reunido aproximadamente 100.000 piezas de vestuario y había vestido entre 2.000 y 3.000 personas.
Para Mingenbach, la parte más estimulante del proceso era discutir y compartir ideas con Singer, con el que ha colaborado hasta en siete ocasiones. "No había ninguna restricción, y así era como éramos más creativos”, afirma la diseñadora.
Mingenbach también menciona especialmente una escena de procesión que se desarrolla en el antiguo Egipto, donde “había nubios llevando abanicos, portadores de barcas, los cuatro Jinetes, y dos versiones de Apocalipsis”, explica. Durante esos días, había hasta 30 ayudantes de vestuario en el set, trabajando desde las cuatro de la mañana para llegar a todos y tenerlos listos para las cámaras.
El vestuario de Apocalipsis era uno de los más difíciles y minuciosos de realizar. Una vez que Oscar Isaac fue elegido para el papel, se crearon todos los bocetos a partir de su cuerpo, teniendo en cuenta detalles como sus pómulos y la longitud de su cuello. Durante la preproducción, el equipo pasó meses realizando pruebas de telas, colores y texturas. “Todos los tejidos que llevaba Oscar fueron especialmente creados para el personaje”, dice Mingenbach. “Teníamos aproximadamente cuatro meses para concebir y producir un vestuario, y eso no era demasiado tiempo”. Eran necesarios dos y, a veces, tres ayudantes de vestuario para ayudar al actor a ponerse y quitarse el traje, un proceso que podía llevar más de 30 minutos.
El diseño del vestuario de Apocalipsis previno en relación al de los modernos superhéroes. Mingenbach quería que se viera a los personajes como un colectivo: “guerreros que tienen una relación entre sí”, afirma. Su equipo había diseñado las alas de Angel, aprobadas por Singer, pero no se habían llegado a construir porque eran demasiado engorrosas como para resultar prácticas en el set. De manera que esa tarea fue encargada al departamento de efectos visuales. El vestuario de Ben Hardy se realizó con telas más flexibles y delicadas que las de muchos otros, con el fin de facilitar y realzar el movimiento en sus escenas de vuelo.
Singer ha insistido siempre en extraer tantas referencias como fuera posible de los libros de cómics. En el caso de Tormenta, Mingenbach se inspiró en algunas prendas que lleva Tormenta en los cómics, concretamente, en las líneas, colores y referencias al antiguo Egipto, los Jinetes bíblicos y los modernos Jinetes. Hay una fuerte correlación visual entre el vestuario del antiguo Egipto y el de 1983.
El vestuario de Psylocke, que interpreta Olivia Munn, proviene directamente de los libros de cómic. “En lo que se refiere a su aspecto, era muy importante para mí hacer lo más correcto para los fans”, dice Munn, “porque yo misma soy una fan”. La dificultad radicaba en hacer el trabajo de vestuario para sus exigentes escenas de acción. “Ella no lleva prácticamente nada”, dice Mingenbach. Un miembro del equipo de especialistas nos ayudó a hacer arneses de muy bajo perfil, de manera que la actriz pudiera hacer sus acrobacias sin tener que llevar un voluminoso y anticuado arnés en su interior. Otro desafío: El vestuario de Munn no era fácil de poner y quitar. Cada día que le tocaba rodar, era como ponerse un preservativo gigantesco. Es un traje de látex fabricado por una sex shop de Los Ángeles”, dice Mingenbach, entre risas.
En el caso de la secuencia que se desarrolla en Berlín Oriental en 1983, Mingenbach explica que “todo era más tenue, un poco contenido, en relación a la década anterior”, señala. El equipo vistió a trabajadores de la fábrica, doctores, oficiales de la Stasi, mujeres de la calle y abuelas. Colaboraron con Grant Major para mantener una limitada y uniforme paleta de colores.
En Westchester, Nueva York, la Mansión-X tenía el brillante colorido de la América de los años ochenta, “con profusión de todo tipo de neones, rayas y lunares”, dice Mingenbach. Se inspiraron en iconos de estilo de la década, “como Boy George, Michael Jackson y Brooke Shields”. El enfoque de los años ochenta por parte de la diseñadora de vestuario fue algo menos saturado. “Los primeros años ochenta eran difíciles de aceptar; ya había suficiente como para seguir la misma tónica en telas y accesorios, de manera que bajamos un poco el tono con el fin de no ser excesivamente estridentes o distraer la atención”
A la hora de vestir a los jóvenes mutantes de la escuela de Xavier, Mingenbach de nuevo se mantuvo fiel a los libros de cómics. Al trabajar con Sophie Turner, que interpreta a Jean Grey, Mingenbach tomó en consideración que la actriz, al igual que el personaje del cómic, es pelirroja. “Sophie es una joven muy guapa”, dice Mingenbach, “pero a veces queríamos verla incómoda o portándose torpemente”. La historia se inicia con Jean no sabiendo realmente cuál es su lugar, así que el vestuario fue elegido específicamente para cubrirla, haciéndola sentir protegida, “para envolverla”, señala Mingenbach. En gran parte del filme, antes de las secuencias de la batalla final, Jean lleva una desensamblada chaqueta masculina de gran tamaño y estilizadas hombreras.
Para el personaje de Rondador Nocturno interpretado por Kodi Smit-McPhee, lo primero que tuvo que abordar Mingenbach era un traje que el actor debía llevar en una importante secuencia que se desarrolla en el interior de un club de lucha. Mingenbach había encontrado una vieja chaqueta en el montón de usar y tirar de la “estrafalaria trastienda” de la compañía Western Costume de Los Ángeles. “Era una manchada y vieja chaqueta de circo con fantásticos faldones en punta unidos por una cadena”, dice Mingenbach. “Kodi tenía la estructura perfecta para ella, así que volvimos a crear la chaqueta y la emparejamos con unos asimétricos pantalones de los ochenta. Hurtamos un poco de la imagen de Boy George y para sus escenas en la mansión, intentamos ser fieles al Rondador Nocturno del cómic trabajando con formas diagonales en rojo y negro que los fans reconocerían”.
Para Jubilation Lee, “Júbilo”, Mingenbach tenía un surtido de más de 20 trajes especialmente diseñados para la actriz Lana Condor. “Podría haber lanzado un dardo en la oscuridad y elegido cualquiera, seguro que me gustaría”, dice Condor. Finalmente, su vestuario incluyó faldas, medias, botas, blusas con un hombro al aire. “En el caso de Júbilo, la referencia a FLASHDANCE estaba en todas partes”, dice Mingenbach.
En torno a 1983, el profesor Hank McCoy está madurando. El talento de Mingenbach eleva incluso la categoría de la vestimenta informal, a la que Mingenbach se refiere como “ropa Bestia”, y Singer pensó que se asemejaba a los trajes que su propio padre llevaba en los ochenta. A Hoult le entusiasmó el nivel de detalle de su vestuario. “Llevo ese gran reloj-calculadora Casio típico de los ochenta, lo cual resulta muy útil”, bromea.
Para Jennifer Lawrence, Mingenbach tuvo en cuenta el modus operandi de Raven/Mística: “Ella está luchando por una causa y no le preocupa particularmente su apariencia”, dice la diseñadora. Mingenbach le encontró a Lawrence una chaqueta de cuero tachonado “estilo Chrissie Hynde” y una vieja y roquera t-shirt. “1983 fue la gran época de los chavales roqueros”, dice Mingenbach, “y ese tipo de imagen reflejaba la naturaleza rebelde de Mística”.
Los trajes de los X-Men tenían que ser algo más que prácticos y “llamativos como los años ochenta”; tenían que parecer algo que estaba siendo desarrollado por militares. Los trajes debían quedar igual de bien tanto a los miembros femeninos como masculinos del equipo, lo que incluía a Hank, Moira, Raven, Quicksilver, Jean, Scott y Rondador Nocturno. “Eso era un reto”, dice Mingenbach, “averiguar qué es lo que podía quedar bien tanto en Jean Grey como en Bestia”.
El supervisor de efectos visuales John Dykstra, ganador en dos ocasiones del Premio de la Academia, tiene un currículum lo suficientemente largo como para llenar una pirámide. Su destacada experiencia condujo a una transición sin fisuras entre el mundo real y el imaginado. Si Singer es el gurú cuando se trata de los X-Men y sus capacidades, entonces Dykstra es el mago que cumple sus profecías.
“Los superhéroes no pueden hacer nada sin los efectos visuales”, bromea Dykstra. “Todos los poderes de los X-Men se amplifican mediante efectos visuales. Tenemos a uno que utiliza el impacto sonoro, un ruido de baja frecuencia, para destruir a sus enemigos; tenemos otro que controla el calor y proyecta ataques térmicos; otro que domina la telequinesis. Representar los diversos poderes visualmente es el mayor reto de la historia que contamos, y mostrarlos en una aplicación específica y creando una sensación de realidad en situaciones que son, obviamente, irreales".
Rodar originalmente en sistema 3D estereoscópico añade otra mágica dimensión, así que el departamento de efectos visuales tenía que lidiar con "el efecto envolvente ", que es la capacidad de ver alrededor de los bordes de las cosas. “Dicho efecto cambia cómo están colocadas las cosas en la composición, la forma en que rompen el borde del fotograma y el brillo de los objetos para mantener los detalles con el fin de que las imágenes sean visualizadas por cada ojo por separado y tengan forma", explica Dykstra. Describe el proceso como “aproximadamente la diferencia que hay entre el color y el blanco y negro, pero que no es más difícil que cualquier otra cosa. El apetito del público por imágenes más sofisticadas crece exponencialmente, y la habilidad para estar a la altura en ese aspecto es siempre nuestro mayor desafío”.
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