En unos momentos en que tan de moda estaban los actores latinos en el cine americano, se nos fue un pionero, Anthony Quinn. Su verdadero nombre era el de Antonio Rudolfo Oaxaca Quinn.
Nacido en Chihuahua (México), el 21 de abril de 1915, de padre irlandés y madre mexicana sintió inclinación desde pequeño por ser actor, inciándose en México, pero pronto marchó con su familia a Estados Unidos, donde consiguió actuar en películas como "Los Bucaneros" y "Unión Pacific", ambas dirigidas por Cecil B. de Mille que se convertiría en su suegro al casarse con su hija adoptiva.
Actor de rasgos toscos, le encasillaron en el cine de aventuras, una de cuyas producciones, "Viva Zapata", le proporcionó el primer Oscar al mejor actor secundario, siendo el segundo por el papel del pintor Paul Gauguin en "El loco del pelo rojo".
Determinante en su carrera fue el Zampanó de "La Strada", de Federico Fellini, un personaje brutal pero de gran humanidad, donde comenzó a demostrar su gran facilidad para hacer todo tipo de papeles, desde el esquimal de "Los dientes del diablo", el pistolero de "El último tren de Gunn Hill" a el militar de "Los cañones de Navarone", el griego de "Zorba el griego", el malvado "Barrabás" o el papa ruso de "Las sandalias del pescador", todos ellos igualmente creíbles.
En España rodó "Mando siniestro" y" Lawrence de Arabia", en Almería y Sevilla, e hizo de cura en "Crónica del alba" (Valentina), "El camino de Santiago" y le recordamos al lado de la española, Aitana Sanchez Gijón en "Un paseo por las nubes".
Anthony Quinn falleció el 3 de junio de 2001 en Boston (Massachusetts) Estados Unidos a los 86 años de edad.
Por PACO CASADO