Desoyendo los consejos de su padre que quería que fuese contable, David Lean inició su carrera en 1928 mediante un minucioso aprendizaje (auxiliar de ayudante, montador de segunda, montador-auxiliar de noticiarios y montador de largometrajes).
Continuó su labor con las obras de Noël Coward, que dirigió para la pantalla a partir de 1942, obteniendo ya un cierto renombre a través de los filmes “Sangre, sudor y lagrímas” (1949), “Un espíritu burlón” (1943) y “Breve encuentro” (1946).
Su prestigio aumentó considerablemente con sus siguientes películas: “Grandes esperanzas” (1946), “Oliver Twist” (1947), “La barrera del sonido” (1952), “El déspota” (1953) y “Locuras de verano” (1955), pero alcanzó un envidiable “status” profesional cuando dirigió “El puente sobre el río Kwai”, por lo que recibió el Oscar correspondiente al mejor director, que posteriormente volvería a lograr.
Las superproducciones de David Lean han marcado un hito en la historia del cine, consiguiendo nuevamente el Oscar al mejor director por la excelente superproducción de ‘Lawrence de Arabia’.
Ya no volvería este excelente realizador británico a lograr ningún otro galardón, aunque fue nominado en 1965 por "Doctor Zhivago" y en 1984 por "Pasaje a la India". Anteriormente ya había alcanzado esta distinción por "Breve encuentro" (1946), "Cadenas rotas" (1947) y "Locuras de verano" (1955).
Desde luego, las superproducciones de David Lean han marcado un hito en la historia del cine. Todas ellas han sido realizadas con una excelente técnica cinematográfica y con un exquisito cuidado en todos sus aspectos. Así, David Lean se convirtío en un valor seguro para los productores a pesar del elevado coste de sus filmes, pues no en vano tiene un excepcional dominio del oficio de director.