Encasillada desde sus primeras películas en papeles de mujer decidida y agresiva que rivaliza con la protagonista por la consecución del amor del galán.
Susan Hayward es un típico ejemplo de la estrella surgida en los últimos estertores del “star-system”, cuya ascensión se debió más a su propia obstinación e insistencia que el apoyo de algún estudio.
Su escalada cinematográfica fue de las más lentas y penosas que se recuerdan. Descubierta por Cukor cuando trabajaba como modelo fotográfico, tardó casi siete años en obtener un papel de protagonista y conquistó su único Oscar a los cuarenta años por “¡Quiero vivir!”.
Temperamental, vehemente, fue calificada como “la pelirroja más sexy del cine”.
Llegó a convertirse en una de las mayores personalidades de Hollywood, antes de que una terrible y penosa enfermedad acabase con sus últimas energías cuando la estrella contaba tan solo cincuenta y seis años.
Además de ser nominada por el filme “¡Quiero vivir!”, con el que ganó el Oscar, lo fue también anteriormente por sus interpretaciones en los filmes “Una mujer destruida” (1947), “Mi loco corazón” (1949), “Con una canción en mi corazón” (1952) y “Mañana lloraré” (1955).
En 1960 recibió la Estrella en el Paseo de la fama.
Susan Hayward nació el 30 de junio de 1917 en Brooklyn, Nueva York y falleció en la ciudad de Los Angeles, California.