La figura de Orson Welles es mítica, por su personalidad, sus apariciones como actor y, en general, por su cine.
Su contribución al cine es como la de un genio, uno de esos superdotados que pueden ponerse en el mismo eslabón que Griffith, Chaplin, Ford o Capra.
A los veinticuatro años Orson Welles sorprendió al publico norteamericano cuando dirigió en un espacio radiofónico la adaptación de la novela de H.G. Wells ‘La guerra de los mundos’. Se dice que hubo muertos aquel día, pero él se hizo célebre, si bien era bastante conocido entre los círculos del teatro de vanguardia como actor y director.
La RKO, una de las grandes productoras de Hollywood, se fijó en él y le contrató en exclusiva. Su opera prima, en opinión de los críticos más prestigiosos del mundo, no ha sido superada jamás, ‘Ciudadano Kane’, basada en la vida del magnate de la prensa William Randolph Hearts.
Un año después, Orson Welles rodó otra de las películas comprendidas entre las diez más importantes de todos los tiempos, ‘El cuarto mandamiento’.
Por ‘Ciudadano Kane’ obtuvo el Oscar destinado al mejor guión y fue nominado para los relativos al mejor director y actor.
La Academia le concedió un galardón especial por ‘su contribución al séptimo arte’.
En 1971 recibió un Oscar honorario, en 1983 el Premio Luchino Visconti en los premios David di Donatello, en 1970 el León de oro honorario en el Festival de Venecia y en 1960 la Estrella en el paseo de la fama.
Orson Welles nació el 6 de mayo de 1915 en Kenosha, Wisconsin y falleció el 10 de octubre de 1985 en Hollywood, Los Angeles.