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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine norteamericano ha adoptado últimamente un tipo de comedia alocada y escatológica en la que la gracia suele estar en los chistes fáciles, los diálogos subidos de tono y las situaciones procaces así como en provocar secuencias completas en las que se originan las mayores catástrofes con abundancia de personal dentro de la acción con lo que se pretende hacer reír, como ocurre en esa fiesta salvaje, muy típica de las producciones de Judd Apatow.
Esta que comentamos está perfectamente dentro de ese modelo que para nada es ejemplar en ningún sentido que, como suele ocurrir, lo mejor está en el trailer.
Las dos hermanas Ellis, ya adultas, se reencuentran después de algún tiempo, cuando sus padres les anuncian que van a vender la casa donde habían pasado su infancia.
Maura es enfermera y ayuda a todos. Kate es lo contrario, no tiene casa, ni trabajo, está divorciada y tiene una hija adolescente que no está con ella.
Sus padres les piden que recojan las pertenencias personales que aún tienen en sus respectivos cuartos.
Para despedirse, deciden pasar ese fin de semana en la casa y para revivir sus días de juventud, las hermanas organizan una última fiesta salvaje por todo lo alto en la casa con sus antiguos compañeros del instituto que acaba en una locura de juerga desenfrenada fuera de todo control y con momentos increíbles.
Es una historia con cierta nostalgia del tiempo pasado, los años 80, de los recuerdos de la juventud, mientras ellas recuperan el contacto y refuerzan su cariño de hermanas.
Paula Pell, guionista habitual del programa Saturday Night Live, con este guion debuta en el cine, y para ello se inspira en los diarios que tenían ella y su hermana de cuando estaban en el colegio, pero la verdad es que las ocasiones que crea, a cual más gamberra, no dan lugar, en ningún momento, ni siquiera a conseguir que el espectador esboce la más mínima de las sonrisas que no llegan a la media docena y por supuesto muy lejos de obtener las carcajadas.
El director norteamericano Jason Moore, procedente del mundo de la pequeña pantalla, donde ha dirigido distintos episodios de casi media docena de series de televisión, debutó en el largometraje con 'Dando la nota' (2012) y ahora hace su segundo film de ficción con 'Hermanísimas' (2015).
Debido a su bisoñez no logra enderezar la nave de un flojo guion desde la realización, ya que pocas veces hemos visto una dirección más plana, sin ningún momento de emoción o cómico que se pueda destacar.
Es una pena que se haya desaprovechado un discreto reparto con dos actrices como Amy Poehler y Tina Fey, acostumbradas a trabajar juntas, que muestran cierta compenetración, pero si no tienen una materia sólida donde apoyarse difícilmente lograrán hacer reír. Y a su lado breves intervenciones de John Leguizamo y dos veteranos haciendo de los padres de ellas como Dianne Weist y James Brolin.
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