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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción se desarrolla en tiempo real, sobre el asfalto de una gran ciudad, durante una calurosa noche de verano, mientras se escucha de fondo el programa nocturno de consultorio radiofónico de Julia Otero: a través de media docena de historias protagonizadas por personajes de distintas edades y clase social perdidos en el laberinto urbano, en las que se dan cita unos adolescentes que van a lo loco en un descapotable robado, un taxista traicionado, un camionero enamorado de una prostituta, un amante curtido en mil batallas, un conductor de ambulancia que no sabe olvidar, una mujer abandonada sin motivo y una esposa cansada de esperar.
Son personajes vitales y mujeres desencantadas que completan un fresco urbano con el que al espectador le resultará fácil identificarse.
Momentos cómicos conviven en esta película española, Rumbos, con los dramas que viven sus protagonistas, a través de media docena de parejas, al final entrecruzadas, que expresan su amor, su desamor, sus miedos y el rumbo que toma cada uno de ellos en la vida.
En una carretera secundaria estos seres se verán arrastrados en la misma dirección sin saber que sus vidas están conectadas.
Segundo largometraje de la directora Manuela Moreno, tras debutar con 'Cómo sobrevivir a una despedida' (2015), que fue presentado en el pasado Festival de cine español de Málaga en el que construye un sencillo cuento donde se fija en las pequeñas cosas de las personas que deambulan por la soledad del callejero de la gran ciudad, en confecciones que van de la risa a las lágrimas, algo agridulce, que se convierte en su film más personal, con un guion que parte de la observación de la realidad de cada día.
Historia coral cuyos protagonistas caminan en vehículos de distintas clases: un coche, un taxi, un descapotable, un tráiler, una ambulancia y un autobús.
Comedia dramática como la vida misma, que habla del amor y el desamor, de la soledad, del destino, de las decisiones a tomar y sus consecuencias, en situaciones cotidianas que acaba cayendo en algunos tópicos.
Es verdad que el espectador llega a identificarse con algunos de los personajes e incluso le gustaría saber más, de profundizar en sus vidas, su relación, pero en realidad de lo que se trata es de dar unas pinceladas de cada uno de ellos y no hacer plomiza esta narración que si bien no es muy original, porque ya se ha hecho anteriormente y con mayor maestría, no es menos cierto que resulta interesante y entretenida.
Manuela Moreno toca a través de la trama soledades, fracasos, abandonos, aventuras juveniles y amores imposibles que los actores tratan de salvar con sus actuaciones, entre ellos una Pilar López de Ayala que hacía tiempo que no aparecía en ninguna cinta española, ausente trabajando en América, que encabeza con fuerza la primera de las historias.
La dirección de actores es bastante acertada entre las que podríamos destacar la que hace Carmen Machi llena de sentimiento y comprensión o la ya citada Pilar López de Ayala con gran dramatismo al comienzo de este puzzle de relatos y no menos bien están los actores masculinos todos en general.
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