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CRITICA
Por: PACO CASADO
La comedia italiana tuvo sus buenos momentos hace décadas, con directores como Dino Risi, Pietro Germi, Mario Monicelli, Luigi Comencini, Ettore Scola y solían llegar a nuestras pantallas masivamente compitiendo con las nuestras ya que eran muy comerciales.
Últimamente quien se lleva ese palmarés suele ser el cine francés, que casi no hay semana que no nos llegue alguna con el sello de haber recaudado buenas cifras en sus taquillas.
Ahora nos viene 'Si Dios quiere' (2015) que ha sobrepasado los cuatro millones de euros de recaudación en su país, Italia.
El doctor Tommaso es un respetado cirujano cardiovascular de fama, algo déspota y hombre rico, de firmes creencias, ateo convencido y liberal, que odia a la iglesia, que cada vez tiene peor relación con su familia.
Está casado con Carla, ama de casa y madre de dos hijos, que fue una activista, a la que le da por beber ya que su marido la tiene prácticamente abandonada.
Uno de ellos es Andrea, un buen chico y brillante estudiante de medicina, el orgullo de su padre, que cree que está dispuesto a seguir sus pasos, ya que como buen italiano, la continuidad en la familia es muy importante para él.
Sin embargo Andrea tiene nuevos planes que revoluciona a la familia. El padre, que cree que su hijo es gay, se queda atónito cuando le dice que quiere dejar la carrera de Medicina para ser sacerdote.
Tommaso es incapaz de aceptarlo sin tomar cartas en el asunto, intenta saber los motivos para hacerle desistir y comienza una cruzada para rescatar a su hijo de las manos de la religión, pero tropieza con Don Pietro, el sacerdote que lo ha convencido, lo que le lleva a conocer a este cura muy especial.
Estamos ante una comedia discreta, con un planteamiento irregular, que nace de una idea no muy trillada, simpática, llena de tópicos, absolutamente divertida, que toma el camino fácil en un asunto que no tiene una respuesta sencilla, en la que hace una sátira sobre la sociedad italiana actual.
El guion, con diálogos graciosos y eficaces, confecciona una buena descripción de toda la familia. La decisión de Andrea motiva que los componentes de la misma se vean cómo son, entre otros, la madre es una mujer depresiva, alcohólica, Bianca es una chica muy superficial y Gianni, su marido, que se dedica a la venta de pisos, es algo corto de entendederas.
El guionista Edoardo Maria Falcone, que debuta en la dirección con este largometraje, cuenta la historia a buen ritmo, sin que en ningún momento decaiga el interés por parte del espectador que ríe con algunas de las cómicas situaciones que se plantean a lo largo de la trama, mientras otras son muy convencionales, sobre todo por el cambio que se produce en el protagonista al que se le coge en algunas mentiras y renuncias.
Destacan las interpretaciones del quinteto protagonista, encabezado por Marco Galiani y Alessandro Gassman que dan autenticidad y sinceridad a sus personajes.
Una historia muy modernizada, que destaca la importancia de la unidad familiar, que nos dice que para creer no hace falta tener un dios, sino creer en la bondad de la amistad que es lo que se crea entre el sacerdote y el cirujano anticlerical, con mal talante con todos, que acaba por convertirse en un ser humano. Historia de una vocación y una equivocación en la vida.
Premio del público en el Festival de Tokio. Nastri d'argento y David de Donatello al mejor director novel.
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