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CRITICA
Por: PACO CASADO
Resulta toda una paradoja que un atleta de color, marginado y víctima del racismo, fuera presentado por Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Berlín que al ganar cuatro medallas tiró por tierra la supremacía de la raza aria que pretendía resaltar Hitler, lo que supuso todo un desafío que le enfureció por ello y no quiso felicitarlo en público y al volver a Norteamérica, su país también le afeó el triunfo que había conseguido por ser negro, al no ser recibido por el Presidente Roosevelt en la Casa Blanca y hacerle entrar por la puerta de servicio del hotel Waldorf Astoria para asistir a su propio homenaje.
Drama deportivo basado en la increíble historia del mítico atleta de color Jesse Clevelan Owens que batió cuatro récords mundiales y ganó cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos de la Alemania nazi, en donde EE.UU. envió a 18 atletas negros que fulminaron a la raza aria, derrotando así a la máquina de propaganda de Adolf Hitler, que apartó a los atletas judíos un corrupto Comité olímpico, algo que ocultó la directora Leni Riefenstahl en su película documental 'Olympia' que recogía las Olimpiadas de Berlín de 1936, con la que se pretendía resaltar el fomento de la superioridad de la raza blanca ya muy presente en toda Alemania, una ideología que también estuvo vigente durante los juegos.
Este film, que narra su historia, ha contado con la colaboración de sus hijas Beverly y Marlene, que han conocido así algunos aspectos de la vida de su padre y lo difícil que fue para él que siempre cuidó y defendió a su familia como pudo, teniendo que luchar no únicamente contra sus adversarios sino también contra el racismo, ya que provenía de una familia de esclavos como lo fue su abuelo.
En su momento le pidieron que no participara en los Juegos Olímpicos en solidaridad con el oprimido pueblo alemán a manos de Hitler, pero él prefirió humillarlo siendo la figura más destacada de los mismos.
Los americanos le obligaban a sentarse en el último asiento del autobús, y era una vergüenza ver competir a un campeón olímpico contra un caballo para poder comer. Era un hombre muy espiritual y humanitario.
El guion pretende contar demasiadas cosas y tal vez se quede un tanto en lo superficial, pero ilustra perfectamente lo que ocurrió aunque no entre muy a fondo en los temas, como los valores del deporte, pero sí destaca en un momento determinado la solidaridad entre Owens y el alemán Luz Long, uno de los participantes, que fue medalla de plata.
Es un clásico drama de superación en la línea del género deportivo que destaca los valores de determinación, amistad y tolerancia que convirtieron a este hombre en una leyenda olímpica.
La dirección del jamaicano Stephen Hopkins, realizador de Los demonios de la noche (1996), Bajo sospecha (2000), que suele obtener un buen rendimiento de sus producciones, hace una aseada puesta en escena que cuenta con una perfecta ambientación de la época, a lo que contribuye una fotografía muy empastada de Peter Levy.
El problema es su larga duración, pero tiene algunos momentos épicos y otros emotivos que funcionan muy bien.
En el capítulo interpretativo está muy bien Stephan James en el papel de Jesse Owens y no es de extrañar que lo estén también dos grandes actores como son Jeremy Irons y William Hurt.
Igualmente llama la atención la importancia que se le da a la realizadora alemana Leni Riefenstahl de la que hace un buen trabajo la actriz Carice van Houten.
Ya se hizo anteriormente una serie de televisión sobre este atleta que hablaba del racismo contra los judíos en Alemania y de la raza negra en los EE.UU..
Esta biografía, que es como un documental ficcionado, resulta entretenida e interesante.
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