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CRITICA
Por: PACO CASADO
El tema de las armas de fuego en los Estados Unidos es un problema latente y de lamentable plena actualidad, ya que periódicamente alguien organiza una auténtica matanza dada la facilidad que hay para adquirirlas y después nos quejamos de las desgracias por caer en manos de quien no deberían estar, como ha ocurrido recientemente con la matanza de cinco policías a manos de un desalmado.
Esta película pone bien de manifiesto este problema y el tráfico que se tiene con ellas a través de la historia de Arnulfo Rubio, un joven mexicano que hace contrabando de armas para un cártel de su país en compañía de su amigo Carson.
El agente de la ATF Americana, Hank Harris, intenta detenerlo, pero es secuestrado por el propio Rubio, en su lugar, que trata de entregarlo al cártel demostrando así su valía.
Rubio lo lleva a sus jefes, pero durante el viaje de 600 millas, poco a poco llegan a convertirse en amigos.
Estamos ante la ópera prima del escritor y productor Gabriel Ripstein, hijo del famoso director mexicano Arturo Ripstein, que se encarga también del guion con la ayuda de Issa López, que fue presentada en la Sección Panorama del Festival de cine de Berlín.
Ripstein trata de darle a este thriller fronterizo un enfoque más realista en contra de la posible espectacularidad y el sensacionalismo que es habitual en los films americanos de acción de este género.
El tráfico en este caso fluye de norte a sur, es decir hacia México ya que es cerca, en la frontera americana, donde hay esa facilidad para comprar y traficar con las armas a pequeña escala que surte a los cárteles de la droga para mantener su ilegal negocio, así como la corrupción y la violencia que se extiende actualmente por el país azteca.
La primera parte de la cinta es casi un documental en la que se muestra la facilidad para comprar armas cualquier joven o incluso una feria de muestras de éstas donde también se adquieren con gran profusión de modelos y calibres.
Ya en la segunda mitad se centra en la relación que se establece entre el representante de la ATF, Hank Harris y Arnulfo, ya que su amigo Carson desaparece, tras ayudarle a la captura del agente, con el que llega a tener una amistad casi paterno-filial de ese hijo que el policía no puede tener.
Es curioso el comportamiento del joven mexicano, capaz de lo mejor y de lo peor, de mostrarse valiente ante el espejo, pero también de llorar o incluso de matar, mientras que actúa más pausado y templados los nervios el veterano agente Harris.
Llama la atención que a un joven se le pida la documentación para poder comprar un par de paquetes de tabaco y para adquirir armas firmar unos simples papeles.
Dadas las circunstancias en que se encuentran a lo largo de la trama, estos dos personajes están obligados a confiar el uno en el otro si quieren salvar sus vidas.
Ripstein utiliza mucho los planos fijos y largos en duración, a veces sin diálogos y sin complicarse mucho en los movimientos de cámara, en bastantes ocasiones bien llevada a mano, con un ritmo lento y sobria puesta en escena.
No utiliza música, tan sólo canciones incidentales y tiene una deficiencia de sonido ya que apenas se entienden los diálogos cuando son en mexicano.
Premio ópera prima en el Festival de Berlín. Premio Mezcal en el Festival de Guadalajara. Mejor actor (Kristyan Ferrer y Película en el Festival de Lima. Mejor actor Kristyan Ferrer en el Festival Meridian Pacific. Mejor director en el Festival de Tesalónica. Elegida por México para los Oscar.
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