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CRITICA
Por: PACO CASADO
Fernando Trueba vuelve a la comedia, su género favorito, con la que hace un homenaje a los grandes actores secundarios de nuestro cine.
Cuenta la historia de la gran estrella Macarena Granada, quien tras haber triunfado en Hollywood, casarse con un director y ganado un Oscar, vuelve a nuestro país para incorporarse, en el papel de Isabel la Católica, a uno de los increíbles rodajes que vinieron a filmar los americanos a España a partir de 1956, una vez terminado el bloqueo internacional a la dictadura franquista.
Al enterarse Blas Fontiveros, que no había vuelto desde que se fuera a dirigir 'La niña de tus ojos', 18 años atrás, y después de haber sido internado en el campo de concentración de Mauthausen, decide regresar y encontrarse con algunos de sus viejos amigos, actores y técnicos, que trabajaron con él en Alemania en el pasado en aquel rodaje. Su llegada desata una serie de hechos que condicionan la trama.
Trueba se reencuentra con los personajes de la ganadora de 7 Goyas, 'La niña de tus ojos' (1998) y cuenta un rodaje en nuestro cine, pero de camino habla de la solidaridad, del trabajo en equipo, de la justicia, de la amistad y la generosidad de la gente del cine en esta historia que sucede en mitad los años 50 pero va dirigida para espectadores de hoy.
Si en la citada producción hablaba de Hitler y de cómo se rodaban comedias folclóricas españolas en los estudios UFA de Berlín, ahora se sitúa en la mitad del siglo pasado recordando el cine de productores como Samuel Bronston, con películas como 'Orgullo y pasión' (1957), 'El Cid' (1961), '55 días en Pekín' (1963), 'La caída del imperio romano' (1964) y todas aquellas grandes producciones espectaculares que se hicieron en esos años en España, en este caso representada en unos americanos que realizan aquí un film sobre la figura de la Reina Isabel la Católica.
Sigue el mismo o parecido esquema de la anterior, ambas sobre una filmación aunque esta vez es más amarga y la comicidad tarda algo en aparecer y a veces de forma un tanto grosera, con una narrativa dubitativa, falta de una mayor fluidez.
Hay que tener en cuenta que está ambientada en la época más oscura de la dictadura franquista, recien producido el tremendo horror nazi, mientras que en EE.UU. el General MacCarthy ha emprendido su feroz caza de brujas contra los comunistas.
Tiene un tono con cierta nostalgia y con bastante autocomplacencia en los muchos guiños cinéfilos que posiblemente únicamente capten los más aficionados al séptimo arte.
En el aspecto interpretativo recupera a actores que hacía tiempo que no veíamos en la pantalla grande, caso de Cary Elves y Mandy Patinkin protagonistas de 'La princesa prometida' (1987) o Ana Belén, entre otros.
Incluye, como cosa curiosa, un NoDo en color y unas imágenes de Kirk Douglas en 'La pradera sin ley' (1955).
El guion está un tanto dilatado, es algo premioso, no tiene ritmo, ni diversión, está desordenado, parece un encargo, en el que se nota la ausencia de Rafael Azcona, rodado con desgana, con algún que otro tópico y clichés, mientras que el reparto coral de actores están todos muy bien.
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