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CRITICA
Por: PACO CASADO
Ang Lee es un director asiático que ha demostrado que es capaz de tocar todos los géneros y generalmente hacerlo bien, desde la comedia, al cine romántico, el western, las artes marciales, el drama, etc., no hay más que echarle un vistazo a su interesante filmografía. Ahora se mete en la sátira sociopolítica y el drama personal.
Billy Lynn está basada en la alabada novela superventas de Ben Fountain, que está narrada desde el punto de vista del soldado de ese nombre, de 19 años, que ha participado en el Escuadrón Bravo durante la guerra de Irak, haciendo un acto heroico por el que ha sido condecorado con la Estrella de Plata, y que junto al resto de los demás compañeros del pelotón, se convierte en un héroe tras una angustiosa batalla en la que lograron sobrevivir, que tuvo una amplia cobertura mediática.
A su regreso a los Estados Unidos, los soldados son considerados héroes, y exhibidos en una gira promocional debido a su coraje, que contrasta con los trágicos recuerdos que tiene Lynn.
Por medio de flash backs, durante el grandioso espectáculo y en el descanso del partido de fútbol americano del día de Acción de Gracias, la cinta va desvelando lo que realmente sucedió al escuadrón y muestra el claro contraste entre la dura realidad de la guerra y las percepciones de los americanos.
Es la historia de este joven soldado de Texas que combatió heroicamente en Irak y que un productor pretende, junto con los compañeros, hacer una película sobre ellos, pero escatima el precio a pagarles dándoles una miseria a lo que Billy les responde que es mejor no hacerla, que no se trata de una historia ficticia sino de sus propias vidas.
La mayor parte del metraje se centra en el partido de fútbol americano y el espectáculo en el que ellos tienen que estar presentes para ser homenajeados y avivar el sentimiento patriótico.
El film alterna el drama heroico con la comedia irónica que mira la guerra con mucho cinismo y distancia.
El aspecto bélico contrasta con el circo montado en el espectáculo de promoción y el comportamiento del público mientras los jóvenes héroes se sienten humillados y ofendidos en lugar de glorificados.
La crítica corre a cargo de Kathryn, la hermana de Billy, que ve la guerra con excepticismo y habla mal del ejército, ya que mientras los soldados mueren en el combate los empresarios ganan un buen dinero a su costa debido a la guerra y ninguna merece la pena si se pierde una sola vida y más si es la de su hermano.
Es una historia humana y antibelicista, que mantiene una tesis durante toda la trama con insertos breves de las acciones bélicas y abundancia de primeros planos de gran fuerza emocional.
Denuncia las situaciones de los soldados americanos que van a la guerra y a una sociedad hechizada por el patriotismo y la cultura del consumo en un retrato irónico de unos chicos que buscan en el ejército una salida económica, la mayoría latinos, negros o emigrantes.
La otra realidad es la angustia de estos jóvenes y de sus familias, que han quedado marcados de alguna manera, que tienen cicatrices físicas y morales.
Es interesante la psicología de los personajes que van a la guerra por motivos muy diversos, a Billy le obliga una concreta circunstancia de la vida, no porque quiera ir, y duda de si volver porque así se lo pide su hermana que se siente responsable de que fuera.
Desnuda el espíritu norteamericano y pone en evidencia que los jóvenes mueren en las guerras en el extranjero mientras en el país celebran los beneficios de la venta de armas.
Una vez más Ang Lee muestra su buen oficio al dirigir a los actores que están todos estupendos incluido Vin Diesel.
Mejor música y producción en los premios Hollywood. Premio Britani a Ang Lee.
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