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CRITICA
Por: PACO CASADO
Basado en la novela gráfica de igual título, publicada en 2006, del propio Alberto Vázquez, dirigida a un público tanto juvenil como adultos que retrata las relaciones humanas en un entorno desolador, oscuro, triste y surrealista.
Los dos protagonistas son Birdboy, un chico pájaro, aislado de todos, que ha perdido sus amistades y Dinky, una dulce ratita valiente e incomprendida, que se enfrentan a la pérdida de sus padres tras una terrible catástrofe ecológica.
Dinky quiere dejar la isla, contaminada, de la que es imposible salir y huir de su opresivo hogar católico en el que vive, y tras la bronca que le echan sus padres adoptivos por no ir al colegio, ni a misa y creen que toma drogas, decide escapar de ellos a los que odia. Intenta hacerlo en compañía de sus amigos Zorrito y Sara.
Entre tanto Birdboy sale de su nido y es buscado por una pareja de policías porque creen que trafica con drogas, como lo hacía su padre, al que dieron muerte.
Hay otro personaje, Chico Cerdo, que es traficante, cuya madre es drogadicta y quiere que le lleve su "medicina".
Dinky conoce a Birdboy. Ella va en busca del Tío Klaus para que le venda una barca con la que escapar, pero por su poco dinero tan sólo le da un pato hinchable...
El guion, que se deriva del corto 'Birdboy' (2011) que ya ganó el Goya en 2012, como ahora el largo, nos presenta a una serie de extraños personajes como el Sr. Reloggio, un despertador que cobra vida, un pato hinchable que habla, un niño Jesús que llora, etc. con lo que diversifica la historia de los dos personajes principales, insatisfechos con sus vidas, y la llena de metáforas difíciles de desentrañar que tan sólo sus autores sabrán qué es lo que han intentado decir con ellas, resultando algo confuso.
Está llevado a cabo con el mismo estilo gráfico minimalista del cómic original de este anticuento o fábula situada en un mundo fantástico paralelo a la sociedad actual, con personajes que no son los habituales de las películas infantiles con imágenes terribles de pesadillas que no son muy apropiadas para los pequeños espectadores a los que los personajes no les darían buen ejemplo con sus actitudes, por lo que no es de extrañar que su calificación sea la de mayores de 16 años.
Hay apuntes de cosas que ocurren en nuestra sociedad actual, como el racismo, el maltrato, el acoso escolar, la falta de creencia religiosa, el narcotráfico, la pobreza de personas que buscan en la basura, el desastre ecológico, el consumo de droga, la falta de expectativas laborales, el control familiar, el trato de aquellos que son distintos, la contaminación, la preocupación de la sociedad actual, la definición de la identidad o el deterioro de la naturaleza.
En el aspecto fílmico posee unos dibujos originales, de trazos simples, que se distancia grandemente de los habituales en esta clase de producciones animadas, con colores apastelados cuando no rojos fuertes o negros para denotar lo horroroso de algunas situaciones.
No caba duda que estos dos directores corrieron un gran riesgo con esta ópera prima al idear una historia tan diferente como original y obtusa.
Galardonada como mejor film de animación en los premios Goya 2016. Ha pasado por más de una veintena de festivales internacionales consiguiendo numerosos premios.
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