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CRITICA
Por: PACO CASADO
Desde que debutó en la dirección de un largometraje con la estupenda 'Sorgo rojo' (1987), Zhang Yimou, uno de los directores de la cinematografía china más interesantes e importantes, ha dado un gran número de títulos de calidad, como lo son la mayoría de la veintena que ha dirigido.
Sería largo citarlos a todos como muestra ya que pocos se podrían descartar como no logrados y casi todos hemos tenido la suerte de haberse visto en nuestras pantallas.
Pero el mejor escribano echa un borrón algún día y ese es el que ha producido el maestro Yimou al hacerse cargo de esta espectacular coproducción entre China y Estados Unidos para contar esta fantasía, la mayor superproducción rodada en China.
Lo más increíble es que para ello haya sido necesario reunir a seis personas para crear la historia y hacer el guion.
Se desarrolla en el Siglo XV, en China. Frente al muro, que alcanza una altura asombrosa, dos militares del ejército inglés, descubren que la edificación no sólo es para defenderse de los vecinos Mongoles, sino que vale también como barrera para resguardarse de una amenaza mayor, algo sobrenatural e inhumano que les ataca en grandes oleadas de forma salvaje, unos monstruos conocidos como Tao Tei.
Ellos son el mercenario inglés William Garin y el español Pedro Tovar, que luchan por ambición y por dinero, que se quedan atrapados en la gran muralla y han de tratar de salvar sus vidas.
Allí descubren el secreto motivo de su construcción: detener las bandadas de bestias depredadoras, sedientas de carne humana que sólo encuentran resistencia en esa inmensa barrera.
Es una película de acción fantástica sobre estos dos occidentales que viajan a China para conseguir la pólvora negra, el arma destructiva de la que han oído hablar.
Cuando llegan hasta la gran muralla son apresados por el ejército de la Orden de los sin nombre que están enfrentándose a esos monstruos sanguinarios que surgen cada sesenta años.
La ciencia ficción, la fantasía, la acción y las aventuras se alían en esta superproducción que gira en torno a la muralla más larga del mundo con una de las estructuras más emblemáticas del planeta de 8.000 kilómetros construida durante 1.700 años a lo largo de China.
Tiene un endeble guion, nefasto, tópico, que no desarrolla a los protagonistas, que está falto de profundidad.
Zhang Yimou filma espléndidamente, con los ejércitos divididos por colores resultando muy llamativos, con muchos efectos especiales, pero no pasa de ser un film de aventuras medievales mezcladas con el género fantástico, con una historia mínima prolongada a base de un combate tras otro, sin apenas intriga, ni emoción, que no derrocha inventiva, ni originalidad y con algunas incongruencias.
Tuvo problemas de montaje y se ha retrasado su estreno desde que se terminó su rodaje. Lástima de millones (150) gastados en lucir la producción para algo tan inane.
La actuación de Matt Damon como de Willem Dafoe y del chileno Pedro Pascal es meramente mecánica. La representante del roll de la mujer, como es habitual en el cine Yimou, lo asume en esta ocasión Tian Jing en el papel de la comandante Lin Mae.
Es la típica cinta chicle, de usar y tirar, se ve y se olvida, impropia de un cineasta de su categoría.
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