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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hay directores que abordan su ópera prima con cierta humildad, como no queriendo molestar, con una historia más o menos personal o extraída de su propia experiencia, mientras que otros optan por todo lo contrario, con arriesgar y como queriendo renovar las leyes del cine.
En este sentido ésta nos recuerda en algunos momentos a las basadas en un supuesto material encontrado.
'Ira' nos cuenta la historia de Iker Vélez, un periodista de pocos escrúpulos que decide cambiar el rumbo de su documental para filmar la preparación y ejecución de un asesinato, llevado a cabo por César Mayo, que es el padre de un hijo que ha sido la víctima, que está decidido a matar al asesino, que ha salido indemne por falta de pruebas y quedó en libertad, para vengarse y tomarse la justicia por su propia mano al margen de la ley.
De esa forma mostrará no sólo cómo va a matar al asesino de su hijo, sino también demostrar lo imperfecto del sistema judicial y cómo evitar ir a prisión.
Es un falso documental que se transforma en un thriller que plantea una pregunta muy clara al espectador y es si se pondría en el lugar del protagonista.
Aborda temas universales y controvertidos como la justicia y la pena de muerte en el mundo con testimonios de distintos abogados, criminólogos, asesinos, familiares de las víctimas, que ha rodado en España, Estados Unidos, Suecia, México, Holanda, Japón y Cuba.
Trata de la Ley del Talión como forma de entender la justicia que a día de hoy se sigue aplicando en algunos países del mundo.
El protagonista comienza su documental, que ocupa los quince primeros minutos de la proyección, entrevistando a gente por todo el mundo acerca de la manera de ejecutar la justicia y termina haciendo una película que tiene mucho que ver con la Ley del Talión, que es donde entra el tema de ficción propiamente dicho.
El film llama la atención e incluso interesa en algunos momentos, tanto en la primera parte por lo que dicen aquellos a los que se les pide su opinión, como posteriormente en el planeamiento del asesinato, aunque esta parte tenga más de convencionalismo y repetición de algunas escenas y otras que interesan menos que parecen de puro relleno para alcanzar la longitud standard de un largometraje.
Tiene muchos fragmentos en negro en los que tan sólo da paso al sonido, mientras que en otros pixela la cara de aquellos a los que, se supone, no interesa se conozca su identidad, siguiendo con el juego ficcional, con mucha cámara al hombro lo que pesa en el ánimo del espectador.
Es el primer largometraje de este director, Jota Aronak, formado en la publicidad y el video musical, que es un producto bastante arriesgado por lo que cuenta y por cómo lo hace, que mezcla ficción y realidad que nos plantea el tema de la justicia, la venganza y el perdón, con un efectista y sorpresivo final.
El guion da vueltas sobre si mismo, con los tics propios de un documental justificados o no para dar realismo donde únicamente hay violencia y venganza.
Es pues, una apuesta distinta y novedosa, en la que se habla de si la justicia es justa o no y de la capacidad de gente que cuando creen que no lo es intenta tomársela por su propia mano.
La imagen que da el actor que trata llevar a cabo el crimen es más la de un demente que de una persona inteligente capaz de hacerlo.
Premio ópera prima en el Festival de Toulouse 2016. Participó en la Seminci, Nueva York, Mar del Plata, la India.
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