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CRITICA
Por: PACO CASADO
En otra época el cine italiano solía hacer películas compuestas a base de pequeños cortos sin más hilazón que un mismo tema frecuentemente.
En esta ocasión el cine francés lo utiliza para contar tres historias que, más o menos, están relacionadas entre sí, ya que sus protagonistas viven en la misma comunidad de vecinos de un bloque de viviendas sociales en las afueras de una gran ciudad, en la que en una reunión comunal, al inicio de la misma, se propone cambiar el ascensor y todos votan a favor menos Sterkowitz, el tacaño solitario vecino del primero que se niega a pagar porque él no lo usa.
Poco después se queda paralítico en silla de ruedas y ha de utilizarlo a escondidas de noche cuando ninguno lo vea, y en sus salidas termina enamorándose de una enfermera.
Otra de las historias es la amistad que se establece entre Jeanne Meyer, una veterana actriz en crisis que se acaba de mudar al edificio, con Charly, su joven vecino de enfrente que le pide ver alguno de sus films (se usa un fragmento de 'La encajera' (1977), de Claude Goreta).
Y la tercera es la de John McKenzie, un astronauta americano cuya cápsula cae en la azotea del edificio y se refugia en el piso de la señora Hamida, una inmigrante argelina que le da acogida, cuyo hijo está en la cárcel, mientras espera a ser recogido por la NASA para enviarlo a su casa.
El guion está basado en la adaptación de la novela Crónicas del asfalto, publicada en 2005, original del propio director, con rasgos autobiográficos contados a través de las historias que vivió en su barrio del extrarradio, lo que ha hecho en cinco volúmenes.
Samuel Benchetrit, director de la cinta, que se ha encargado de escribirlo en colaboración con Gabor Rassov su guionista habitual, debutó con 'Janis y John' (2004) que realizó a raíz de la muerte de su esposa Marie Trintignant, que pudimos ver en nuestro país, a la que siguieron tres títulos más inéditos en España.
Es una comedia entretenida en la que nunca se provoca la carcajada, pero se ve con una sonrisa en muchos momentos del metraje de la misma en la que se incluyen algunos nombres del cine galo tan conocidos como Isabelle Huppert o la italiana Valeria Bruni Tedeschi en el papel de una enfermera del turno de noche que entabla amistad con el solitario Sterkowitz, cuando sale a escondidas, para la que se hace pasar por reportero de National Geografic, porque acaba de ver en la televisión 'Los puentes de Madison' (1995), y es lo primero que se le ocurre.
Todas estas historias y sus protagonistas tienen en común el hecho de la solidaridad y del aislamiento en el que viven en la más triste soledad, ya que ninguno tiene compañía en sus respectivos apartamentos, aunque alguno de ellos intentará buscar pareja.
La dirección pone unas gotas de suspense en un ruido que suena durante la trama que nadie sabe explicar a qué se debe.
En esta ocasión resulta más apropiado el título que se le ha dado en España que el original de Asphalte al que no le encontramos mucho significado.
Quinta película de Samuel Benchetrit, que participó fuera de concurso en el Festival de cine de Cannes 2015, que hace una comedia con pinceladas de drama, entretenida, con una dirección que no se complica la vida y unos actores que cumplen bien con sus cometidos.
Nominada a los César al mejor guion adaptado 2016.
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