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CRITICA
Por: PACO CASADO
Willie, Joe y Albert son tres amigos de toda la vida, compañeros de trabajo en la misma empresa, maduros y jubilados, pero capaces de arriesgarlo todo para atracar el banco que se quedó con el dinero de sus fondos de pensiones como consecuencia de una crisis de su empresa. Aunque con ello cometen un delito no están más que tomándose la justicia por su mano.
Es un remake de la película de igual título 'Going in style' (1979) que dirigió Martin Brest, con Lee Strasberg, Art Carney, George Burns, que en este caso incorporan Morgan Freeman, Michael Caine y Alan Arkin, con algunas variantes con respecto a la anterior, ya que en ésta se han eliminado las consecuencias y se ha introducido una historia de amor en la tercera edad.
Reaparece junto a ellos una espléndida y todavía guapa Ann-Margret, a pesar del paso de los años, que es de lo mejor de este film y también Matt Dillon ambos en papeles secundarios dentro del reparto.
Aunque el guion se basa en el original de 1979 está puesto al día y antes la crisis actual que asola a muchas empresas le hace estar más de plena actualidad con los problemas económicos de hoy con las hipotecas que hacen perder las casas como le puede suceder a Joe (Michael Caine) en este caso o los padres que deben mantener a esos hijos que han vuelto al hogar debido al divorcio o por no encontrar trabajo.
Es una comedia simpática con tres veteranos jubilados a los que como la empresa decidió cerrar les dejan sin cobrar sus escasas pensiones, lo que agudiza su precaria economía doméstica para pagar las facturas, además de que el banco les roba continuamente y por ello deciden atracarlo.
Con la crisis económica y las injusticias sociales como fondo con los colectivos más vulnerables, sin embargo tiene momentos divertidos ante el desconocimiento y el desconcierto de lo que van a hacer los tres protagonistas metidos a ladrones.
Es una cinta que se ve con simpatía, cuyo argumento no es creíble para nada en absoluto, pero que hace que sonriamos durante la hora y media aproximadamente que dura su ajustado metraje.
Por otra parte hay que decir que ante estos grandes y veteranos actores, aunque actuaran sin guion, sin texto, únicamente con salir en pantalla e improvisaran, ya acapararían la atención de los espectadores directamente.
Están todos muy bien, no en vano los tres tienen su correspondiente Oscar ganado en interpretaciones anteriores, e incluso uno de ellos, en el caso de Michael Caine, por partida doble.
Junto a estos gigantes de la actuación está Ann-Margret, que tampoco se queda atrás, ya que también estuvo nominada al Oscar en dos ocasiones.
Se trata de una comedia simpática, bienintencionada, con la que se pasa bien, ya que es distraída y no engaña a nadie, puesto que a pesar de que es previsible en todo momento, siempre guarda un cierto suspense por saber cómo terminará la increíble historia.
El encargado de llevarla a cabo es el actor pasado a la realización Zach Braff, director de 'Algo en común' (2003) con la que debutó en el largometraje y 'Ojalá estuviera aquí' (2014), segundo título de su filmografía y con 'Un golpe con estilo' (2016) hace el tercero, en el que mantiene el ritmo de manera un poco lenta, aunque dada la edad de los protagonistas tal vez sea adecuado el no someterlos a demasiadas carreras y con algún que otro momento emotivo que demuestra lo arraigado de su amistad y la solidaridad que existe entre ellos.
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