Título: | GENTLEMEN BRONCOS | |
Tit. Orig.: |
GENTLEMEN BRONCOS | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2009 | |
Dirección: | JARED HESS | |
Guión: | JARED HESS | |
Fotografía: | MUNN POWELL | |
Música | DAVID WINGO | |
Interpretes: | MICHAEL ANGARANO, JENNIFER COOLIDGE, SAM ROCKWELL, JEMAINE CLEMENT, HALLEY FEIFFER, HÉCTOR JIMÉNEZ, MIKE WHITE, JOHN BAKER, ROBIN BAILLARD, STEVE BERG y KRISTIE CONWAY | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORS DE 7 AÑOS | |
Duración: | 88 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Muchas veces protestamos cuando vemos una mala cinta española, pero al fin y al cabo es nuestro cine. A lo que no hay derecho es a que se importen tan malas películas como esta, ya que a los americanos debería darles vergüenza exportar un producto así más allá de sus fronteras. Lo lamentable es que además obliguen a los exhibidores a ponerlo en una sala de cine.
Benjamín Purvis es un quinceañero que se presenta a un cursillo para escritores jóvenes impartido por Ronald Chevalier, el novelista de ciencia ficción que es su ídolo, quien termina copiándole su novela y unos colegas haciendo una cutre película sobre la misma, engañándole con un cheque por sus derechos a cobrar dentro de un año. El escritor triunfa con la novela y el film fracasa.
Estas breves líneas argumentales son una obra maestra de la literatura al lado del guión de esta cinta, si es que lo tiene, porque no hemos visto mayor desastre en una pantalla desde hace mucho tiempo, exactamente desde 2004 en que debutó el inefable Jared Hess con su "Napoleón Dynamite" y que reincidió con el segundo título de su filmografía, "Super Nacho" (2006), otro desastre de igual tamaño, que vuelve a repetir de nuevo con este tercero, que va más allá si cabe.
Una película casposa, delirante, de personajes asquerosos, escatológicos por demás, cuya realización está a su mismo nivel, desvaída, tan amateur que parece filmada con una cámara doméstica y efectos especiales hechos por aficionados, con un argumento tan absurdo y surrealista como inexistente.
El resultado no puede ser más cutre desde que empieza hasta su finalización que uno desea se termine pronto ante tamaño martirio.
Los films que hacía Ed Wood al lado de este cochambroso engendro, que no hace más que acumular rarezas y disparates inclasificables, falto de ritmo, sin la más mínima gracia, eran maravillosa obras de arte a su lado.
Parece que su propósito no es otro que aburrir.
Les recomendamos que no pasen ni por la puerta del cine, no les vaya a dar la tentación de entrar por curiosidad, ya que lamentarán haberse gastado el dinero.