Título: |
NADIE SABE NADA DE GATOS PERSAS |
Título original: |
KASÍ AZ GORBE HAYE IRANI KHABAR NADAREH |
Nacionalidad: |
IRÁN de 2009 |
Dirección: | BAHMAN GHOBADI |
Guión: | BAHMAN GHOBADI, ROXANA SABERI y HOSEIN M. ABKENAR |
Fotografía: |
TURAJ MANSURI |
Música: |
MAHDYAR AGHAJAMI y ASH KOOSHA |
Interpretes: |
HAMED BEHDAD, ASHKAN KOSHANEJAD, NEGAR SHAGHAGHI, HAMED SEYYED JAVADI y HINCHKAS |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS |
Duración: |
103 MINUTOS |
Por PACO CASADO
El cine iraní, como el de otros países similares, es casi clandestino, como lo es también la música y la cultura en general debido a los regímenes dictatoriales y castradores de los ayatolás, por lo que difícilmente llega a nuestras pantallas comerciales y si lo hace es en pequeñas dosis y de forma minimalista. Su interés está más en la denuncia y la reivindicación que hace en sus argumentos que en la calidad cinematográfica del mismo.
La música rock indie está prohibida en Teherán y el director de Las tortugas también vuelan (2004), Bahman Ghobadi, aficionado a poner nombres extraños a sus películas, que nada tienen que ver con sus contenidos, lo hace simplemente para llamar la atención, ha filmado un docudrama o semidocumental sobre este tema. La realización de este film le ha costado tener que huir del país.
Fue rodado en la clandestinidad, en tan solo 17 días, a escondidas de la policía, reivindicando el derecho a vivir en libertad en una ciudad en la que está prohibido hasta llevar un perro por la calle aunque vaya en coche o que las mujeres canten.
La idea se le ocurrió al conocer a una pareja de músicos que querían obtener un permiso y un pasaporte para dar un concierto en Londres y son esos mismos los protagonistas que representan esta historia casi real de su propio problema.
Todo el metraje se pasa en conseguir esos documentos y buscar los músicos necesarios para formar el grupo, a los que con frecuencia han de oír en sótanos o alejados de la ciudad donde no sean denunciados, como por ejemplo en un establo entre vacas. Con cada audición el realizador monta un videoclip sobre la canción con imágenes diversas. Hay más de 3000 grupos juveniles underground en Irán que no pueden ensayar, grabar o dar sus conciertos, porque el rock es impuro al producir alegría y gozo.
En el guión resulta poco creíble la pareja protagonista que parece que son pudientes y no tener dificultad para obtener dinero y sobornar a quien haga falta, y la resolución final de la cinta no creemos sea la más coherente a pesar de que diseña la miseria y el dolor del subdesarrollo cultural y económico de un país primitivo, atrasado, con una cultura urbana amordazada por la censura y una juventud a la que no se le permite expresar sus ideas en libertad.
La película está claramente hecha de cara a occidente, con cámara a mano, poco presupuesto y con urgencia en sus imágenes debido a ser rodada a escondidas, sin permiso, pero huele a artificial con más buena intención que logro final.