Título: |
CÓMO CELEBRÉ EL FIN DEL MUNDO |
Título original: |
CUM MI-AM PETRECUT SFARSITUL LUMII |
Nacionalidad: |
RUMANIA, FRANCIA de 2006 |
Dirección: | CATALIN MITULESCU |
Guión: | ANDREA VALCAN y CATALIN MITULESCU |
Fotografía: |
MARIUS PANDURU |
Música: |
ALEXANDER BALANESCU |
Interpretes: |
DOROTHEEA PETRE, TIMOTEI DUMA, IONUT BECHERU, MARIUS STAN, CRISTIAN VARARU y MARIAN STOICA |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS |
Duración: |
106 MINUTOS |
Por PACO CASADO
La última referencia que tenemos del cine rumano fue la presencia en nuestras carteleras de la interesante cinta '4 meses, 3 semanas y dos días' (2007), dirigida por Cristian Mungiu, que cosechó la Palma de oro en el Festival de Cannes, el Premio Fipresci en San Sebastián y los premios del cine europeos a la mejor película y mejor director, que trataba de forma dura el tema del aborto, castigado como delito con la cárcel o considerado un crimen si pasa los cuatro meses de gestación.
Ahora nos llega este nuevo film rumano que se sitúa como aquel en el último año de la dictadura de Nicolae Ceaucescu, con la historia de Eva, una joven rebelde de 17 años, que tras romper un busto del dictador, y no disculparse, es enviada a un correccional, donde conocerá a Andrei, el hijo de un disidente, que quiere huir del país atravesando el Danubio a nado.
Por otra parte transcurren los juegos infantiles de su hermano Lalalilu, de 7 años, que trata de idear un complot para derrocar al régimen comunista cuya opresión ha marcado sus vidas, y que ha impedido la relación de su hermana con Alex, el hijo de un jefe del partido.
Esta es la ópera prima de Catalin Mitulescu con la que debuta en el largometraje tras ganar la palma de oro en el Festival de Cannes 2004 con su cortometraje Trafic.
Confiesa que al escribir el guión echó mano de sus propios recuerdos infantiles, ya que tenía la misma edad de Eva, la protagonista femenina de su cinta, cuando cayó el régimen comunista, aunque ha añadido a la cruda realidad la ficción de la imaginación de un niño, el hermano de Eva, y lo que eran sus propios deseos.
A la hora de la puesta en escena usa los tonos grises propios de la época en contraste con otros más alegres que significan la esperanza de la juventud que añoraba el cambio, la llegada del primer amor y el despertar sexual, tan reprimido en aquellos momentos del régimen comunista.
La película tiene buenos deseos y mejores intenciones que logros al no profundizar demasiado en los importantes temas de que trata a pesar de haber ganado en el Festival de Cannes 2006 el Premio a la mejor actriz para Dorotheea Petre en el papel de Eva en la sección Una cierta mirada y en el Festival Valladolid 2006 el de Mejor director.