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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el comienzo de esta película se nos advierte que está basada en uno de los archivos policiales de casos nunca resueltos y las declaraciones que finalmente hizo el inspector que lo investigó, ocurrido en los años noventa en un barrio de la capital de España, que causó un gran impacto en los medios de comunicación, que fue conocido como el Expediente Vallecas, uno de los fenómenos paranormales más célebres en la historia de la parasicología española.
El cine de terror, tanto el americano como el español, se basan en esos casos de hechos sin explicación normal aparente que se clasifican como paranormales y en los que al parecer intervienen las fuerzas del mal ocasionando muertes o sucesos físicos atribuidos a seres procedentes del más allá en contacto con familiares o conocidos cuando es provocada su presencia a través de médiums o del juego de la Ouija.
Madrid, junio de 1991. Verónica es una chica adolescente de 15 años, la mayor de cuatro hermanos que se ve obligada de cuidar de los tres restantes, las gemelas Lucía e Irene y el más pequeño, Antoñito, a la muerte del padre, mientras su madre trabaja en el bar para poder mantener a la familia.
Un día en compañía de sus amigas de clase, Rosa y Diana, durante un eclipse solar, mientras sus compañeros de clase están viendo el fenómeno, solas en el sótano del colegio de monjas, deciden ponerse en contacto con el padre fallecido recientemente a través de la Ouija, lo que ocasiona que Verónica pierda el conocimiento, hecho que oculta a su madre y mientras tanto comienzan a producirse fenómenos paranormales que le aterran tanto a ella como a sus hermanos, teniendo que buscar asesoramiento en la Hermana Narcisa, a la que lo chicos del colegio llaman la "hermana muerte", que es ciega y de un aspecto bastante macabro.
A partir de ese momento la vida de Verónica cambia y se convierte en una auténtica pesadilla.
Esto no es más que el comienzo de este film terrorífico que está encaminado, como casi todos los de su género, a provocar el miedo y terror en los espectadores, sobre todo si son jóvenes que suelen disfrutar gritando o tomándoselo a broma.
Para ello se aprovechan las pesadillas, sueños, presencia de espectros o fantasmas, hechos inexplicables, alucinaciones y horribles visiones que afectan a todos los miembros jóvenes de la familia, aprovechando los efectos especiales, los golpes y efectos musicales demasiado utilizados en este género lo que se llega a hacer reiterativo.
A pesar de que se nos diga que esos hechos sucedieron, nos cuesta mucho creer que tuvieran lugar de la forma en que se nos muestra en esta alucinante historia.
Está correctamente realizada por un especialista en el género como el valenciano Paco Plaza, que debutó como director con 'El segundo nombre' (2002), al que siguieron entre otros 'Romasanta, la caza de la bestia' (2004). Pero fue la saga '[Rec]' (2007, 2009, 2012) la que le haría cruzar nuestras fronteras.
Aquí cambia el terror de muertos vivientes por el de posesiones demoníacas en uno de sus títulos más ambiciosos y conseguidos.
Uno de los mejores logros de esta cinta, que no difiere mucho de otras muchas de su clase, ni de las millonarias producciones americanas, es el descubrimiento de una joven actriz como Sandra Escacena y el bien elegido elenco de los actores más jóvenes que se comportan de forma extraordinaria para ser una película de terror.
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