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CRITICA
Por: PACO CASADO
El personaje de Lucky Luke fue ideado por Morris, nombre artístico de Maurice de Beveré, y después en 1955 el creador de Asterix, René Goscinny aportó los cuatro hermanos Dalton, haciéndose un hueco entre los tebeos más populares de aquellos años.
En 1971 los propios autores, con la ayuda en la dirección de Pierre Tchernia, los dibujaron para el cine en la película 'Lucky Luke, el intrépido' (1971), consiguiendo un film bastante aceptable y muy divertido para chicos y mayores.
En la década de los 90 llegó la primera encarnación del héroe en carne y hueso en la figura de Terence Hill, pero esta vez en una serie para la televisión.
Ahora de nuevo cine con actores, pero esta vez para el cine y en homenaje a sus autores, llegan las aventuras de estos personajes, aunque en esta ocasión el protagonismo corresponde a los malos, Los Dalton, ya que Lucky Luke apenas aparece tres veces en pantalla.
Por cierto, la caracterización que hace de Lucky Luke el alemán Til Schweiger es de lo más parecido al de los dibujos y es lo único salvable de la cinta.
Los Dalton se proponen asaltar un banco para complacer a su madre ya que de lo contrario los echará de casa (alusión a la juventud de hoy día), pero fracasan una vez más y van a parar a un penal donde conocen a un mexicano que habla de un sombrero mágico que hace invencible a quien lo lleva y acaban robándolo.
Desconocemos el primer largometraje que hizo Philippe Haïm, pero lo que es por este segundo no pasará a la historia del cine.
Pocas veces hemos visto una película pretendidamente cómica con personajes más patosos, con un guion tan malo y unos cómicos tan indecentes como los franceses Eric Judor y Ramzy Bedia, autores también del libreto, que al parecer son muy populares en su país pero a los que no les encontramos la gracia por ningún lado.
Y una vez más el doblaje hace referencia a programas televisivos o a la actualidad y aporta algún gag.
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