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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el constante afán de las distribuidoras españolas por buscar películas infantiles y a ser posible de animación, nos llega ahora este producto desde México, 'La isla de los monstruos' (2017).
Un niño llamado Lucas que vive solo con su padre Frank, ya que su madre murió siendo él un bebé, tras descubrir durante la noche de Halloween que no es humano sino que es un monstruo, sufre su primera transformación en el instituto delante de los niños más populares.
Ante esta situación culpa a su padre de no haberle informado durante años, para protegerle, acerca de su naturaleza y huye de su casa enfadado emprendiendo un viaje fantástico en busca de la isla de los monstruos donde vive el resto de su familia y también de hallar sus raíces, encontrándose con todo tipo de increíbles criaturas en una aventura cargada de situaciones que escaparán a su control.
Finalmente acabará comprendiendo que su naturaleza monstruosa no es más que el hecho de pertenecer a un grupo racial diferente y que debe estar orgulloso de su familia.
El protagonista es un chico bastante débil que es acosado por algunos compañeros más fuertes que él en el colegio hasta que descubre su naturaleza monstruosa al deja de aspirar un inhalador que le mantiene con aspecto humano.
El film aborda temas como los cambios de la pubertad, el acoso escolar o la excesiva protección paterna.
El guion, al que le falta imaginación para crear un mundo de fantasía, y le sobra redundancia en algunas acciones, nos ofrece una historia que resulta algo complicada para el público infantil al que va dirigida esta producción, con elemento melodramáticos, que trata de imitar a las de este género venidas de Hollywood.
Se agradece que no abuse de su metraje, algo que era uno de los aciertos de las cintas de Disney, que no cansaban a los más pequeños, costumbre que se ha ido perdiendo en el cine moderno que se hace en la actualidad donde se filman películas infantiles demasiado largas.
Esta al menos no tiene ese defecto aunque sí otros que sería prolijo enumerar aquí.
Ciertamente el film no dispone de un gran presupuesto para poder obtener una mayor calidad de producción, pero en lo que no hay excusa es que la imaginación no tiene precio.
A pesar de que la industria del cine mexicano no tiene muy desarrollada la producción de animación la cinta hace un discreto diseño de personajes y cuida los colores para distinguir los buenos de los que tienen tendencia al mal.
Hay que reconocerle no obstante a Leopoldo Aguilar, que debutó con 'El secreto del medallón de jade' (2012), que hace con este su segundo largometraje, la buena voluntad y el empeño empleado en sacarlo adelante.
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