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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras participar en el Festival de cine de Barcelona, Sant Jordi, llega a las carteleras 'Una bolsa de canicas (2017)'.
La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, están presentes en esta cinta que supone una nueva y ambiciosa adaptación del best seller homónimo autobiográfico del autor francés Joseph Joffo, publicado en 1973, que narra la huida de dos hermanos judíos a través de una Francia fragmentada durante la ocupación alemana en pleno conflicto bélico.
Plasma muy bien cómo la vida se puede transformar en un cruel periplo de idas y venidas en un duro aprendizaje que hace madurar y avivar el ingenio cuando las situaciones se hacen extremas y terribles.
Esta familia de judíos, dueños de una peluquería en París, decide que va siendo hora de salir de allí.
Joseph es el hijo pequeño y como no deben viajar todos juntos se marchará solo con su hermano mayor Maurice, con la misión de salir del territorio controlado por los alemanes sin que nadie se entere de su partida y de su verdadera religión.
Deben así salvarse y evitar su deportación a un campo de concentración.
Haciendo uso de su gran astucia, coraje e ingenio, intentarán sortear a los soldados alemanes para llegar a la zona libre del sur de Francia y reunirse con los suyos.
La historia llena de esperanza que se nos cuenta aquí ha sido tratada por decenas de películas, pero el veterano director canadiense Christian Duguay, responsable de títulos como 'Asesinos cibernéticos' (1995) o 'Caza al terrorista' (1997), centra la atención únicamente en los dos niños protagonistas debutantes, Batyste Fleurial (Maurice) y Dorian Le Clech (Joseph), que hacen un trabajo impresionante, aunque el guion les ponga en sus bocas diálogos no propios de su edad. A su lado una cálida interpretación de Patrick Bruel en el papel del padre y la breve intervención de Christian Clavier en un papel distinto muy serio.
El film tiene una buena factura y mezcla la belleza del paisaje a través de cuidados encuadres con el miedo y el terror que supone este viaje que nos muestra la historia con facetas poco exploradas del conflicto, como los colaboracionistas, esos franceses que acogieron a los alemanes con los brazos abiertos y que terminaron siendo represaliados al acabar la guerra.
Esos detalles no son más que unas notas en una historia que conmueve algunos aspectos emocionales.
Es una cinta correcta y emotiva con momentos interesantes como la relación que se establece entre los dos hermanos a los que siempre hay alguien que les ayuda, con el suspense de poder perder la vida en varias ocasiones.
Aunque es una historia ya vista, la originalidad es que los niños viajan solos en esta ocasión.
La novela, narrada desde el punto de vista de Joseph, fue todo un éxito editorial en los años setenta en Francia, y se tradujo a dieciocho idiomas y en ella se ponen de manifiesto el racismo, el amor a la familia, la relación paternofilial, el cariño entre hermanos, la valentía, la solidaridad, el miedo, el perdón, la discriminación y los problemas que ocasiona el conflicto bélico.
Anteriormente hubo otra versión fílmica de este mismo texto literario exhibido con el título de 'Un saco de canicas' (1975) dirigido por Jacques Doillon, interpretado por Richard Constantini y Paul-Eric Shulmann en los papeles de los dos hermanos, siendo ésta más realista.
En los créditos finales podemos ver a los dos protagonistas cómo son en la actualidad ya de adultos.
Premio del público en el Festival de Filadelfia. Premio Educacine en el Festival Sant Jordi de Barcelona.
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