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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una comedia dramática sobre la crisis de Brad Sloan, un hombre de mediana edad, que vive en Sacramento, amante de su familia, que ronda los cincuenta años, y no tiene claro si ha encontrado su lugar en el mundo, porque no hace más que compararse con los demás y con el éxito que cree que tienen, que se siente frustrado cuando piensa que todos sus amigos de juventud son ricos y famosos y él es simplemente un trabajador en proyectos benéficos de una ONG, que no tiene dinero, mientras que esos otros compañeros de estudios son directores de Hollywood, actores, escritores, hombres de negocios, que ganan mucho, y él está en crisis de la mediana edad lo que le desencadena un problema de falta de confianza cuando le asaltan los fantasmas del pasado.
Cuando su hijo adolescente Troy tiene que empezar sus estudios universitarios, emprende un viaje con él a Boston para encontrarle una universidad, ya que el chico quiere ser músico y al parecer tiene un gran talento para ello, según le ha recomendado su mentor.
El problema surge cuando se equivocan de día para hacer la entrevista y no le dan una nueva cita porque se supone que ha renunciado a ello y el padre ha de recurrir a uno de sus amigos que es profesor para que lo enchufe.
Es una película agridulce que tiene poco de comedia, a pesar de la presencia de un actor que suele ser de ese género como es el caso de Ben Stiller que esta vez nos sorprende con un papel muy serio, cosa no habitual en él, que reflexiona sobre lo que esperamos de esta vida y lo que por fin logramos a veces.
El film está casi todo narrado con voz en off en donde se nos ofrecen lo pensamientos que Brad se hace constantemente a lo largo de esta historia en la que se critica a la sociedad del éxito y los valores que ésta pone en cuestión.
El protagonista está muy bien descrito desde el guion, ya que es un padre que está celoso hasta de su propio hijo, y le entran dudas de que el posible éxito de Troy aumente su fracaso en la vida, y cree que debe hacerse un nuevo planteamiento de su existencia.
Tiene unos encuentros muy emotivos con su retoño, que incorpora un acertado Austin Abrahams que comparte el protagonismo con Ben Stiller.
Conforme avanza la narración va descubriendo que no es oro todo lo que reluce, que sus antiguos compañeros, con los que en principio se compara, no son tan brillantes, ni tan felices, que tienen problemas, como todo el mundo, mientras que los suyos son pequeños en comparación con los de ellos y que es más feliz a pesar de sus circunstancias.
El contraste con el hijo es total y con Ananya, una amiga del chico, que le hace preguntas sobre una tesis que ella está haciendo acerca de las organizaciones sin beneficio económico en las que él es un experto que puede ilustrarla perfectamente y ésta le hace ver que hay personas que con dos dólares al día son felices y no tiene por qué compararse con sus antiguos compañeros.
El guion hace preguntas acerca de en qué consiste el triunfo, dónde está la felicidad o el fracaso y si hay que resignarse ante ello.
Decía un amigo personal que si a los 40 años no estás situado en la vida poco menos que eres un fracasado, esta es una afirmación que no siempre se cumple.
Es una obra madura de Mike White (48 años), el guionista de cintas como 'Orange County' (2002), 'The Good Girl' (2002), 'Escuela de Rock' (2003), del que no esperábamos mucho, que hace con éste su segundo título como director en el que realiza una muy precisa autocrítica en la que se agradece la honestidad y la sinceridad, en la que en el fondo lo único que intenta decir es que valoremos las cosas que son realmente importantes en la vida.
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