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CRITICA
Por: PACO CASADO
Después de ser presentada en el Festival de cine de Berlín, llega a las pantallas españolas la última obra del malagueño Ramón Salazar tras ofrecernos en 2002 su estupenda ópera prima Piedras, también en la Berlinale, a la que acudió esta vez con su nueva película 'La enfermedad del domingo' (2018), drama de corte materno filial, con el reencuentro entre Anabel y su hija Chiara, muchos años después de que la primera la abandonara.
Anabel dejó a su marido y a su hija Chiara cuando ésta tenía ocho años. Ahora que tiene 35 años y en todo ese tiempo sin verla, regresa con una extraña y única petición para su madre: le pide que pasen diez días juntas, solas en su casa, lejos de su actual ambiente, en los que ambas habrán de enfrentarse a los fantasmas del pasado y tal vez compensar el tiempo perdido.
Anabel ve en ese viaje la oportunidad de recuperar a su hija, pero no sabe que Chiara tiene un propósito oculto y que tendrá que enfrentarse a la decisión más importante de su vida.
Ahora Anabel está casada con un rico empresario, lo que influye en su conducta y su forma de comportarse.
Es un demoledor drama familiar con algo de intriga en el que destacan las notables interpretaciones de las dos actrices. Bárbara Lenie transmite ese dolor contenido a lo largo de los años por el que quiere hacerle pagar, y Susie Sánchez tiene el papel de esa madre culpable del egoista abandono.
La idea de partida es interesante pero no el resultado que se obtiene de ella o tal vez es la forma de expresarla que incluso se podría hacer en teatro.
Lo que se plantea como una historia intimista pronto invita al espectador a preguntarse los verdaderos motivos del reencuentro si están movidos por la venganza o la redención.
Dos actrices de mucho peso, que son las que conducen la historia en la que la cámara está a su servicio dejando que fluyan las escenas dando paso a veces a los silencios que hablan por sí solos o que no dicen nada o suceden pocas cosas entre ellas que no son captadas por el espectador o devían su atención.
Tanto la madre como la hija no dicen lo que sienten, ni expresan lo que quieren decir.
Tiene un cierto misterio, con una tensión y provocación entre ellas, pero no es un melodrama femenino de dos mujeres que se gritan y echan culpas en cara.
Es un film especial, duro, que quiere transmitir muchas cosas, pero se queda a mitad de camino, lo que hace que no llegue al espectador que no acaba de captar todo lo quiere decir en esa relación en la que vamos descubriendo algunas cosas con cuentagotas, que no le da la intensidad dramática necesaria, resultando fría, distante, sin la emoción que debería desprenderse de ese ocasional melodrama.
Se entiende cierta frialdad en el encuentro al inicio tras la larga separación pero da la sensación de ser un secuestro lo que lleva a cabo Chiara para con su madre, en el que tenga que vivir esos días para cumplir un castigo merecido por su mala acción al cabo de tantos años.
Ramón Salazar comenzó de forma estupenda con su ópera prima 'Piedras' (2002), pero después nos da la impresión de que ha ido tendiendo a hacer un cine minimalista tratando de ensayar con diversos géneros entre ellos el cine de autor y otras modas actuales en materia fílmica en sus siguientes títulos.
No hay más que echar una mirada a '20 centímetros' (2005) en el que ensayaba un musical a raíz del éxito de 'El otro lado de la cama' (2002) o '10.000 noches en ninguna parte' (2013), que solo pudimos ver en el Festival de cine de Sevilla ya que tuvo una muy restringida distribución dada sus raras características en el que se metía en un laberinto mental sin salida y cuya calidad cinematográfica fue disminuyendo con tanto ensayo.
Con este su cuarto largometraje de una carrera irregular parece que se ha recuperado un poco en cuanto a la accesibilidad de un producto que da la impresión de estar hecho para concurrir a los festivales en el que lo mejor es el trabajo de las dos actrices protagonistas.
Tecnicamente está bien rodado con una realización excesivamente lenta en sus movimientos de cámara, con largos planos con escasos diálogos y extensa en metraje para lo que cuenta.
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