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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras los éxitos en su tierra, Alemania, de El submarino (1981) y La historia interminable (1984), Wolfgang Petersen tomó el camino de los directores que en el mundo han sido, el del cine norteamericano, donde tuvo ocasión de triunfar con La noche de los cristales rotos (1991) y En la línea de fuego (1993).
Con 'Estallido' (1995) de nuevo se enfrenta a un thriller, a una película de suspense, como en las dos anteriores, sólo que aquí el asesino es un ser casi imperceptible: un virus mortal, que amenaza con su expansión por el mundo si no es exterminado en setenta y dos horas.
La historia se basa o se inspira en un hecho real.
En los años 60, un extraño virus con una tasa de mortalidad del cien por cien y que se transmite por el aire, infecta un pueblo de Zaire.
Ante un peligro así, los militares optan por bombardear la localidad.
Treinta años más tarde, el virus mortal reaparece en un pueblo de California, llevado desde África por un mono.
Sam Daniels, un virólogo del ejército de los Estados Unidos, que se acaba de divorciar de su esposa, debe encontrar rápidamente un antídoto para impedir la drástica intervención que tiene prevista el ejército norteamericano.
El virus Motaba, que así se le llama, surge de África y es portado por un monito y a partir de ahí comienzan a surgir víctimas, poniendo en peligro a todo un pequeño pueblo.
Superproducción de género catastrófico que enfrenta a su héroe con un enemigo invisible: un virus letal importado de África y con un sospechoso parecido al ébola.
Por si no fuera suficiente el suspense producido por esta línea central del film, se le añaden otras ramas colaterales, con un secreto de estado guardado por uno de los generales al mando de esta operación y el aspecto dramático del médico que lleva el caso y su esposa, de la que está separado, que también está implicada en ello.
Tanto el argumento como los personajes son bastante maniqueos.
Petersen ha contado con un presupuesto de 60 millones de dólares para hacer esta cara cinta, que tiene un buen reparto estelar no sólo en la cabecera, con Dustin Hoffman, Morgan Freeman y Rene Russo, sino también con ilustres secundarios como Donald Sutherland, Kevin Spacey, Cuba Gooding jr. y Patrick Dempsey, que hacen lo que pueden con este simplote tema.
Abundantes medios a su alcance, espectacular música y un guion que juega con estas varias vías de interés para que no decaiga la atención de los espectadores.
La realización de Wolfgang Petersen lleva la película, como sus actores, planteándose en todo momento no aburrir al público y aunque no logra una obra maestra, por supuesto, al menos entretiene con varios puntos de suspense y algún que otro sobresalto, pero no mucho más.
Ganó el premio Bambi del cine alemán, el de la Asociación de críticos a mejor actor de reparto para Kevin Spacey que también obtuvo el de los críticos de Nueva York y Texas.
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