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CRITICA
Por: PACO CASADO
Wolfgang Petersen, tras hacer un cine comprometido como 'La consecuencia' (1977), se pasa al otro más comercial con 'El submarino' (1981) o 'La historia interminable' (1984).
Ante los éxitos conseguidos, el cine americano lo incorpora a sus filas con este thriller pasional en el que Dan Merrick un arquitecto de San Francisco, que es además un acaudalado hombre de negocios, sufre un terrible accidente de coche, del que sobrevive, pero le destroza la cara y queda afectado de amnesia por lo que no puede recordar nada de su pasado, ni siquiera es capaz de reconocer a Judit, su esposa, que le está ayudando a empezar una nueva vida.
Al ir conociendo poco a poco su pasado Dan se irá viendo asaltado por imágenes sobre sucesos y lugares que no puede recordar bien, por lo que se cierne sobre él una sombría amenaza.
Debido a ello contratará a un peculiar detective para que trate de descubrir cómo era su vida antes del accidente, lo que supone el suspense del film, que es todo un canto a la cirugía estética, y que no vamos a desvelar.
El argumento está basado en la novela 'The plastic nighmare', publicada en 1969 y escrita por Richard Neely, que acumula elementos suficientes para interesar al espectador, aunque tenga que admitir una serie de convencionalismos propios del género, con una intrincada trama que ofrece una buena dosis de sorpresas y engaños al espectador.
El tema no es muy original pero da lugar a que el realizador germano Wolfgang Petersen, con buena mano, haga una elegante y estilizada dirección con un notable trabajo de Tom Berenger, eficaz y sobrio, de Greta Scacchi que da bien el papel complejo de amante esposa que resulta ambigua y enigmática en algunos momentos y de Bob Hoskins en un divertido detective, papel que le da oportunidad de lucir sus cualidades de gran actor.
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