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CRITICA
Por: PACO CASADO
Seguimos con el afán de las distribuidoras en importar producciones infantiles ya que al parecer continúan siendo bastante rentables, aunque no todas, y al mismo tiempo ayudan a fomentar la afición de los pequeños espectadores a acudir a las salas de cine, que serán los futuros aficionados adultos que harán que la tradición no se pierda.
En este caso es una cinta de animación, adaptación de un popular cuento infantil alemán de Albert Sixtus, escrito en 1924, sobre el que se toman algunas licencias para hacerlo más actual dándole un toque más trepidante y aventurero, la que contribuye a ello con esta historia a manera de fábula sobre un conejo de ciudad atrapado en una escuela de conejos de Pascua.
Max es un descarado y travieso conejito urbano, que sobrevive robando en las tiendas, que pretende unirse a una banda de barrio, pero termina en una escuela de conejos de Pascua, donde el tiempo parece que se ha detenido y cuyos métodos se han quedado muy anticuados.
Allí conoce a Emmy una simpática conejita a la que le cae bien y le anima a quedarse.
Gracias a las lecciones de entrenamiento de la misteriosa Madame Hermione y con la ayuda de la linda Emmy, no sólo aprende sobre las técnicas secretas de los conejos de Pascua, sino incluso sobre sí mismo cuando tiene que luchar contra una astuta familia de zorros comandada por Ruth, la madre, y compuesta por sus tres hijos Ferdinand, Bruno y Lawrence, que han estado planeando hacerse con el mítico huevo de oro que guardan celosamente los alumnos y su profesor, el señor Fritz, que le da las clases para aprender a decorar los huevos de Pascua.
El guion centra la trama en la constante lucha que se establece entre la panda de zorros en su afán de invadir el campamento y robar el huevo de oro, y la defensa a ultranza que llevan a cabo los componentes de la escuela, en este caso capitaneados por Max que pone en práctica los trucos de los conejos de ciudad que ellos prácticamente desconocen, pero que son muy eficaces, como instalar una alarma para detectar la llegada de los zorros, ya que no saben lo que es la electricidad, entre otras muchas cosas.
Por su lado Max tiene que aprender otras de parte de ellos, entre otras el trabajo en equipo, el ser generoso y entregarse por los demás, asimilar las lecciones de artes marciales que le da la misteriosa Madame Hermione y su práctica para poder desaparecer, que todo el mundo puede a pesar de sus diferencias encontrar un lugar en el mundo, así como el arte secreto de la magia de los conejos de Pascua y terminará por comprender cual es realmente su verdadera familia.
Este es el sexto largometraje de Ute von Münchow-Pohl del que ya se vio en España 'Cuervito Calcetín. La gran carrera' (2015) por lo que tiene experiencia en el campo de la animación y no lo hace mal.
Acostumbrados al realismo que se consigue ya con la animación por ordenador, ver un film de dibujos animados a la manera tradicional al principio nos suena un poco tosco el diseño en cuanto a los dibujos, pero pronto nos acostumbramos a la elementalidad de los mismos y se nos olvida con la dinámica de las acciones que llevan a cabo los distintos personajes, siempre teniendo en cuenta que se trata de un cuento para los más pequeños y como alguien decía debemos hacernos como ellos para conseguir divertirnos como niños, que seguro que se lo pasarán bien viendo esta película.
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