|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Toño Márquez es el vigilante de un desguace de coches que tras once años es despedido, y se emplea en una gasolinera, pero en un encuentro con Luis Cárdenas, un ingeniero al que conoce, le dará empleo como capataz para un trabajo temporal ganando mucho más de lo que le pagaban echando gasolina.
No es difícil saber qué sedujo a Guillermo del Toro para que apostara por coproducir la ópera prima de su paisano Celso R. García, en la que narra los quince días y 217 kilómetros que unos obreros recorren pintando la línea divisoria de una vieja carretera que separa a dos poblaciones mexicanas, San Carlos de San Jacinto.
Pablo, Martín, Gabriel y Mario forman la cuadrilla que mandará Toño durante ese tiempo que durará el trabajo.
Sus vidas son como las discontinuas rayas que han de trazar, unas veces rectas, otras curvas, igual que sus destinos.
Cada uno tiene sus secretos, sus tristezas o alegrías y sobre todo la esperanza de cambiar algún día su rumbo.
Se trata de una road movie o película de carretera, nunca mejor dicho, que traza un retrato humano de estos personajes solitarios que dejaron atrás a sus familias, cada uno por una razón distinta, a las que sin duda añoran, que lo hacen por encontrar un sueldo, aunque sea temporal, para sacarlas de la miseria.
El guion se centra en el viaje de esos cinco hombres, a bordo de una vieja camioneta que inician la labor recorriendo kilómetros de asfalto y pintura amarilla que deberán completar antes de que lleguen las lluvias.
Son cinco solitarios que por azares del destino se unen con el único propósito de ganar unos pesos, pero sin buscarlo, este viaje cambiará su manera de ver y entender la vida.
A pesar de no conocerse pronto hallaran en su compañía la solidaridad y la comprensión en una relación que les llevará finalmente a la redención.
Al terminar el recorrido comprenderán que existe una delgada línea entre el bien y el mal, entre la risa y el llanto, entre la vida y la muerte.
A cualquiera que se le diga que esta es la historia de unos hombres pintando una carrera pensará que es aburrida, pero nada más lejos de ello, ya que a través del tiempo y los kilómetros pasan cosas y se cuentan anécdotas de cada uno que resultan de lo más entrañables e interesantes, con vivencias diferentes y a lo largo del camino encontrarán una nueva forma de ver y entender la vida y la amistad.
Pablo, el más joven, comprensivo y de buen corazón, desea ganar ese dinero para reunirse con su hermano en Chicago. Gabriel, antiguo camionero, se está quedando sin vista. Mario estuvo en la cárcel por robar en un gimnasio. A Toño, tras morir su esposa, se le marchó de casa su hijo al que buscó pero no ha vuelto a encontrar. Mario trabajaba en un circo que se perdió.
Una cinta sencilla y amable, con buenas intenciones, honesta y emocionante, que se basa sobre todo en la actuación del grupo de actores y la puesta en escena, que hace que no sea monótona, apoyada en un sólido guion que ofrece una visión distinta y esperanzadora del México actual.
Transcurre sin prisa para mostrarnos sus vidas e intentarán reconciliarse con un pasado lleno de malas decisiones, conflictos familiares y arrepentimientos.
Tiene un reparto de destacados actores del cine mexicano con Damián Alcázar el frente que eleva con su interpretación el nivel de este film que aunque llega con retraso ha merecido la pena rescatarlo.
Premio ópera prima en la Festa de cine global dominicano. Premio especial del jurado y mejor guion en Gijón. Premio del público, película y dirección en el Festival latinoamericano de Lleida. Premio Grand Newcomer en el Festival de Manheim. Zenith de bronce y Premio Glauber Rocha en Montreal. Premio Global en el Festival de Oaxaca. 14 nominaciones en los premios Ariel de 2016.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE