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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras triunfar con una ópera prima es difícil continuar en la misma línea con la siguiente ya que se va a mirar con lupa y eso es lo que ocurre con esta segunda obra de Dan Gilroy tras el logro y el éxito de su brillante 'Nightcrawler' (2014).
Cuenta la historia de Roman un abogado defensor idealista, con una gran vocación de ayudar a los demás, cuya vida cambia drásticamente cuando su compañero, William Jackson, un icono de los derechos civiles, sufre un infarto viéndose obligado a ocupar su puesto y así descubre la cara más amarga de la justicia.
Él siempre había estado en los despachos dedicado a la burocracia, preparando la defensa de causas perdidas, mientras que su socio era el que iba a los juzgados a presentarlas.
Roman prefiere quedarse en la sombra y que otros defiendan los casos en los tribunales y así lleva 35 años trabajando para William especialista en derechos civiles que además es su mentor.
Sin embargo tantos años actuando de forma anónima le ha vuelto excéntrico y tal vez se pregunte algún día si valió la pena sacrificarlo todo, incluido el amor, por su idealismo.
Es un tipo sumamente inteligente, con una gran retentiva que lleva todos los casos en la memoria, que se sabe todo el código penal y desea ser justo, aunque es introvertido, desengañado, idealista y físicamente algo desaliñado.
Al morir su socio es contratado por una gran empresa dirigida por un ambicioso abogado, cegado por la codicia y el poder, George Pearce, uno de los antiguos estudiantes de ese legendario hombre, y una turbulenta serie de eventos desafían el activismo que siempre ha definido la carrera de Roman, un defensor de los derechos humanos.
Ahora este abogado idealista es incapaz de dar la cara y enfrentarse al mundo salvaje del que lleva tantos años escondido y comienza una amistad con Maya una joven luchadora por la igualdad de derechos.
Los dilemas éticos de Roman están en el centro de la trama de esta película que deja en evidencia la corrupción del saturado sistema judicial y penal así como el lado oscuro de Los Angeles.
Destaca el contraste entre él, que es el sueño de cualquier abogado con una voluntad tenaz y una memoria prodigiosa, un luchador por los derechos civiles que espera presentar una demanda colectiva histórica, y George, su nuevo jefe, que es un especulador, que no se preocupa por sus clientes, más interesado en conseguir dinero, proponiendo sentencias rápidas y así su bufete gana la mayoría de los casos.
Este film nos traslada al lado más oscuro del sistema judicial de Los Angeles que en la última media hora da un giro y se convierte en parte en un thriller de intriga.
El californiano Dan Gilroy, casado con la actriz Rene Russo, guionista de 'El legado de Bourne' (2012), que debutaba en la dirección con 'Nightcrawler' (2014), donde trazaba el retrato de un ser amoral, en la que reflexionaba sobre una sociedad que se regodeaba en las miserias de los demás, en esta ocasión realiza el ejercicio opuesto en una historia, sobre la ética y la moral, al servicio de Denzel Washington, en un personaje muy rico, que está constantemente en pantalla, que dibuja uno de esos tipos decentes, el ultimo hombre honrado enfrentado a un sistema que ha decidido ignorar los abusos que denuncia, que sabe más de leyes que los propios jueces, que descubre que en un mundo contaminado es difícil no estarlo, que terminará traicionándose a sí mismo y además es el productor, con un guion en el que es interesante la evolución del personaje en el que se atisba la brillantez y una interpretación muy trabajada por parte del dos veces ganador del Oscar. A su lado un Colin Farrell cada vez más maduro centrado en su serio y un breve papel para Carmen Ejogo.
Premio Truly Moving Pictures para Dan Gilroy. Nominado al Oscar y al Globo de oro Denzel Washington.
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