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CRITICA
Por: PACO CASADO
Evan Hunter, también conocido por el seudónimo, Ed McBain, con el que firmaba sus novelas negras, escribió un melodrama potente sobre el romance del galardonado y famoso arquitecto Larry Coe, casado y padre de familia, que se traslada a una nueva urbanización para construir una casa que le han pedido.
Una vez allí conoce a Margaret Gault, su nueva vecina, una rubia guapa y sexual, y aunque ella también está casada, entre ambos nace una relación que va creciendo de forma paralela a la construcción de la nueva vivienda encargada por el exitoso escritor Roger Altar en la cima de una colina.
Ella tiene un hijo pequeño, Peter, al que lleva al autobús escolar y en la parada se suelen encontrar, tramando algo más que una simple amistad.
Richard Quine tuvo problemas amorosos con Kim Novak y eso se refleja en la película, como si fuera una confesión íntima.
El arquitecto, que ama a su esposa pero está aburrido de su matrimonio, comienza la construcción de la casa y a medida que crece lo hace también su amor y cuando ésta se acaba el amor se muere.
El único tiempo en el que sobrevive es mientras el artista está creando su obra.
La opinión de Quine es muy respetable y sobre todo honesta, porque se siente palpitar en cada escena el amor con que la cámara sigue a Kim Novak desde la primera vez que aparece recortada por la ventanilla del automóvil que conduce Kirk Douglas.
Y de su compromiso brota un maravilloso lirismo que impregna las escenas amorosas, que están muy bien logradas.
La suavidad de una cámara fácil, de una cuidada dirección de actores y de un diálogo pleno de sugerencias y de relieve emocional culminan el buen trabajo de un nunca suficientemente reconocido Richard Quine, maestro tanto del drama como de la comedia musical, que acabó en el olvido y terminó suicidándose.
Demuestra aquí que era un director sobrio, sensible pero sin concesiones a lo sentimental, con un melodrama de perfecto acabado espléndidamente fotografiado por Charles Lang e interpretado.
Richard Quine produjo esta melodramática historia sobre esos amores adúlteros.
Para el papel protagonista femenino escogió a su musa y compañera sentimental Kim Novak, una actriz acusada de ser excesivamente fría y tímida, pero que supo crear en sus films atractivos personajes que mezclaban la pasión con el misterio, en este caso compartiendo cartel con el veterano Kirk Douglas.
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