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CRITICA
Por: PACO CASADO
Aunque dicen que un autor hace siempre la misma película, perfeccionándola, este no es el caso del japonés Takashi Shimizu, que debe ser un poco o un mucho masoquista ya que tras hacer la versión japonesa una vez más Sam Raimi, como productor, le vuelve a llamar para que también se encargue de la versión americana.
Así ocurrió con la japonesa 'La maldición' (Ju On) (2004) que se convirtió en la norteamericana 'El grito' (2005) y vuelve ahora a ocurrir con la secuela de aquella 'La maldición 2 maldición 2' transformada en 'El grito 2' (2006).
Una chica va a Japón a rescatar a su hermana de un hospital donde está internada a causa de la maldición causada por una casa.
Un periodista está interesado en conocer la causas. Paralelamente una alumna trata de hacerse amiga de dos compañeras que la llevan a esa casa y le gastan una broma que termina siendo macabra.
Y por otra parte en Norteamericana ha llegado la misma maldición a una familia.
Esto puesto un poco en claro, resulta de lo más confuso en el guion del film que confunde constantemente al espectador, entre otras cosas porque está mal montado comenzando con una escena que se repite a los tres cuartos del metraje, lo que ya termina por despistar totalmente al espectador, al que constantemente se le está dando sustos a base del blanquecino niño que se aparece por todos lados o la larguirucha y escuchumizada chica que deja largos pelos por doquier.
El mismo masoquismo del director debe ser contagioso, ya que los espectadores aficionados a este género acuden una y otra vez a ver lo mismo, en doble versión, y cada vez peor hecho.
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