|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La cinematografía argentina, a pesar de ser una de las más potentes del nuevo continente, sin embargo con bastante frecuencia suele recurrir a la española para hacer coproducciones entre los dos países.
Una vez más en esta ocasión ha sido así, en una producción esta vez con mayoría de aportación española, en la que se han colado dos argentinos.
Por una parte el director Alejo Flah y por otra el actor Joaquín Furriel, uno de los más populares en estos momentos en su país debido a las series de televisión, que ya tuvo ocasión de intervenir en alguna cinta española como 'Cien años de perdón' (2016) o 'El árbol de la sangre' (2018), por ejemplo, que comparte aquí protagonismo con Dani Rovira e Ingrid García Jonsson.
En este caso se cuenta la historia de León Lafuente, un malhumorado taxista madrileño, enfadado con el mundo porque nada le sale bien, no gana dinero con el taxi, tiene hipoteca, ha de pagar la licencia del vehículo y está a punto de ser padre; Diego Manfredi, un buscavidas argentino, mentiroso y embaucador, que acaba de salir de la prisión por una estafa, sin un euro y sin ningún sitio a dónde ir, que guarda un secreto que le ha confiado Manchester, un compañero preso, antes de morir, y Sandra Sánchez, una novia a la fuga, que en la misma noche de la despedida de soltera, se da cuenta de que no quiere casarse con su novio y se ha marchado sin despedirse.
Estos tres perdedores, unidos por la desesperación, se embarcan en un viaje delirante siguiendo la promesa de un supuesto cargamento de oro oculto en los túneles del lugar más raro y desconocido de la Península Ibérica, el peñón de Gibraltar en una alocada aventura en la que les pasará de todo.
Bajo esta premisa el cineasta bonaerense Alejo Flah que tras dirigir dos cortos y debutar en el largometraje con 'Sexo fácil, películas tristes' (2014), desarrolla su segundo título como director.
Una comedia de acción que gira en torno a esta panda de perdedores, que lo que es tesoros no encontrarán pero sí hallarán el amor, la amistad y la alegría de vivir en un viaje tan físico como emocional.
El cine español ha vuelto de un tiempo a esta parte al género de la comedia que tan buenos resultados comerciales, que no artísticos, le dio en épocas pasadas y como ocurría entonces había algunos actores que estaban en todas ellas e incluso le dieron nombre al género como el "landismo" y aquí ocurre igual con Dani Rovira, el actor de moda que está en todas ellas.
Hay que aclarar de entrada que en esta ocasión se hace en esta road movie una mezcla de comedia y drama, con los apuntes que hemos enunciado antes, lo decimos para aquellos espectadores que vayan buscado la típica comedia para reír a carcajadas que no van a encontrar, ya que si acaso esboza de vez en cuando alguna que otra sonrisa, no sabemos si con la pretensión de hacer algo más serio o por no caer en el tópico.
A lo largo de la trama se hace mención a temas actuales como la emigración, el Brexit, los problemas del taxi con las VTC, entre otros.
Dani Rovira tiene ocasión de demostrar que no es sólo el actor cómico, el monologuista simpático, sino que también tiene alguna que otra fibra dramática, aunque no sea excesiva. Joaquín Furriel se muestra como el típico argentino que habla sin parar y por su parte la andaluza Ingrid García Jonsson se muestra desenvuelta en este papel cómico que le ha tocado esta vez con acento andaluz.
La dirección no se ha quebrado mucho la cabeza para poner en imágenes este film que se deja ver con agrado pero nada más.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE