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CRITICA
Por: PACO CASADO
Todos tenemos un pasado en nuestras vidas con vivencias con las que disfrutamos o sufrimos de las que pretendemos olvidarnos sobretodo si son malas, pero a veces vuelven a nosotros.
Esta es la vida de Kurt Barnert, un joven estudiante de Historia del arte en la Alemania del Este que a la menor oportunidad escapa a la Alemania Occidental, ya que está atormentado por las experiencias que tuvo durante su infancia y juventud en los tiempos en que mandaban los nazis.
Allí se enamora de su compañera de la escuela, Ellie Seeband que estudia diseño, mientras él hace lo propio con la pintura, un arte que su tía Marianne le fomentó desde que era un niño llevándolo a visitar los museos a pesar de su corta edad, porque veía en él cualidades para expresar ese arte.
El padre de ella, el profesor Carl Seeband, un famoso médico ginecólogo de oscuro pasado, no aprueba la relación de su hija con Kurt y está decidido a que no se consolide.
Ninguno de los dos sabe que sus vidas están conectadas por un terrible crimen cometido décadas atrás durante el nazismo.
El director alemán Florian Henckel von Donnersmarck, ganador del Oscar a la mejor película de habla no inglesa por 'La vida de los otros' (2006), sigue buscando dramas en la historia de su país, a la que volvemos de nuevo, esta vez centrado en el período que abarca el fin del nazismo y la guerra fría, hasta el dominio comunista en el Este, para exorcizar el pasado en este didáctico y melodramático film con una reflexión sobre el mundo del arte y la memoria de una herida siempre abierta para el cine germánico.
La familia, el nazismo y el poder liberador del arte son los temas principales de este drama en el que se cruzan los destinos de estos tres personajes.
E s un thriller psicológico inspirado en hechos reales, con guion del propio director, sobre la historia de Alemania a través de la vida del joven artista Kurt Barnert empeñado en ir contra el autoritarismo mientras vive atormentado por su infancia vivida bajo el régimen nazis.
Discurre la historia durante las tres décadas que van desde 1937, el año en que se celebró en Dresde el arte pop con el que el nazismo quiso desprestigiar el arte moderno, hasta 1967 en que Kurt presenta su primera exposición como artista exiliado de la República Federal Alemana.
Empieza cuando Kurt es un niño y su tía es internada en un psiquiátrico porque se sospecha que padece de esquizofrenia.
Años más tarde, su sobrino Kurt, al que estimuló su vocación para que se desarrollara como pintor, está estudiando Bellas Artes y se enamora de Ellie, una chica de la misma escuela y un día le presenta a su padre el profesor Seeband sin saber que es el ginecólogo que trató a su tía.
Este pintor primero conoce a los nazis, después a los comunistas y ambos intentan que los artistas vean las cosas a la manera del partido en el poder y que el arte esté a su servicio.
La cinta trata de la etapa nazi, pero nunca se menciona a los judíos, ya que pone el foco en las personas con discapacidades o enfermedades graves, que eran esterilizadas o directamente asesinadas para purificar la raza.
El director, para escribir el guion, se inspiró en la vida del artista Gerard Ritter, que creó una clase de pintura cuyos cuadros parecían fotos difuminadas, que tenía una tía que decían que era esquizofrénica, que mataron los nazis, lo que le creó un trauma.
En la historia se mezcla realidad y ficción por lo que el Ritter no ha quedado muy satisfecho con esta versión de su vida.
El hecho de que este artista tuviera que convivir con estos médicos le pareció interesante para hacer esta película, sobre todo el hecho de que una víctima conviviera con un criminal en la misma casa por estar con su amada, mientras intenta superarlo y hallar su arte.
Para el director lo importante es la historia de amor que cruza toda la trama con ese trasfondo histórico que es el reflejo de unos años en los que estuvieron mezclados el arte y la política en la Alemania del Este incluidos los cambios que hubo en el panorama artístico.
Es un film profundo, ambicioso en su planteamiento que mezcla el melodrama, un género que se echa mucho de menos hoy día, con el discurso político para ilustrar un período de la historia de Alemania marcada por totalitarismos de distintos signos.
Además hace un retrato sobre la vida y el amor como superación del odio y la muerte y del arte como expresión de la realidad.
Su larga duración no se hacen sentir en ningún momento, siendo seguida con interés, cosa que no es frecuente que ocurra con estas producciones de tanto metraje.
Es una obra del director de 'La vida de los otros' (2006), con la que debutó en la realización a la que siguió 'The Tourist' (2010) y ahora nos llega esta tercera 'La sombra del pasado' (2018), anteriormente conocida por su título original Obra sin autor, con el que pasó en la Mostra de Venecia.
Nominada al Oscar a la mejor cinta extranjera y fotografía. Premio Bambi a Sebastian Koch. Premio Bavarian a la producción. Nominada al Giraldillo de oro en el Festival de Sevilla. Premio Arca del cine joven a mejor película. Leoncino de oro en la Mostra de cine de Venecia.
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