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CRITICA
Por: PACO CASADO
Sebastián es un militar autoritario, machista y de carácter hosco, ya jubilado, que nunca ha apreciado la relación y atención que le presta su esposa Isabel, una mujer reprimida, que siempre ha sido una ama de casa encerrada en su hogar, a la antigua usanza, por aquello de "la pata quebrada y en casa", que a veces se sentía sola, abandonada en la jaula de su hogar, donde lo ha tenido todo menos lo que más deseaba, el cariño y el amor de su esposo, al que ha cuidado durante todos los años que han pasado juntos, ya que él nunca ha tenido especiales atenciones para con ella a la que consideraba como su complemento.
Pero un día comienza a tomar conciencia de su egoísmo a raíz del brote de Alzhéimer que sufre Isabel ante lo que se le presenta un incierto futuro.
Debido a ello Isabel sufre constantes confusiones y pérdidas de memoria que le hará ver algunos aspectos que no conocía de su relación y, sin querer, él encontrará la oportunidad de redimirse de esos errores que ha cometido en el pasado para con su mujer.
Este matrimonio ante la irrupción de la enfermedad descubre que la vida juntos no ha sido todo lo idílica que tal vez pensaban.
Una película plena de humanidad, sencillez y humanidad, que ofrece una conmovedora historia de amor tardío que demuestra que nunca es tarde para la redención y enmendar los errores.
Es un intenso drama social muy actual que tuvo una buena acogida en las ediciones de los festivales de cine europeo de Sevilla y en el de Cine Iberoamericano de Huelva donde se celebraron sendas proyecciones fuera de concurso.
Está dirigido por el cineasta andaluz, sevillano por más señas, Jesús Ponce, que ya estuvo nominado a los Goya por su ópera prima '15 días contigo' (2005), a la que siguieron 'Skizo' (2006), 'Déjate caer' (2007), 'Todo saldrá bien' (2015) y con este su quinto largometraje, una vez más, se vuelve a plantear con sensibilidad un tema social de palpitante actualidad como es esta enfermedad degenerativa en una historia íntima en la que el drama se hace presente.
Está llevado a cabo con un escaso presupuesto a todas luces, y un corto reparto debido a ello, realizado con humildad en el que el guion se reitera en algunas ocasiones, tal vez por incidir y remarcar con realismo la importancia del tema que trata que no debe pasarnos desapercibido, porque puede que lo suframos algún día.
Ponce, que también asume la responsabilidad del guion, trata la enfermedad con respecto remarcando la importancia de la misma cuando nos llega precisamente en ese tramo último de la vida que sufre no sólo el enfermo, sino también cuantos están en su entorno más cercano.
El director hace una puesta en escena sencilla, discreta, con la mejor intención, con la ilusión de un principiante y con el saber de una trayectoria consolidada a través de los films ya realizados.
Catorce años después de su debut reúne de nuevo al granadino Sebastián Haro, muy serio en su personaje, Isabel Ampudia que hace un notable e interesante trabajo de un papel difícil, asumido con naturalidad y estupenda Mercedes Hoyos que está muy serena en su corta pero importante intervención por su sensibilidad y credibilidad, para protagonizar esta cinta sobre las relaciones humanas en una situación extrema como es ésta.
Premio AAMMA a la mejor película con perspectiva de género en el Festival de cine iberoamericano de Huelva. Mención especial del jurado en el Festival International du Film de Fes. Nominado a los premios Asecan Sebastián Haro.
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