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CRITICA
Por: PACO CASADO
La historia del cine policiaco norteamericano de la época dorada está poblada de famosos gángsteres que circularon por las calles de Nueva York, Chicago, etc., pero aún faltaba la biografía de Frank Lucas, un gángster negro que fue capaz de poner a sus pies a los mafiosos italianos e irlandeses cargándose el negocio de la droga a base de ofrecerla más pura y a mitad de precio.
El secreto estaba en evitar los intermediarios e importarla directamente desde Vietnam y comprada más barata por lo que podía competir en el mercado con su marca Blue Magic.
Frank Lucas procedía de un pueblo de Carolina del Norte y llegó a Nueva York sobreviviendo a base de pequeños robos hasta llegar a ser el chofer de Bumpy, un gángster respetado y querido por las gentes del barrio de Harlem, del que aprendió el oficio hasta llegar a lo más alto y amasar una fortuna de unos 500 millones de dólares de los años setenta, y cuando éste murió, de forma inesperada en 1968, ocupó su lugar.
Frank decide aprovechar la puerta que ha quedado abierta para construir su propio imperio y hacer realidad su versión del sueño americano.
Con esta historia, inspirada en un artículo de Mark Jacobson, publicado en el New York Magazine hace siete años, Steve Zaillian hace un guion muy equilibrado en el que discurren de manera paralela esta historia con la de Richie Roberts, un honrado agente de la ley, rara avis en aquella época en la policía de Nueva York en que la cuarta parte de sus componentes eran corruptos y al servicio de la mafia, que era odiado por sus compañeros por haber devuelto un millón de dólares encontrado en el maletero de un coche.
De noche estudiaba abogacía y tras entrar en el Brigada Antinarcóticos llegó a perseguirlos hasta darle caza, pero el destino quiso que terminara siendo su abogado defensor.
Ambos personajes son como las dos caras de una misma moneda: Frank es el gángster frío, calculador, metódico, que lleva sus negocios como un gran empresario, amante de su familia, capaz de matar a sangre fría en plena calle a la luz del día.
Richie es lo contrario, un honrado policía pero un desastre para su esposa que abandona el hogar con frecuencia por cumplir con su deber y debido a ello de la que se está divorciando.
Los dos actores completan un ajustado trabajo de sus respectivos papeles.
Ridley Scott hace una de sus mejores puesta en escena de los últimos tiempos y dirige estas dos historias que transcurren por separado y que en su último tercio habrán de coincidir sin que apenas tenga lugar el duelo interpretativo entre los dos actores de la cabecera de reparto, en un final algo frío y precipitado, nada espectacular por adaptarse fielmente a la realidad.
Esta es la tercera colaboración entre Ridley Scott y Russell Crowe con este drama sobre la mafia basado en el personaje real de Frank Lucas, un importante traficante de heroína que actuó durante la guerra de Vietnam.
Sin embargo el actor australiano se quedó esta vez con un rol más secundario, encarnando al policía que quiere atrapar a Lucas y cedió el protagonismo a Denzel Washington, quien repitió papel de villano.
Este tipo de personaje ya le había dado buenos resultados en Training Day (Día de entrenamiento) (2001), ya que le propició el Oscar en una categoría en la que también competía aquel año el actor principal de Una mente maravillosa (2001).
No obstante, esas no fueron las únicas veces que los dos actores se habían visto las caras, ya que ambos habían coincidido en Virtuosity (1995), aunque en aquella ocasión con papeles cruzados: allí, Crowe hacía de psicópata perseguido por un agente de policía encarnado por Washington.
Logra una buena ambientación, una sobria fotografía y discreta música que ilustran debidamente el film, poblado de estupendos secundarios que hacen brillantemente su trabajo contribuyendo al buen éxito de esta cinta.
Nominados al Ocar Ruby Dee y la dirección artística. Nominada al Globo de Oro: película dramática, dirección y Denzel Washington. Nominada al Bafta el film, el guion, la fotografía y el montaje y al premio Anthony Asquith Marc Streitenfeld. Premio Screen Actor, AARP, de los críticos africanos, de las mujeres periodistas y Empire UK a Ruby Dee. Premio ASCAP. Premio BET a Denzel Washington. Premio Empire UK a mejor thriller. Premio Doppiaggio a mejor película. Premio Sant Jordi a mejor cinta extranjera.
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