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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando un director ha demostrado tener algo dentro, a la primera oportunidad lo vuelve a denotar.
Así sucede con William Friedkin que tras sus éxitos de French Connection (1971) y El exorcista (1973) había decaído bastante con películas menos notables y con algún que otro tropiezo, pero aquí vuelve a tener el pulso requerido con escenas vibrantes que son capaces de poner en tensión al espectador, a pesar de que la historia es primaria y elemental y que toma de otros films anteriores.
'La presa' (2002) bien puede ser una mezcla entre Acorralado (1982) y El fugitivo (1993).
Del segundo tiene la persecución implacable y del primero el afán de supervivencia.
La cinta tiene un preámbulo justificativo con algunas escenas en la guerra de Kosovo para que veamos cómo se desenvuelve Aaron Hallam, un especialista en asesinar a cuchillo, capaz de cargarse a un jerifalte, hecho por el que recibe la medalla al mérito en acción bélica.
Aaron Hallam, entrenado para matar, sin permiso de las Fuerzas Especiales ya no puede parar aunque sea en tiempos de paz, y en los bosques Silver Falls de Oregón se dedica a eliminar despiadadamente a los cazadores de ciervos que con sofisticadas armas cazan a estos animales en una lucha desigual.
Hallan se rebela así contra el sistema que lo ha creado, que lo ha convertido en una máquina letal, y se convierte en su enemigo.
De darle caza se encarga el teniente L. T. Bonham, un militar experto en supervivencia, que fue su instructor, un gran rastreador y entrenador, que nunca ha matado a nadie, ahora retirado y dedicado a la ecología, empujado por un sentimiento de culpa ante lo ocurrido, se ve obligado a ello aunque se resistió en un principio.
Tan solo pone una única condición, llevarlo a cabo en solitario.
El esquema es simple, salpicado con algunos encuentros o enfrentamientos entre ambos hasta el combate final.
Una buena fotografía, bellos paisajes, estupendo duelo interpretativo de dos Oscar secundarios, Tommy Lee Jones como el instructor veterano, y Benicio del Toro como su discípulo aventajado, mientras que Connie Nielsen queda como figura decorativa.
Ambos actores recibieron un duro entrenamiento por parte de un instructor de las fuerzas especiales y de la Delta Force, Tom Brown, en el cual se basa el personaje de Tommy Lee Jones.
Durante uno de esos entrenamientos Benicio del Toro una rotura de muñeca y tuvieron que intervenirle quirúrgicamente, lo que retrasó la finalización del rodaje y consecuentemente la fecha de su estreno.
Pero sobre todo destaca la fuerza en la puesta en escena de William Friedkin, uno de los directores más importantes de su generación, con una acción trepidante que cuenta con una estética muy particular.
Una película entretenida, sin alargar innecesariamente el metraje, si no se le pide otra cosa de más que divertir.
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