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CRITICA
Por: PACO CASADO
En esta secuela de X-Men: Apocalipsis (2016), el equipo de mutantes debe enfrentarse a su propia compañera Jean Grey, poseída por una fuerza dimensional demasiado poderosa para poder ser controlada, que la deja en un estado cercano a la muerte. Aunque en aquella ya se nos hablaba de su doble personalidad surge aquí su complejidad moral entre el bien y el mal.
Para salvar a la Tierra del peligro inminente que supone la mutante Jean, convertida en Fénix Oscura, deberán encontrar la forma de rescatarla de ese mal ya que desata unos poderes mayores e inestables, tras un peligrosa misión, haciendo daño a sus queridos compañeros y amenazando con destruir todo a su paso.
Los mutantes de Marvel vuelven en esta película de Simon Kinberg, cuya intención es honrar la historia de Fénix, la más icónica y querida de toda la saga de superhéroes.
Esta nueva entrega de la saga X-Men, una de las de mayor éxito en los últimos tiempos, otorga más protagonismo a los personajes femeninos, tal vez para estar a la moda de estos tiempos que corren en los que se habla del poder cada vez mayor de la mujer, algo que sucede por primera vez y con más fuerza que hasta ahora.
Está ambientada en 1992 cuando los X-Men participan en el rescate de unos astronautas de una nave perdida en el espacio, pero Grey, sufre un accidente al ser alcanzada por una fuerza cósmica y ante esta radiación su poder se multiplica volviéndose más peligrosa, potente e inestable lo que provoca un cambio en ella haciendo daño a los que ama.
Sus poderes se desatan sin poder controlarlos y ésto le va a descubrir aspectos que desconocía de su pasado y también su lado más oscuro.
Tiene una parte dramática que quiere ser más sentimental con unas escenas de acción en la última media hora en la que abundan los efectos visuales, en una secuencia en un tren en marcha que es espectacular pero demasiado larga, con escenas de acción atractivas aunque es bastante plana, no obstante resulta entretenida.
El sonido es espectacular, e insiste en la metáfora habitual de esta serie, en la que los mutantes son los diferentes y eso se puede aplicar a diversos colectivos.
Nos enseña la resistencia entre mutantes y humanos así como la intensa línea que provoca una situación tan inédita.
Los fans van a poder descubrir el origen del apodo de Fénix Oscura, su infancia y detalles de la relación entre el doctor Xavier y Magneto.
Se produce alguna baja en el equipo, pero eso no quiere decir que no vuelva a aparecer en otro capítulo.
Jean Grey/Fénix Oscura está encarnada por la actriz inglesa Sophie Turner, que se ha hecho muy popular por su intervención en la serie televisiva 'Juego de tronos', que ya había intervenido en el capítulo anterior, X-Men: Apocalipsis (2016), aunque ese personaje ya lo había encarnado en otro momento Famke Janssen, en el que entonces como ahora repite el personaje que nunca había desatado su potencial hasta esta nueva entrega.
Son problemas de alargar tanto las series en el tiempo como ocurre con ésta que lleva 20 años y 12 capítulos.
Aquí Fénix Oscura nos descubre su origen en un guion muy elemental para el cierre de esta saga sobre los X-Men y a partir de ahora se abrirá una nueva etapa con nuevos personajes como protagonistas en nuevas aventuras.
En resumen es una saga que ha ido perdiendo interés poco a poco, siendo cada vez más rutinaria con una narrativa descafeinada en lo que cuenta y en ésta pasa igual, pero disfrutable para los fans, que recupera la esencia de los X-Men que nos regala esta nueva historia entre la nostalgia y la emoción que afecta al desarrollo de los mutantes en la que destaca la larga secuencia del tren que es de lo mejor del film, aunque no logra levantar la debilidad del drama, en contraste con la vulgaridad de la puesta en escena en su debut del productor y guionista metido a director Simon Kinberg en esta sólo discreta despedida. ¿Será verdad?..
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